Usar más medicamentos de los clínicamente apropiados, ya sean recetados o
tomados por cuenta propia, constituye una tendencia creciente que, a juicio de
especialistas, aporta más riesgos que beneficios para la salud de las personas.
Ricardo Alvarado, médico familiar del Hospital Universitario San Ignacio de
Bogotá, dice que está demostrado que entre mayor sea el número de fármacos que
se tomen, así sean necesarios, más alta es la posibilidad de sufrir efectos
adversos.
Lo preocupante es que para aliviar dichos efectos, muchas veces se requiere
recurrir a medicamentos adicionales para tratarlos, hasta caer en la llamada polimedicación.
Alvarado pone un ejemplo clásico: “Muchos pacientes –dice–
toman analgésicos para el dolor, tipo aspirina, que al producir irritación
gástrica requieren sustancias como el omeprazol para
calmarla; pero a su vez éste, usado de manera indefinida, promueve la aparición
de infecciones, que requieren antibióticos que pueden acabar con la flora
intestinal y causar diarreas... Y éstas son tratadas con otros remedios, y así
sucesivamente”.
Los adultos mayores son los más afectados; ignoran que los beneficios de unos
fármacos tienden a disminuir en la medida en que se usen más medicamentos. Los
riesgos son altos y por su elevada incidencia deben atenderse en el marco de la
salud pública.
Pero, ¿en qué momento la gente se volvió proclive a consumir fármacos en
exceso? Existe evidencia de que en las últimas tres décadas el consumo de
fármacos en los países industrializados ha crecido más de 500 veces; eso no
significa, sin embargo, que la población esté proporcionalmente más enferma.
Eso querría decir que la gente tiende a usar medicamentos, aun cuando no los
necesita.
En 1997, una investigación divulgada por Archivos de Medicina Interna
estimó que los adultos mayores ingerían entre cuatro y ocho medicamentos por
día; hubo casos de personas que consumían hasta 18 drogas por jornada.
Un trabajo más reciente (2004), publicado por Anales de Medicina Interna,
calculó que el 20 por ciento de la población consume el 75 por ciento de las
medicinas que hoy se venden en el mundo.
El problema es que, según el especialista español José Asterio
Ortega, director del Servicio Andaluz de Salud y coautor de un reciente estudio
sobre polimedicación, “no siempre por tomar muchos
fármacos el paciente está protegido; en muchas ocasiones está más en riesgo que
quien toma menos medicamentos”.
El concepto de estos especialistas, que sugieren analizar con cuidado cada
caso de polimedicación y buscar alternativas, se
compadece con lo dicho hace mucho tiempo por Benjamin
Frlanklin: “El mejor médico es el que conoce la inutilidad
de la mayor parte de las medicinas”.
Fuentes: ‘Actualidad Farmacéutica’, No. 02, diciembre 2011. ‘El paciente
anciano polimedicado’, Sistema Nal.
de Salud de España.
Si usted está polimedicado, tenga en cuenta lo siguiente:
-No suspenda el uso de medicamentos por su cuenta.
-Consulte con su médico tratante, elaboren un listado de todo los fármacos que
usa y revísenlos.
-Analicen cuáles pueden estar interfiriendo con los efectos de otros o
generando reacciones molestas o adversas.
-Hecho eso, definan cuáles son los indispensables para tratar su dolencia; el
objetivo es retirar poco a poco los demás.
-Revise periódicamente las fórmulas con su médico; no las prolongue o repita
sin necesidad.
¿En qué momento hay que
consultar?
Es muy importante que hable con su médico tratante si está en alguna de las
siguientes situaciones:
-Lleva varias semanas tomando más de tres remedios a la vez.
-Cuando ingiere un medicamento le causa efectos molestos que lo obligan a usar
otro fármaco para aliviarlos.
-Si al tomar los medicamentos mezclados le sientan mal.
-Si lo están viendo varios médicos, pero cada uno formula por su cuenta, sin
enterarse de lo que le han recetado los otros.
-Si usted es de aquellas personas que usa, por su propia cuenta, medicamentos
para cada síntoma que presenta.
-Si tiene la percepción de que está tomando algún medicamento que no necesita.
-Si lleva más de tres meses tomando un medicamento, sin que lo haya controlado
un médico (no importa si es un solo remedio).
-Si tiene la tendencia a repetir tratamientos completos recetados en el pasado,
por su propia cuenta.
-Si en los últimos seis meses ha tenido que consultar a más de tres médicos
distintos, por dolencias diferentes. Consulte con uno solo y pida que le haga
un chequeo general.
Carlos F. Fernández
Asesor médico de EL TIEMPO