Ojo, no se quede calvo / Columna
de Carlos Francisco Fernández
Carlos
Francisco Fernández
El
pelo es como una corona gloriosa, sobre todo para las mujeres.
Mejor
dicho, se podrá caer la bolsa, se podrá agrandar la capa de ozono, pero eso es
poco frente al drama de enfrentarse a un manojo de cabello en el sifón de la
ducha o disperso sobre la almohada. Es una tragedia.
Tenga en cuenta que desprenderse de 50 a 100 pelos al día es normal. Es una
cantidad mínima frente a los 100 mil que adornan una cabeza. Y aunque la
mayoría de calvos, sobre todo hombres, lo son por cuestiones hereditarias, el
que se quede mucho pelo en el peine también puede ocurrir por otras razones.
Aprenda:
un pelo pasa por varias etapas, que incluyen crecimiento, reposo y caída; la
duración de cada fase varía de una persona a otra. Cuando un pelo se cae, se
completa el ciclo y da paso a uno nuevo. En los hombres, especialmente, y por
cuestiones hormonales hereditarias, los folículos pilosos se pueden degenerar.
Cuando ocurre, empiezan a aparecer los claros en la cabeza.
Pare bolas: hay enfermedades que tumban el pelo, como las de la tiroides, el
lupus, las anemias, la diabetes y tumores en las glándulas suprarrenales o en
los ovarios; así que si en su mano queda pelo, empiece por consultar al médico.
Ojo con los medicamentos: la lista de fármacos enemigos del pelo es larga;
entre ellos están algunos anticonceptivos, drogas para la presión arterial, los
esteroides, uno que otro diurético y antidepresivo y (dicen) hasta la aspirina
cuando se toma por periodos prolongados. Conocidas son las calvicies por los
tratamientos contra el cáncer. Revise qué toma y hable con su médico.
También lo que come: las dietas bajas en proteínas o deficientes en hierro
aceleran la caída del pelo. Aunque no lo crea, algunas vitaminas en exceso
pueden tumbar uno que otro pelo. Dicen que la A y la D... Así que revise y
consulte con el médico.
Cójala
suave: la tensión emocional, la depresión y la angustia son capaces de tumbar
el pelo a manotadas. Para reducir el estrés cuente hasta diez, haga ejercicio
en forma regular, medite, practique yoga y dedique tiempo a alguna afición.
¡Fresco!
Por último: evite someterse a tantos rizados, alisamientos y químicos; no se
haga ni trenzas ni peinados apretados y no abuse de los planchados y
cepillados. Modere el uso de suplementos con selenio y revise si su cuero
cabelludo es grasoso (porque eso tumba el pelo). Si el problema es serio, corra
al dermatólogo.