“Soy el papá científico de siete
mil bebés probeta”
Elkin Lucena, experto colombiano
en reproducción asistida, habla de métodos para mejorar la fertilidad y sobre
investigaciones con células madre.
A
través de su instituto especializado en reproducción asistida, Cecolfes, Elkin
Lucena ha llevado felicidad a cientos de miles de parejas que, por una u otra
razón, no podían tener hijos. Ginecólogo y obstetra, ejerció su profesión
durante diez años seguidos, hasta que un pensamiento malévolo lo paró en seco:
“¿Será que yo no sirvo sino para atender partos?”. Reconoce sin embargo que los
“particos” le dieron sus primeros pesos para comprar
casa y carro. Las becas se las ganaron después sus dos hijos, dedicados también
a la investigación y la ciencia, por aquello de que “hijos de tigre nacen
pintados”.
Su
inagotable curiosidad lo llevó a interesarse en las primera
inseminaciones artificiales que se hacían en Estados Unidos y Europa. Estudió,
preguntó e investigó, hasta que logró hacer sus primeras inseminaciones,
utilizando semen de donante. Como para variar, el escándalo no se hizo esperar
y a Elkin le cayó encima una catarata de críticas,
adobadas de envidia, pacatería y malevolencia. Lo
lideraba -cómo no- el sector más recalcitrante del clero.
Algunos
miembros conspicuos de la comunidad científica y ciertos abogadillos expertos
en pesca de aguas revueltas, trataron de hacerle la vida a cuadros, invocando a
la Providencia y esgrimiendo, con furia luciferina, argumentos de la más pura
estirpe inquisitorial. El mejor de todos, digno de ser grabado en los
exclusivos anales de frases célebres, predicaba: “Lucena promueve el adulterio
cuando mezcla semen de donantes, con los óvulos de las mujeres infértiles”.
Poco
después, el ‘boom’ de la Fertilización in Vitro
arrasó las dudas y prevenciones y el 25 de julio de 1979 nació, en Inglaterra, Louise Brown, la primera ‘bebé
probeta’ del mundo, hoy madre a su vez, de robustos mellizos, engendrados
gracias el respetable -y nunca bien ponderado- método antiguo. Responsables:
los doctores Patrick Steptoe
y Robert G. Edwards.
Reacios
a divulgar sus descubrimientos, los médicos ingleses terminaron aceptando una
invitación al Congreso de la Sociedad Americana de Fertilidad, en San
Francisco, Estados Unidos.
Allá
estaba, como un ringlete y haciendo cola desde las 4:00 de la madrugada Elkin Lucena Quevedo, el mismo que viste y calza, y que le
ha dado tanta gloria a Colombia con sus hazañas científicas.
Hoy
cuenta divertido que Steptoe y Edwards
dejaron a la concurrencia viendo un chispero, porque se limitaron a presentar
diapositivas indescifrables y se guardaron, por el momento, el secreto de sus
hallazgos.
De
regreso a Colombia, Lucena siguió estudiando (sostiene ser un autodidacta),
hasta que logró hacer su primera fertilización in vitro,
él solo y después de treinta y tantos intentos fallidos. Corría el año de 1985
cuando obtuvo su primer triunfo en estas materias, al que bautizaron Diana
Carolina (Méndez), la primera bebé probeta de Colombia
y Latinoamérica y octava del mundo.
Hoy,
muchos años después, aplica nuevas técnicas para lograr embarazos exitosos. Una
de ellas mediante inyección directa del espermatozoide en el citoplasma del
óvulo, que permitió derrotar la infertilidad masculina, un problema que parecía
insoluble. Sigue trabajando con el mismo entusiasmo de hace 30 años, dejándose
seducir por la Ciencia -su enamorada de siempre- y obteniendo logros que
parecerían ciencia-ficción, sino fuera por siete mil nombres propios de ambos
sexos, a quienes les ha brindado una paternidad muy responsable.
¿En qué momento pudo usted demostrar la importancia de su
trabajo?
Nuestras
investigaciones enfrentaron al principio un poco de desconfianza, pero
paulatinamente se empezó a conocer la seriedad de nuestros estudios y de
nuestro trabajo, hasta que nos impusimos en el mundo entero en esta
especialidad. Hoy estamos entre los ‘Top Ten’ de
investigadores del mundo y hemos podido extender nuestros conocimientos y
técnicas a todos los países de Latinoamérica.
¿En qué consiste el salto en metodología que están dando?
Diseñamos
una Nueva Era en Técnicas de Reproducción Asistida, porque actualmente la mujer
recibe una medicación excesiva, con base en hormonas, cuando se somete a esas
técnicas. Ya no se usan tantos medicamentos porque el exceso repercute en la
calidad de los óvulos. Si a eso le sumamos una edad avanzada de la mujer y la
causa de la infertilidad, llegaremos a una inestabilidad genética a partir de
la folicologenesis.
Que traduce…
Hablo
del folículo primordial que es el primer estadio de formación de un óvulo,
donde se llega a producir una inestabilidad genética por exceso de
medicamentos. Con las nuevas técnicas no suministramos hormonas y de esta
manera obtenemos óvulos de mejor calidad que, al fusionarse con los
espermatozoides, nos darán embriones óptimos y aumentarán las posibilidades de
éxito en las implantaciones. Esto está empezando a pegar duro en muchos países
del mundo. Es lo que he llamado también Fertilización In Vitro Mínimamente Invasiva.
¿Por qué después de 32 años del nacimiento en Inglaterra
de Louise Brown, la primera
bebé probeta del mundo, de 26 años del nacimiento de la suya en Colombia, Diana
Carolina Méndez , y de cientos de miles en el mundo,
se cambia ahora de técnica?
Siempre
nos han preocupado los efectos físicos, emocionales y sico-sociales
de la estimulación hormonal exagerada que trae, además, mayores costos y
riesgos asociados con embarazos y nacimientos múltiples. Antes implantábamos en
el útero tres o cuatro embriones; hoy optamos por la transferencia de uno solo,
porque sabemos que ése es suficiente para lograr un embarazo.
¿Cómo funciona ese método?
La
mujer produce sólo un óvulo maduro por mes. Lo sacamos en forma natural, sin
medicamentos de ninguna clase y le hacemos fertilización in vitro,
para obtener un embrión e implantarlo.Hay una segunda
técnica llamada Maduración in Vitro, que consiste en sacar óvulos inmaduros
almacenados en el ovario (que en ese estado no pueden ser fecundados) y
colocarlos en medios de cultivo específicos para que maduren. Una vez maduros,
seguimos con el proceso de fertilización in vitro
hasta obtener embriones de gran calidad e implantarlos.
¿En materia de infertilidad cuáles son los porcentajes
entre hombres y mujeres?
La
OMS dice que estamos casi parejos, pero en realidad uno ve que en el varón hay
mayores causas de infertilidad que en la mujer. A eso contribuyen las
enfermedades sexualmente transmisibles, el medio ambiente, la contaminación, el
estrés. Respecto a este último hay anécdotas impactantes como las que vive uno
en Asia, donde los hoteles a donde concurren los ejecutivos chinos, japoneses,
coreanos (como lo pude ver en Kuala Lumpur, por
ejemplo), tienen magníficos servicios de sauna, y de masajes que incluyen
masturbación, porque no hay tiempo que perder en la seducción de una chica en
un bar, ni de tener sexo con todas las de la ley.
¿Es cierto que han salido nuevas técnicas para tratar lo
que podríamos llamar ‘espermatozoide perezoso’?
Muy
curiosa su denominación, pero podría validarse. Risa. Hay una técnica que se
llama Inyección Intracitoplasmática del
Espermatozoide. Como a veces éste no es capaz de penetrar el citoplasma que
recubre el óvulo, se acude a esa inyección para ayudarlo a atravesar la
membrana. Otra técnica permite magnificar los espermatozoides a través del
microscopio para seleccionar los de mejor morfología y movilidad.
¿Qué otra novedad en fertilización asistida trae la Nueva
Era?
A
principios de los 90 un francés, el doctor Claude Ranoux, diseñó una cápsula especial para utilizar la vagina como incubadora de embriones, en lo que se llama
Cultivo Intravaginal, técnica que le significó un
premio en investigación y que causó toda una revolución. Pero aunque los
resultados fueron del 20% en las tasas de embarazo, la técnica la fuimos
abandonando en todo el mundo y no se volvió a saber nada al respecto, hasta que
el doctor Ranoux, 20 años después, presenta su
cápsula modificada, que en este momento es mi pasión y que se llama Invocell.
Ya veo que lo tiene entusiasmadísimo, ¿cuál es el truco?
La vagina tiene las mismas concentraciones de gases, de
temperatura y de humedad que las incubadoras artificiales tradicionales de
laboratorio. En la nueva cápsula del doctor Ranoux se
colocan los óvulos y los espermatozoides, se llena con medios de cultivo
específicos, se pone en una pequeña cámara protectora, se introduce atrás en la
vagina y se protege con un diafragma para que no se
salga. No molesta absolutamente nada. Se deja tres días, se extrae y allí están
los embriones para implantar en el útero.
¿Y por qué es mejor este sistema?
Me
atrevo a decir con mucha certeza que la calidad del embrión producido en esta
incubadora natural, es mejor, porque como las incubadoras antiguas se están
abriendo y cerrando continuamente, sufren cambios en la temperatura y en las
concentraciones de gas (Oxígeno y Co2). Pero hay algo todavía más importante, y
es el aspecto sicológico de la pareja, y
especialmente de la mujer, que se sentirá cargando en su cuerpo la cápsula
donde se está desarrollando una nueva vida.
¿Son, entonces, asimilables a las ‘mujeres canguro’?
Sí,
son ‘mujeres canguro en reproducción asistida’, porque llevan en sus cuerpos
las cápsulas; ¿cuál es el éxito? nosotros iniciamos esta técnica en América
Latina y tenemos una tasa de embarazos de cerca del 48%, que es altísima. Ya
hay embarazos prácticamente en todos los países latinoamericanos, menos en
Chile y Argentina, porque ellos son razas muy especiales. Risa. Esta técnica
nos permitirá llevar la fertilización a miles de parejas en el mundo, que hoy
no acceden a ella por sus altísimos costos.
¿Cuánto costaba antes?
Algunos
cobran hasta veinte millones de pesos, pero eso no tiene razón de ser. El
doctor Ranoux, a quien tuvimos aquí en Cecolfes, está fascinado con nosotros por lo que estamos
haciendo y la noticia es que la Food Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, está a punto de
darle la aprobación a su cápsula.
Hablemos
de un tema apasionante como es el de la congelación del semen y sus desarrollos
posteriores.
La
congelación exitosa del semen se logró en 1953, en Arkansas, en la Universidad Litle Rock, por el profesor Jerome
K. Sherman y en 1998 un médico coreano, el Dr. Chang, obtuvo el nacimiento del primer bebé derivado de un
espermatozoide congelado. Se demoró tanto porque existía el temor de que la
congelación produjera alteraciones y aumentara el riesgo de tener bebés con
problemas de tipo cromosómico.
¿Qué es la ‘vitrificación’ del óvulo ?
El
doctor Masashige Kuwayama
de Tokio presentó en el año 2000, el primer nacimiento derivado de una técnica
muy novedosa para la congelación de los óvulos, llamada vitrificación. Hay dos
tipos de técnicas: las congelaciones lentas, en las cuales hay un descenso
gradual hasta llegar a una temperatura de -196 grados centígrados, necesaria
para la preservación de los tejidos y las células. La otra es la vitrificación,
que consiste en una supercongelación rapidísima. Una técnica que ha
revolucionado toda las ciencias crio-biológicas.
Fue combatida tremendamente, pero nosotros comenzamos con ella y ya tenemos más
de 200 nacimientos a partir de óvulos crio-preservados.
El doctor Kuwayama ganó la pelea porque ya todo el
mundo quiere hacer vitrificación.
¿Soluciona problemas éticos?
Claro,
por eso es, además, un gran acontecimiento. Teníamos un problema ético y legal
con la congelación de los embriones supernumerarios, los sobrantes de un
proceso de reproducción, con la consiguiente polémica. Con la congelación del
óvulo, hoy día prácticamente no hay necesidad de congelar embriones.
¿En qué consiste su programa Madres del Futuro?
La
mayoría de las pacientes que nos llegan hoy, están por encima de los 35 años
(entre 38 y 42) y ya sabemos que la fertilidad de la mujer se reduce a partir
de los 35, porque comienza a disminuir la producción de óvulos y a cambiar su
calidad cromosómica, cosa que se acentúa a partir de los 40 años.
Gracias
a la técnica de congelación de los óvulos, la mujer puede hoy vitrificar (crio-preservar) sus óvulos antes de llegar a los 35, tener
así libertad para desarrollarse intelectual, social y profesionalmente, y
escoger el momento en que quiera quedar embarazada con sus propios óvulos
sanos.
¿Cuánto cuesta el procedimiento?
De
acuerdo con nuestro sistema de La Nueva Era, puede estar entre cinco y seis y
medio millones de pesos. Antes costaba entre doce y catorce millones.
¿Otro tema es el Diagnóstico Genético Pre-Implantación
DGP; qué significa?
Una
vez logrados los embriones en el proceso de fertilización in vitro, hacemos el diagnóstico de enfermedades genéticas y
cromosómicas, lo cual nos permite transferir al útero sólo embriones sanos.En esto se presenta otra polémica ética porque
algunos sostienen que es un procedimiento eugenésico, pero eso no lo vamos a
discutir ahora. El procedimiento es que, a los tres días de desarrollo, se toma
una célula de los embriones –a los cuales no les pasa absolutamente nada- y se
estudian desde el punto de vista molecular y cromosómico para saber qué tipo de
enfermedades desarrollarán y de qué sexo es. De esta forma implantamos el
embrión de una niña, o un niño, sano.
Por decirlo de alguna manera, ¿se pide el sexo del
embrión ‘a la carta’?
Se
puede hacer solamente el diagnóstico de enfermedades, pero si la pareja lo
pide, también se hace diagnóstico del sexo, porque hay parejas que tienen
mínimo riesgo de enfermedades genéticas o cromosómicas y deciden determinar el
sexo de su hijo o hija.
¿Qué pasa con los embriones sobrantes?
Eso
lo trabaja mi hija Carolina. Logramos la primera línea de Células Madre
embrionarias en 2005 –esto no lo sabe el país- que ya es avalada
internacionalmente y nos la han pedido de Universidades como New Castle, Missisipi,
y Chicago. También hay células nuestras en Suecia (en un laboratorio muy grande
de Células Madre de Gotemburgo). Allí han
experimentado con nuestras células Cecol 14, como se
llama la línea, para estudiar enfermedades cardíacas en ratones y en micos. Ya
está listo para que la FDA permita hacer ensayos clínicos en humanos, con
nuestras células.
¿En qué consiste la investigación?
Paso uno: hay que tomar
embriones de cinco días de desarrollo que se llaman blastocistos.
Son estructuras específicas que contienen unas células llamadas tropohectodermo, que dan origen al cordón umbilical y a la
placenta. El blastocisto tiene una cavidad que
contiene líquido y, además, una masa compacta de células muy, muy jóvenes, -más
o menos 200- llamada Masa Celular Interna o Células Madre. Esta masa celular
interna es la que da origen al individuo. Son células llamadas pluri potentes que pueden dar origen a cualquier tejido,
contrariamente a las células madre adultas que no dan origen sino al tejido del
cual provienen. Entonces con unas técnicas especiales se toma masa celular
interna y se somete a un proceso para derivar lo que se llaman líneas. Estas
células son infinitas. Se pueden reduplicar y reduplicar en el laboratorio por
miles de miles de millones. Lo interesante y realmente importante es que, como
en el blastocisto todavía no se ha diferenciado
ningún tejido, las células que se sacan de allí se inducen hacia el tejido
requerido, corazón, pulmón, bazo, en el laboratorio, para producir el tejido
pertinente.
¿No se presenta rechazo inmunológico?
Ninguno.
Aquí estamos trabajando tímidamente un poco en corazón, pero nuestras células Cecol 14 ya están en Chicago, para investigación de
enfermedades cardíacas.
¿Ha incursionado en clonación?
No
en humanos. Hace unos años hicimos clonación en cerdos. El programa se llama
Arca de Noé. Logramos una preñez de clonación, pero la cerdita abortó y ahí
quedamos. Sin recursos es muy difícil, pero todo lo que aprendimos en clonación
nos ha servido para la investigación en Células Madre.
¿De cuántos bebés probeta es usted el ‘papá’ científico?
Hasta
el momento deben ser entre ¡siete y ocho mil! Risa.