El 30 Por Ciento De Las
Paisas Sufre De Disfunción Sexual
Cuando se
habla de disfunción sexual se tiende a pensar que es un problema masculino; sin
embargo, este también afecta a las mujeres. Ejemplo de ello es Medellín, donde
30 de cada 100 mujeres sexualmente activas, entre los 18 y los 40 años, tienen
alguna disfunción de este tipo, según lo indica un estudio hecho por un grupo
de especialistas en sexualidad humana del Instituto Antioqueño de Reproducción
(Inser).
Las
causas que aducen son diversas. Entre ellas figuran dolor o angustia durante la
relación, dificultad para conseguir una excitación o mantenerla, nunca haber
tenido un orgasmo e, incluso, la idea de que quien debe disfrutar es el hombre.
“Muchas
no conocen su cuerpo y, en su mayoría, ni siquiera saben que tienen un
problema”, explica Martha Cecilia Echeverri, psicóloga y gestora del estudio,
que se realizó con base en un método mundialmente aprobado, conocido como
Índice de Disfunción Sexual Femenina, que consta de 19 preguntas.
En este
caso se aplicó a 410 mujeres de la capital antioqueña, que no se encontraban
bajo tratamiento. Es, por lo tanto, la primera investigación de este tipo que
se realiza en Colombia con mujeres sanas. El estudio se hizo durante tres años
y recientemente fue publicado en la revista The Journal of Sexual Medicine.
Algunas
de las consecuencias de la disfunción son trastornos en el deseo y el apetito
sexual (21 por ciento lo pierden del todo), pues pueden llegar a tener una
sensación de culpa, de angustia y de rechazo a la relación íntima.
Según la
experta, haber tenido hijos, contar con una pareja estable y usar
antidepresivos inciden en la prevalencia de estas
disfunciones. También lo hace el bajo nivel educativo.
“Esta es
una situación multifactorial, que se puede dar por la crianza, por la
educación. Incluso, cuando una persona no tiene una pareja estable le resulta
más fácil tener un buen desempeño sexual. También hay factores físicos que
dependen de la edad y el ciclo vital en el que se encuentre la mujer, y la deficiencia
de hormonas y andrógenos”, explicó el médico especialista Germán Raigosa, quien participó en el estudio.
En cuanto
al nivel educativo, se detectó que si este es alto, funciona como protector de
la disfunción sexual, pues hace que la mujer logre expresar mejor lo que
quiere, sin temor a los prejuicios.
Raigosa dice que lo más importante es
que las mujeres ejerzan su derecho a disfrutar del sexo, que no pierdan su
deseo y su líbido y que, si lo necesitan, busquen
ayuda