Presagios
Abril 26 de 2009
Por: Carlos E. Climent
Estar alerta a los
signos de recaída bipolar puede evitar una precipitación a formas más severas
de la enfermedad.
La
historia natural de la enfermedad bipolar se desarrolla de una manera variable.
Ocurre a lo largo de un camino que va del extremo de los casos más leves y
benignos-de efectiva respuesta al tratamiento y buena posibilidad de
recuperación-hasta el extremo de los casos graves.
Los
episodios menores de aceleramiento o depresión, de lo que hoy se denomina
espectro bipolar, se suelen resolver espontáneamente sin dejar rastro y no
afectan las funciones ni el desempeño del individuo. Los casos más serios, es
decir las crisis severas y a repetición ocasionan una grave incapacidad en
todos los campos del funcionamiento cotidiano; no infrecuentemente, esta
persona, debe ser hospitalizada y es evidente su deterioro físico, emocional
cognitivo y psicológico.
Entre
estos dos extremos se ubican la mayoría de las personas. No hay dos casos
iguales y no se puede ser dogmático ni al respecto del tratamiento ni al
respecto del pronóstico de la enfermedad en uno u otro lado de este amplio
rango.
Realizado
el diagnóstico y propuesto un tratamiento, es necesario hacer un seguimiento
para atender prontamente las señales de posibles recaídas. Prestar atención a
dichos presagios permite una intervención preventiva. Dicho de otra manera
“aborta” la crisis antes de que se convierta en algo más grave y de
consecuencias más serias.
La intervención
preventiva requiere estar atentos a las evidencias tempranas de recaída de la
enfermedad. Estas se pueden manifestar en forma de síntomas-que seguramente
estuvieron presentes en alguna crisis anterior-pero que se agudizan en un
momento dado. Incluye una o varias de las siguientes:
*
Exacerbación de rasgos ciclotímicos. Lo que equivale a decir, oscilaciones
marcadas en el ánimo que van del optimismo marcado, al desánimo. Ya sea en
forma de aceleramientos o decaimientos notorios y preocupantes que van más allá
de lo normal para el individuo.
*
Respuestas, comportamientos, comentarios inusuales o inapropiados. Otras veces
se trata de irritabilidad manifestada en forma de reacciones agresivas o
accesos de ira incontrolables.
*
Comportamientos irracionales, tercos, descontrolados, arriesgados o impulsivos
que ocurren de manera episódica.
*
Sensación de ser incomprendido.
*
Reincidencia en conductas-ya superadas-de ingesta de alcohol u otras drogas.
* La
persona empieza a no dormir bien y arrastra, por semanas, un importante déficit
de horas de sueño.
*
Períodos de gran productividad que van paralelos con grandes conflictos
interpersonales. Por ejemplo la persona está pasando por una racha con
demasiados negocios y gran actividad; pero tal situación está acompañada de
conflictos de todo tipo.
* La
persona abandona el tratamiento, empieza a negar la importancia del mismo y
muestra una resistencia marcada a volver a consulta.
Ante
la presencia de una o más de estas manifestaciones, es preciso entender que
puede tratarse del inicio de una recaída que requiere de una acción decidida
por parte de la familia y el médico.
carloscliment@elpais.com.co