Le tengo el remedio / Preocúpese
por su corazón
La
obesidad aumenta el riesgo de tapar las arterias coronarias, que son las que
llevan la sangre al músculo cardíaco.
El
director de orquesta del organismo tiene más de un enemigo. Es hora de que
aprenda a conocerlos y de que ponga en marcha medidas para defenderlo de ellos.
Con
todo el respeto que el Vicepresidente de
Ojo con los kilos: el sobrepeso hace que el corazón se esfuerce más. La
obesidad aumenta el riesgo de tapar las arterias coronarias, que son las que
llevan la sangre al músculo cardíaco. Manténgase delgado, y no sólo por
estética.
Controle la tensión: cuando la sangre viaja por las arterias con presión
muy elevada, el corazón debe trabajar más y con mayor fuerza. Necesita más
oxígeno, es decir más sangre que, si no llega en cantidades suficientes al
músculo cardíaco, producirá dolor o un infarto. Mídase la tensión arterial
regularmente.
Muévase más: el ejercicio regular baja la frecuencia cardiaca, ayuda a
controlar la tensión y alivia el trabajo del corazón. Treinta minutos diarios
de actividad aeróbica controlada (trotar, caminar en forma vigorosa, nadar,
patinar, montar en bicicleta), mínimo cinco veces a la semana, le caerán de
maravilla. Si no sabe cómo empezar, tranquilo: con caminar sin detenerse está
bien para empezar, pero hágalo.
Chicharroncito, no: el colesterol es una grasa que circula en la sangre.
Hay dos tipos: uno bueno de alta densidad (o HDL), que no se pega a las
arterias, y uno malo (el LDL), que las puede tapar.
Los que saben recomiendan comer del bueno y desechar el malo. No se enrede.
Bájeles a las grasas de origen animal y prefiera grasas vegetales como las de canola, girasol, maíz, ajonjolí y soya, entre otras.
No fume: Colombia estrenó hace un año
Pilas con el azúcar: la glucosa elevada en la sangre indica que dentro
de las células no hay. Esto daña los tejidos. Las arterias tienen paredes
anormales y débiles que se pueden romper y tapar. Si esto ocurre en el corazón:
chao al amigo. Vigile su glicemia.
Deje el caramelo.
Los años cuentan: el riesgo cardiovascular aumenta con la edad. Después
de los 40 es indispensable revisar y controlar los factores de riesgo. Un
chequeo completo periódicamente es aconsejable. Recuerde que para el corazón no
hay cirugía plástica. Esconda la cédula pero vaya al médico.
Familia es familia: si en su familia se han presentado infartos o
muertes por causas cardiovasculares, usted tiene mayor riesgo de sufrirlos. No
es por alarmarlo, pero independientemente de su edad, debe controlarse. En su
testamento puede incluir bonos de prevención.
Por último: no se automedique. Visite al médico ante cualquier molestia.
Tómese los medicamentos que le formulan sin falta. Y si no quiere estresarse,
evite oír discursos.
Víctimas
se cuentan por millones
Las
enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en adultos en el
mundo.
Se estima que hoy 17 millones de personas pierden cada año la vida por esta
causa.
De acuerdo con
Contrario a lo que ocurría antes, hoy hombres y mujeres están en la misma
situación de riesgo cardíaco, y el 80 por ciento de la carga se encuentra en
los países de ingresos medianos y bajos.
Aprenda
a controlar el estrés
Si
se siente al límite, ponga en práctica lo siguiente:
Cuente
hasta diez: la pausa transmite una sensación de control.
Mire a otro lado: fije los ojos, por un momento, en una imagen distante,
lejos del problema que le causa tensión. Así, los ojos se relajan y el resto
del cuerpo tiende a hacer lo mismo.
Respire profundo: ponga su mano en el estómago y procure llenarlo al
inhalar, imagine que lo desinfla al exhalar. Haga esta respiración abdominal
por cinco minutos, cada vez que sienta que está a punto de estallar.
CARLOS
F. FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO