Pandilleros intimidaron a médicos
en el HUV para que reviviera a uno de los suyos baleado
Diez
minutos de pesadilla vivieron el cirujano, anestesiólogo y paramédicos de la
sala de quirófanos de urgencias del Hospital Universitario del Valle en la
madrugada del lunes.
Los integrantes
de una pandilla ingresaron abruptamente para exigirles reanimar a uno de sus
compañeros herido a bala.
El incidente que encendió las alarmas se presentó a las 3:35 de la
madrugada del lunes tras un enfrentamiento entre dos grupos en la carrera 2
oeste con calle 45, en el sector Rumores de Siloé.
En medio de la pelea de pandillas Miguel Oswaldo Garrido, de 22 años,
recibió un impacto de bala en la cabeza.
Una patrulla de la Policía que socorrió al muchacho lo trasladó al
HUV y aprovechando la confusión de una sala atiborrada con más de 162 personas
heridas durante la celebración del Día del Padre, siete de sus compañeros de
pandilla aprovecharon para ingresar al centro asistencial.
"El paciente venía acompañado de personas exaltadas que ingresaron a la
sala de reanimación y de cirugía, una sala donde no podemos ingresar porque hay
personas que están intentando salvar vidas", dijo María Lucero Urriago, directora general del HUV.
Garrido llegó sin signos vitales, pero sus amigos agresivos y confundidos
les exigían a los médicos que hicieran algo. A los 10 minutos, cuando se
confirmó su muerte los mismos muchachos se trasladaron a la morgue y
allí en iguales términos procedieron a maltratar al funcionario para que les
permitiera ingresar.
Al final la Policía desalojó a los dolidos compañeros de Garrido.
La Directora del HUV envió un oficio al Comando de la Policía
Metropolitana para que se designe un servicio permanente de uniformados con el
fin de que el ingreso se encuentre salvaguardado para tranquilidad de todos.
"Es preocupante esta situación porque expone gravemente a nuestros
médicos, enfermeras, auxiliares y a todos nuestros funcionarios mientras
cumplen con su deber, somos una institución que cumple una misión médica y
trabajamos por la comunidad, hechos como este traen graves riesgos que no
podemos aceptar", dijo Urriago, quien dijo
que durante su administración es la primera vez que ocurre una situación de
esta naturaleza.
Según
el Sindicato de Trabajadores del Hospital se trata de una situación recurrente
y es la cuarta vez que personal médico se ve intimidado por acompañantes de
pacientes. Exigen que haya mayor vigilancia que acompañe a la seguridad privada
que presta su servicio a la institución.