Ya operan cerebros sin abrir el cráneo y sin anestesia

Algunos avances de los que ya se dispone permiten ser muy optimistas.

Con la ayuda de equipos sofisticados y técnicas avanzadas, se destruyen tumores y se tratan dolores incurables y hasta epilepsias. La idea es causar la menor cantidad de lesiones posibles.

Abrir el cráneo y actuar sobre el cerebro para tratar sus enfermedades de manera precisa, causando el menor daño posible, ha sido la eterna obsesión de los neurocirujanos.

Aunque en la década de los 30 Harvey Cushing y Walter Dandy, en Estados Unidos, dieron pasos sólidos en esta pretensión, la verdadera revolución en este campo se dio en los años 60, cuando el microscopio invadió con éxito las salas de cirugía: el suizo Gazy Yasargil desarrolló, a partir de la nueva tecnología, técnicas para manipular con seguridad nervios y arterias.

Por esa época en Estocolmo (Suecia) se introdujo el concepto de estereotaxia, que es una técnica que permite localizar con exactitud un punto dentro del cerebro (referenciándose en unas medidas externas en el cráneo) y atacarlo con haces de rayos X, en lugar de hacerlo con instrumentos convencionales, como bisturíes y pinzas.

Así nació lo que hoy se conoce como radio cirugía estéreo-táctica.
El paulatino desarrollo de las imágenes diagnósticas, como los rayos X, la Tomografía Axial Computarizada (TAC), la fibra óptica y la Resonancia Nuclear Magnética (RNM), ha sido, a su vez, determinante para el avance de la neurocirugía. Hoy es posible practicar intervenciones muy precisas, incluso sin romper el cráneo.

Las imágenes con las que hoy se cuenta, de muy alta definición, le permiten al neurocirujano identificar lesiones milimétricas en el cerebro.

Esta evolución exigió, a su vez, el perfeccionamiento de instrumentos de precisión entre los que se cuentan microscopios, instrumental fino y aparatos de endoscopia.

Todo esto sumado le permite al cirujano llegar a sitios del cerebro que hasta hace menos de dos décadas eran inaccesibles.

Vale decir que la posibilidad de tratar todas las enfermedades, lesiones y tumores que afectan al cerebro sin causar lesiones (así sean mínimas) en el cráneo y otras estructuras, es todavía remota.

Sin embargo algunos avances de los que ya se dispone permiten ser muy optimistas.

En Colombia ya hay equipos que, por ejemplo, logran destruir tumores y otros tejidos dañinos en el cerebro desde afuera, con precisión,sin abrir el cráneo y sin afectar las estructuras circundantes.

La técnica se conoce como radiocirugía estereotáctica: se ubica el punto exacto a intervenir y luego se dispara una gran cantidad de energía (radiación ionizante), hasta destruirlo. En una sola sesión, con equipos sofisticados y sin anestesia, se puede eliminar el problema y sin abrir el cráneo. La mayoría de las veces, y con el paciente despierto, se ven los resultados.

¿Para qué sirve?

Esta técnica se ha practicado con éxito en el tratamiento de tumores cerebrales benignos, como el schwannoma vestibular, los meningiomas, los craneofaringiomas, los adenomas de hipófisis y los hamartomas hipotalámicos.

También pueden intervenirse tumores malignos, como los astrocitomas anaplásicos y los glioblastoma multiformes y las metástasis.

Las malformaciones de arterias y venas, así como algunos tipos de epilepsia, dolores de difícil tratamiento y enfermedades de la columna, también pueden beneficiarse.

Juan Carlos Díez
Neurocirujano, experto en cirugía funcional y radiocirugía.
Especial para EL TIEMPO