Qué es y cómo se trata el pie
plano / Le tengo el remedio
Por
Carlos Francisco Fernández
Muchos
papás se preocupan cuando notan que sus retoños tienen los pies planos. Como
hay tantas ideas erróneas y conceptos contradictorios al respecto, trataré de
aclarar algunas cosas.
Qué
es: El pie plano es la ausencia o pobre definición del arco
que se forma en la parte interna del pie. Bueno, hay otros que consideran que
esta condición está presente cuando no hay ninguna curva a lo ancho de la
planta, principalmente donde nacen los dedos. ¿Quedó claro?
¿Para
qué sirven esos arcos? Como el pie soporta todo el peso del
cuerpo, esos arcos permiten que las cargas se repartan mejor y que esta
estructura tan pequeña no se aplaste ni se deteriore. Hay que aclarar que están
formados por huesos, articulaciones y ligamentos.
¿Cuándo
aparecen? Los arcos no se ven en los pies de los bebés; las
almohadillas de grasa que tienen y la elasticidad de sus ligamentos dan la
impresión de que sus piecitos son planos. Con el tiempo el arco empieza a
verse, principalmente cuando los niños empiezan a caminar.
¿Cuántos
tipos hay? Hay un pie plano flexible, que no molesta y no
tiene deformidades ni problemas de movilidad. Para algunos, aún así, es un
problema; para otros es una condición normal. También hay pie plano rígido, que
sí presenta alteraciones en la estructura de los huesos que conforman los arcos
o uniones anormales entre ellos; esto hace que la movilidad del pie se pierda y
haya dolor.
¿Por
qué se produce el pie plano rígido? Por problemas
neurológicos que alteran las fuerzas de los músculos y causan tensiones que
afectan los huesos y los ligamentos. También puede deberse a deformidades de
nacimiento, traumas o problemas articulares (ocurre con las artritis).
¿Y
los síntomas? Por lo general hay dolor, sensación de cansancio,
limitación para mantenerse mucho tiempo de pie o recorrer largas distancias.
También pueden aparecer callosidades u otras deformidades en el pie.
¿Cómo
se trata? Los pies planos flexibles generalmente evolucionan
solos. A veces se formulan plantillas o zapatos ortopédicos. Los rígidos pueden
requerir manejo quirúrgico. En ambos casos se necesita el acompañamiento de un
programa de rehabilitación para adecuar los músculos del pie y mejorar los
apoyos.
Por
último: se recomienda que los niños caminen descalzos por
superficies irregulares, eso sí seguras, enseñarles a andar en punticas de pies y talones. Ante el primer síntoma hay que
consultar.