'Proyecto sobre eutanasia defiende intereses oscuros': Iglesia

Episcopado dice que la iniciativa busca que se acuda a la muerte en lugar de preservar la salud.

La Iglesia colombiana se pronunció de manera enérgica en contra del proyecto de ley que busca reglamentar la práctica de la eutanasia y el suicidio asistido en el país.

Según monseñor José Daniel Falla, secretario de la Conferencia Episcopal, la opinión pública está concentrada en lo que está sucediendo con Nicaragua y con los diálogos entre el Gobierno y las Farc, y ha pasado por alto este tema, que califica de grave y preocupante.

“No se le ha dicho la verdad al país. Los promotores de este proyecto han ocultado a la opinión pública los graves alcances e intenciones de su propuesta. Nada tiene ésta de piadosa o humanitaria; en nada protege los derechos del enfermo. Defiende, por el contrario, oscuros intereses ideológicos y económicos”, afirmó monseñor Fallar al asegurar que esta iniciativa representa un atentado grave al derecho a la vida y a la salud de los colombianos, especialmente de los más pobres y desfavorecidos.

Según el Episcopado, este proyecto no se limita, como afirman sus promotores, a reglamentar lo establecido por la Corte Constitucional en la sentencia C-239 de 1997. Dicha sentencia –aclara monseñor Falla- no legalizó la eutanasia en Colombia sino que se limitó a despenalizar un solo caso específico: a saber, el caso del enfermo terminal que solicita voluntariamente y reiteradamente, con plena libertad y conciencia, a su médico tratante, la terminación anticipada de su vida para evitar el dolor y el sufrimiento.

“En su artículo quinto, por ejemplo, pretende legalizar la eutanasia no voluntaria, es decir, aquella que se realiza sin el expreso consentimiento del paciente. En consecuencia, los familiares, el médico y las instituciones de salud podrán disponer, en ciertas circunstancias, de la vida del paciente sin que éste pueda expresar libremente su voluntad o ser al menos informado”, enfatizó este obispo.

Y añadió que la eutanasia busca convertir a la muerte en una opción fácil y económica, “pues resulta más efectivo ponerle una inyección letal al paciente y no preservar su salud”.

REDACCIÓN VIDA DE HOY