Tramitología en las EPS dificulta
acceso a planificación gratuita
Desespero.
“Mientras esperaba que me ligaran las trompas me he llenado de hijos y no me
resuelven nada”, dijo Diana Lerma, quien vive en Nueva Florida con su esposo
Rafael Quiñones y sus siete hijos.
Cuando
Diana Lerma comenzó a buscar la cirugía de ligadura de trompas de falopio,
tenía cinco hijos. Ahora es madre de siete niños, uno de un año, y por eso
busca desesperada que le practiquen el procedimiento.
Apenas
escuchó en un noticiero radial y en la televisión que
Con
la carta del Sisbén, este centro asistencial la
remitió a Caprecom y después de madrugar tres días a
las 3:00 de la mañana desde
Diana
dijo sentirse “feliz de la vida” y su esposo Rafael Quiñones también, al saber
que su familia no aumentará más. Pero al llegar a
“Uno
se desilusiona, tanta gastadera de plata, de tiempo,
de esfuerzo sacando papeles, la aguantadera de hambre
y para nada, ya perdí hasta las ganas de que me operen”, dijo esta desplazada
por la guerrilla de Barbacoas, Nariño.
Similar
situación vivió su vecina del callejón, Yeimy
Patricia Ararat, una joven de 23 años que ya tiene
tres hijos. “Me dijeron lo mismo, que no hay contrato, pero queremos que nos
operen, el Presidente dio la orden de que tienen que hacer la cirugía”.
Ellas
son dos de las tres vecinas del sector que fueron a sus EPS para ejercer su
derecho a la salud sexual y reproductiva. Y unas de las cientos, tal vez miles
de mujeres que en Cali no han podido acceder a la ligadura de trompas gratuita
como medio de planificación familiar.
El
fallo de
A Yeimy, por su parte, le autorizaron el procedimiento
quirúrgico desde que su último hijo tenía 2 años (ya tiene 5), pero la
remitieron al Hospital Mario Correa Rengifo y
encontró el mismo problema: no había contrato. “Es la tercera vez que me dan la
orden y espero que en ésta sí me operen”, dijo.
Paola
Andrea López, enfermera jefe del programa de Planificación Familiar del Carlos Holmes Trujillo, dice que con la nueva ley sí aumentó el
número de mujeres que preguntan qué hacer para poner fin a su fertilidad con el
‘pomeroi’, nombre científico de la ligadura de
trompas.
“La
ligadura siempre la hemos hecho por campañas de prevención; al mes se programan
unas doce operaciones para mujeres de población vulnerable, que no tienen
ningún tipo de seguridad social, con la consulta, exámenes y cirugía gratuitas.
Y aquellas que tienen Sisbén, se remiten a sus IPS
como Caprecom, Coopsalud, Emsanar, Cóndor, SelvaSalud, etc”, dice López.
Sigue la búsqueda
Muy
cerca, en el Hospital Isaías Duarte Cancino, Vicenta Moreno Rentería espera su
consulta con el ginecobstetra para saber si la van a
operar de tumores en el útero. “Le voy a preguntar al doctor si en ese legrado
que me van a hacer me pueden cerrar las trompas de una vez”, dice la mujer de
35 años que de ocho embarazos sólo le sobreviven cinco hijos.
En
la decisión la apoya su esposo Tomás López. Él trabaja en construcción y ella
en casa de familia y viven en Potrero Grande.
Aunque
la campaña del Carlos Holmes Trujillo ya terminó,
María Eunice Idrobo dice
que apenas la renueven, solicitará su cirugía. A sus 36 años y con tres hijos
de 14, 13 y 7 años, trabaja como pizzera por turnos,
al igual que su esposo.
“Hoy
vine por las pastas de planificar, pero apenas pueda me hago operar, así mi
esposo no quiera, no deseo tener más hijos ni vivir con el temor de quedar
embarazada; además, él no interviene en eso”.
De
la autonomía que ha ganado la mujer con relación a las decisiones que tome
sobre su cuerpo y su vida, da fe el ginecobstetra Hoover Canaval, director
operativo de servicios de salud del Hospital Universitario del Valle, HUV.
Para
el HUV, que atiende 6.500 partos al año, es excelente opción que las EPS den la
cobertura total a quien pida la ligadura de trompas o la vasectomíaHoover
Canaval, ginecobstetra HUV.“El
HUV brinda la consejería, pero siempre respetando la voluntad de la pareja,
pero la decisión es de la mujer.
No
obstante, la responsabilidad de los métodos de planificación sigue recayendo en
la mujer, pues la demanda de solicitudes de vasectomías, que también son
gratuitas, no es tanta como las de las ligaduras.
Incluso,
madres maduras son las que impulsan a sus hijas a que aprovechen “la ganga” que
otorga la ley y no les den más nietos. “Es lo que le digo a mi hija Marly, apenas tiene 27 años y ya es madre cabeza de familia
de dos niños. ¿Qué más espera? le digo que se haga operar”, dice una joven
abuela.
Igual
aconseja a su hija una mujer de El Poblado que llevó a sus tres nietos en edad
preescolar al control de crecimiento en el Carlos Holmes
Trujillo. Su hija y madre de los niños, trabaja. “Le pido que se haga operar,
pero le da miedo”, dice.
En
cambio, John Manuel Cabezas es uno de los pocos que
está que pide la vasectomía desde hace tiempo, pero no tenía dinero para pagar
el procedimiento. Ahora, con la nueva disposición, espera que
Especialistas
y madres consideran que los hombres poco se arriesgan a someterse a la
vasectomía, por las creencias erróneas de que disminuirá su virilidad. Los
médicos coinciden en que falta cultura, educación y más información.
“Deben
ser las EPS las que deben promover esas campañas para que la gente solicite los
procedimientos de manera voluntaria”, concluyó el médico Canaval.
Ligadura y vasectomía
La
ligadura de trompas es una cirugía de mediana complejidad, con anestesia
general y dos o tres días de incapacidad.
La
vasectomía es ambulatoria, sencilla, inocua para la salud del hombre, con
anestesia local y sin suturas. La incapacidad es de tres días para actividades
normales y de mes o más para actividades como montar a caballo, moto, bicicleta
o jugar fútbol.
Ambos
métodos son irreversibles.