Una
operación es un evento estresante para la mayoría de las personas y mucho más
para los niños; por eso, Maritza Guerrero, directora del servicio de salud del
Instituto Roosevelt, epidemióloga y máster en dolor,
explicó a los padres cómo prepararse para enfrentar este tipo de
intervenciones. “La ansiedad puede acarrear consecuencias altamente
negativas. Son muchos los niños que, una vez dados de alta, presentan problemas
de comportamiento, trastornos alimentarios o en el sueño, y depresión”, dijo
Guerrero. La epidemióloga dio algunos consejos para que los padres sepan
reaccionar ante la posibilidad de un evento así.
Tras su experiencia, Guerrero
dijo que las cirugías más frecuentes en Colombia varían con la edad del niño.
En neonatos, son las correcciones de malformaciones congénitas, y de tipo
ambulatorio, las hernias inguinales. En preescolares, las amígdalas, las
adenoides, tubos de ventilación y, en general, problemas de tipo
otorrinolaringólogos. En niños más grandes se practican cirugías de cadera y en
adolescentes, problemas óseos. La especialista aconseja dar al paciente y
a su familia la información que desee, ni más ni menos, para lo cual es
aconsejable crear un ambiente de confianza con el paciente para que pueda
preguntar todo lo que le preocupa. En la anestesia se puede usar gas con
sabores para tranquilizar al niño.
Decirle la verdad al niño:
clave para lograr un buen manejo emocional del proceso Con el infante no
se deben usar frases como “esto no te va a doler” o “no te va a pasar nada
malo”, porque podría sentirse engañado. Al hacerlo, se pierde la credibilidad y
si eventualmente llega a requerir otra intervención, va a ser muy difícil. Se
le debe decir al niño, por ejemplo: la parte más difícil será el pinchazo. Es
recomendable hacer una simulación de lo que va a pasar. Puede ser una visita
previa al hospital o clínica para que no se sienta tan extraño cuando llegue a
la operación. Hay instituciones que hacen una visita guiada y les permiten ver
a otros niños.
¿Desde cuándo contarles que
van a ser operados? A los niños hay que informarles desde que son muy pequeños,
no importa que no hablen. Se les debe decir también: vas a estar conmigo otra
vez, te vamos a poner una mascarita, etc. Hacer juegos. Las jeringas de
plástico y las máscaras de anestesia con agradable olor ayudan a que los niños
se familiaricen con el proceso. También resulta útil poner al niño a
dibujar para saber cómo se imagina el procedimiento. Algunos pueden ilustrar
una nube negra encima, un brazo partido o una gran cicatriz. A través del
dibujo se pueden enfrentar los temores: decirle que la jeringa es más pequeña
de lo que imagina y que las cicatrices no son tan graves como cree. Con
un juego de respirar, el niño se puede concentrar en inflar la barriga y no
darle importancia a lo otro que le estén haciendo.
Recomendaciones
- Si la cirugía del niño está
programada por la mañana, no deje que coma ni beba nada después de la media
noche del día anterior.
- Si el niño tiene fiebre el día de la operación o el
día anterior, llame al servicio de cirugía para informar. Si no pudo comunicarlo,
cuéntelo el día del procedimiento. La fiebre significa infección.