SEMANA

Paula Sofía: una vida que se habría podido salvar

 

Tras la muerte de una bebé de nueve meses, las miradas se enfocan en la cuestionada EPS Solsalud.

Un día antes de morir Paula Sofía, la Personería de Bogotá lanzó dos alertas sobre su complicado estado de salud. Como pocas veces sucede, una entidad del Estado se preocupó por encender las alarmas para que los centros de salud de la capital atendieran con urgencia a un paciente. Pero, al parecer, ya era tarde cuando se oyeron los llamados. Paula Sofía, de tanto solo nueve meses de edad, murió tras padecer un grave problema cardiovascular que no fue atendido a tiempo.


Ahora las miradas se enfocan en la EPS Solsalud, una compañía que nació en Santander y que fue rotulada por tener vínculos con el paramilitarismo y estar relacionada con políticos de la región que terminaron condenados por sus nexos con grupos ilegales. 

Según la historia relatada por la Personería, que siguió el caso desde la noche del pasado sábado, hace varios días empeoró el estado de salud de Paula Sofía, quien padecía síndrome de Down.

En un inicio, la bebé fue internada en el hospital San Blas, de segundo nivel, desde donde la Personería le pidió a la EPS Solsalud trasladar la menor a un hospital especializado en el que fuera sometida a una intervención cardiovascular que requería con urgencia, la misma operación que desde hace varios meses buscaba su familia.

La Personería, que asegura que Solsalud negó la intervención, logró que se remitiera a la menor al hospital Santa Clara, de tercer nivel, donde este lunes Paula Sofía se encontraba en "estado crítico". En ese centro de salud se carecía del soporte ventilatorio requerido para la operación.

Todos los intentos por salvarle la vida a Paula Sofía fueron en vano. Con todo y las alertas, Solsalud reaccionó al ritmo de la típica EPS que quiere apagar un incendio cuando ya es inevitable. Según la Personería, la EPS ofreció atender la bebé en Bucaramanga, no obstante, los médicos precisaron que Paula Sofía no soportaría el viaje. 

"Se le ofrecía tratamiento a la niña en Bucaramanga, pero para que se fuera por tierra, ni siquiera un traslado en avión. Todo lo volvemos un trámite", afirmó el personero de Bogotá, Ricardo Cañón, en diálogo con Blu Radio. 

En el comunicado, la Personería recordó que la menor podía ser atendida en otros centros especializados de la ciudad como "Cardioinfantil, Shaio, Santa Fe".

Tras la muerte de la menor, casi anunciada, el secretario de Salud de Bogotá, Sergio Jaramillo, un hombre que se caracteriza por hacerles frente a las denuncias, señaló directamente como responsable de la negligencia médica a la EPS Solsalud, y recordó las acusaciones contra la entidad por sus vínculos con el paramilitarismo

"SolSalud no tiene contrato con nadie. Es una EPS que debe salir de Bogotá y está en proceso de liquidación. Además, es una entidad que fue tomada por políticos que ahora están en la cárcel por parapolítica", alegó el funcionario.

Pero Jaramillo no fue el único que señaló a Solsalud. Lo hizo también Ferney González, tío de la menor, quien, sin dudarlo, eximió de la responsabilidad a las entidades del Distrito y dijo que "solamente la ESP Solsalud es culpable".

González reiteró que la menor requería la intervención cardiovascular y ante la negativa de los centros de salud, "se agravó y murió". "Era una niña especial, desde cuando nació tenía oxígeno artificial. A mi hermana le tocó demandar y ni así la EPS la atendió", dijo González.

Así, se apagó la vida de una menor que nació con una discapacidad cognitiva y merecía todas las atenciones de los organismos de salud y del Estado y que, a juzgar por lo que se ha dicho en los dos últimos días, fue una víctima más del pésimo sistema de salud del país