Por amable invitación de la Gobernación del Departamento tuve oportunidad de
asistir al evento denominado ‘Agenda vallecaucana para los proyectos
estratégicos del Plan de Desarrollo Departamental 2012-2015’. Sin duda resultó
refrescante encontrar de nuevo funcionarios preocupados por su región en lugar
de estar ocupados en los temas de su propio beneficio, o dedicados a las
rencillas políticas, o a la defensa jurídica de sus errores. El cambio se notó
también en la convocatoria lograda que permitió reunir en la Casa del Valle por
lo menos a 150 personas preocupadas por el futuro del Departamento y con
posibilidad de aportar a las soluciones. Encabezados por el Vicepresidente de
la República se dieron allí cita amigos del Valle, representantes del Congreso,
la academia, la empresa privada y el Gobierno.
Resultó, sin duda interesante, pero a su vez preocupante, la presentación
realizada por el Secretario de Planeación que puso de presente la complejidad
de los problemas y la cantidad de frentes que es necesario abordar para
corregir muchos de los problemas existentes y para reducir, en alguna medida,
la distancia que otras zonas del país están tomando frente al Valle del Cauca.
Especialmente inquietante fue la presentación de un video realizado hacia
los años 40 del siglo pasado donde se veía cómo, por la época, el Valle tenía
ferrocarril, navegación por el río Cauca, cable aéreo, puente giratorio sobre
el Cauca y, en fin, diversos indicios del prometedor futuro que le esperaba a
la región.
Hoy, lamentablemente, el panorama dista mucho de lo que hubiera sido
deseable y se ve no sólo como hay tanto por hacer sino, incluso, como se ha
retrocedido frente a lo que se había logrado. Basta pensar en lo ocurrido con
las empresas públicas, que fueron ejemplo a nivel nacional, o en la Cali cívica
de los Juegos Panamericanos para apreciar lo costosos que han resultado los
errores cometidos.
Lo positivo es que hay conciencia de ello y es necesario que la región se
una alrededor del Gobernador para sacar adelante la compleja agenda que tiene
por delante.
Es cierto que son muchos los frentes que es necesario abordar pero también
es cierto que si a todos se les va a dar la misma importancia se corre el
riesgo de diluir los esfuerzos y lograr sólo resultados modestos en la mayoría
de ellos. Por eso sería deseable que se diera prioridad a algún tema de
carácter estratégico que permitiera unir al Valle alrededor de un gran
propósito regional.
Esto puede dar lugar a muchas discusiones pero vale la pena que se considere
a Buenaventura como un caso crítico por sus problemas pero, a su vez, como un
asunto con un potencial inmenso y unas implicaciones verdaderamente
estratégicas no sólo para la región sino para Colombia entera, lo que debería
ayudar a que se canalicen recursos y voluntades si se vende bien el tema en los
diferentes escenarios para que el Valle recupere un liderazgo y su vocación de
capital del Pacífico, con influencia no sólo en Colombia sino en todo el norte
del Continente.