En épocas de sol ardiente conviene saber cómo escoger el bloqueador solar adecuado

Si piensa tomar vacaciones en sitios muy calurosos, no dude en empacar el bloqueador adecuado. El sol en exceso entraña riesgos graves para la salud.

De ello depende que las personas protejan efectivamente su piel de quemaduras, disminuyan el riesgo de cáncer y prevengan el envejecimiento prematuro.

Por los efectos nocivos que tiene sobre la piel, el dermatólogo Campo Elías Páez no sólo está en total desacuerdo con la exposición excesiva al sol, sino también con el uso de bronceadores que contengan aceite; este componente potencia la absorción de los nocivos rayos ultravioleta del sol (UVA y UVB), causantes de los daños cutáneos.

Sin embargo a muchas personas, especialmente a las más jóvenes, las advertencias sobre el riesgo que entraña exponerse al sol en exceso no las impresionan demasiado, sobre todo cuando el mayor interés es darle un tono más oscuro a la piel. Valga decir que, de acuerdo con los especialistas, el 80 por ciento del daño generado por los efectos del sol ocurren durante los primeros 18 años de vida.

Así las cosas, sólo cabe una recomendación: si insiste en broncearse, trate de hacerlo generando el menor daño posible, pues no existen los bronceados seguros. En eso son radicales los dermatólogos como Páez: "La tonalidad oscura que adquiere la piel no es otra cosa que el mecanismo de defensa que tiene ante la radiación ultravioleta", dice.

Por eso el uso de protectores o pantallas solares, que bloquean los rayos ultravioleta, es fundamental. Si bien esta característica los diferencia radicalmente de los bronceadores, no quiere decir que sea imposible lograr con ellos una tonalidad más oscura, en algunos tipos de piel.

La clave está en elegir el que más convenga a cada persona, no tomar el sol a ciertas horas del día y evitar las exposiciones prolongadas.

Antes que nada conviene tener principio de realidad y aceptar que algunas pieles, por ser muy claras, difícilmente se tornan canela. Si ese es el caso lo mejor es cuidarlas y protegerlas del sol para mantenerlas sanas y jóvenes el mayor tiempo posible, en lugar de someterlas a tratamientos extremos.

Las claves del bloqueador

Fíjese en su factor de protección solar (FPS). El recomendado para las pieles más claras oscila entre 30 y 50. Estos filtran entre el 96 y el 98 por ciento los rayos ultravioleta B (que son los más carcinogénicos); busque, además, que lo protejan contra la radiación ultravioleta A (UVA).

Esta se mide en cruces (tres es la máxima protección) o aparece expresa en palabras: alta y muy alta son las aconsejadas. Por último, verifique que sean resistentes al agua y al sudor. Aunque hay bloqueadores cuyos FPS llegan hasta 100, lo cierto es que 50 es la escala máxima (indica protección casi total).

Los bloqueadores deben usarse siempre, debido a que las personas están expuestas a la radiación ultravioleta en forma casi permanente, incluso si el día es nublado y si pasan la mayor parte del tiempo en espacios cerrados, como la casa y la oficina.

La radiación que atraviesa las ventanas y la que emanan las luces artificiales también cuenta. En otras palabras, el uso del bloqueador debe ser tan común como el del cepillo de dientes.

Ninguna piel es igual a otra, por eso cuídela siempre

Los tonos de piel pueden agruparse del uno al seis:

Uno: es el de personas muy blancas, de ojos claros, cuya piel está en mayor riesgo de deterioro temprano y cáncer por el sol; estas no se broncean, enrojecen.

Dos: el de aquellos que usualmente se queman, pero a veces se broncean.

Tres: corresponde a aquellas personas que a veces se queman y por lo general se broncean.

Cuatro: es muy común y corresponde al de quienes se broncean siempre y nunca se queman.

Cinco: corresponde a las pieles negras.

Todas, en mayor o menor medida, deben protegerse, pues ninguna es invulnerable a los rayos ultravioleta.

Cuando se viaja de vacaciones a tierra caliente, lo mejor es aplicar pantalla solar varias veces al día para reponer la que se lleva el sudor; lo ideal es hacerlo cada tres a cuatro horas, así no se entre en contacto con el agua.

Vale tener en cuenta que otras superficies, como la arena, el viento, el pavimento y el agua, proyectan de abajo hacia arriba la radiación, lo que también expone a la gente a quemaduras. Por eso hay que utilizar bloqueadores, incluso bajo el parasol.

Si insiste en broncearse

Evite bronceadores con FPS menor a 15;  en adelante la piel empieza a contar con protección.

No tome el sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., pues a esas horas la radiación es más intensa.

Siempre aplique bloqueador; recuerde que, ante todo, el propósito debe ser cuidar la piel.

Si se va a asolear, el primer día hágalo durante máximo 10 minutos; a esta cantidad súmele entre 5 y 10 minutos cada día.

Use complementos: gafas oscuras, sombreros y gorras sirven para defender zonas prominentes de la cara, como los pómulos, las orejas y la nariz; aquí conviene reforzar la aplicación de pantalla solar.

Los niños deben usar protector; haga que utilicen camisetas preferiblemente de color azul oscuro pues, contrario a lo que ocurre con el blanco, este tono repele más la radiación y hace que se proyecta menos a la cara.

REDACCIÓN SALUD