Si la gestante es obesa, el bebŽ padecer’a el mismo mal en su ni–ez, segœn studio

Segœn un estudio de mŽdicas colombianas, el sobrepeso o la obesidad de la mujer embarazada puede predisponer al bebŽ a padecer el mismo mal. En la investigaci—n 'Factores de riesgo perinatales para sobrepeso y obesidad en escolares en una poblaci—n bogotana' se evalu— a 528 madres y a sus hijos entre los 5 y los 10 a–os de edad.
Dentro de la base te—rica se encontr— Òla programaci—n fetal. Esta habla de por quŽ el ambiente al que se expone un feto va a influir en Žl de una manera importante m‡s adelanteÓ, explic— Mar’a AngŽlica Escobar Juzga, especialista en laparoscopia.
En este sentido, se determin— que Òlas mam‡s que ten’an sobrepeso, antes de empezar el embarazo, ten’an casi dos veces m‡s riesgo de que sus ni–os fueran a ser obesos entre los 5 y 10 a–os de edad. Es decir, el cuidado inadecuado de s’ misma s’ repercute en la infancia de los ni–osÓ, a–adi— la ginec—loga.
Con respecto al peso al nacer, cuanto m‡s gordo nazca el ni–o, m‡s riesgo tendr‡ de desarrollar obesidad, pues m‡s calor’as va a necesitar y a almacenar. ÒLa mala alimentaci—n va a producir alteraciones hormonales que, cuanto m‡s temprano empiecen, van a ser m‡s permanentesÓ, dijo.
Segœn la ginec—loga, Òaunque los cambios en los —rganos son m‡s profundos y permanentes, mientras m‡s temprano se inicien, no todos se terminan de formar en el embarazo. Por eso, un ni–o que est‡ en crecimiento todav’a est‡ desarrollando sus —rganos y puede ser susceptible de presentar esos cambios, as’ nazca normalÓ.
Es decir, el bebŽ tambiŽn es vulnerable despuŽs del nacimiento. Por eso, el estudio tambiŽn se enfoc— en los h‡bitos que adquieren los ni–os.
En este sentido, se hall— que entre 528 ni–os, 207 ten’an obesidad o sobrepeso. TambiŽn se encontr— que est‡n frente a las pantallas m‡s de dos horas al d’a.
ÒCuando el ni–o ve televisi—n, en una hora se muestran nueve comerciales de comidas r‡pidasÓ, afirm— la epidemi—loga Sandra Bautista. Y es una actividad sedentaria.
Finalmente, se determin— que la mayor’a duerme menos de ocho horas, que es lo indicado para su edad. Cuando el peque–o duerme menos, Òaumenta el riesgo de obesidad. Se ha encontrado que el metabolismo se altera y hay un aumento de las hormonas contrarreguladoras, que hacen que se afecte la adiposidad y aumente el tejido de grasaÓ, explica Bautista.
Para la ginec—loga Mar’a AngŽlica Escobar, aunque la madre haya sufrido de obesidad y sobrepeso, la predisposici—n para que el bebŽ sufra de lo mismo se puede contrarrestar.
Por ejemplo, Òexisten estudios con ratas que demostraron que, a pesar de que una rata obesa tenga el rat—n, cuanto m‡s temprano se inicie la correcci—n con una dieta apropiada, los cambios son reversibles. Sin embargo, es importante anotar que, as’ el ni–o no estŽ obeso, hay otros factores que influyen en la presencia de este mal, como el sedentarismoÓ, explic—.
Para contrarrestar la futura obesidad
- Asistir  a una cita preconcepcional.
- Lactancia exclusiva durante seis meses.
- Introducir nuevos alimentos a los 6 meses de edad. M‡s adelante, compartir una dieta saludable y fomentar la actividad f’sica.
- Controlar el tiempo que los ni–os ven televisi—n.
- Dormir ocho horas diarias.