Nuevo procedimiento reduciría sífilis congénita

Feb. 10 de 2013

Por:Carlota Loaiza Cadavid, Unimedios

En Colombia, el diagnóstico tardío de la sífilis en gestantes no permite un adecuado tratamiento y puede transmitir la enfermedad al feto a través de la sangre. Invertir el orden actual de aplicación de las pruebas de detección podría reducir la afectación de madres y bebés, según una investigación de la UN.

La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) o vertical (de madre a hijo) producida por la bacteria Treponema pallidum. Se adquiere por las mucosas, llega al sistema linfático y, posteriormente, al torrente sanguíneo por donde es transmisible al feto (en este caso se denomina sífilis congénita).

Según datos del “Plan estratégico para la eliminación de la transmisión materno-infantil del VIH y de la sífilis congénita 2011-2015” del Ministerio de Salud y Protección Social, la sífilis gestacional sin tratamiento puede ocasionar que entre un 50% y 80% de las embarazadas tengan un aborto, la muerte fetal o neonatal, un parto prematuro, un recién nacido con bajo peso o con la infección congénita en diversos grados de afectación.

Además, el Ministerio afirma que, en el periodo 2003-2010, se diagnosticaron en Colombia 23.370 madres infectadas y 16.602 recién nacidos con el mal. En este último caso, la incidencia ha aumentado desde 1990. En ese año, se estimaba en 0,42 los casos por cada 1.000 nacidos vivos, mientras que en el año 2010 fue de 3,0 casos. La meta panamericana, desde hace varios años, es que no pase de 0,5 casos.

Una de las principales razones por las cuales se presentan es la falta de diagnóstico temprano. Además, según los datos del Ministerio, “aunque en los últimos años el sistema de vigilancia y registro ha mejorado, estas cifras indican un grave problema en la detección y subregistro de la enfermedad”.

Preocupación

Javier Hernando Eslava Schmalbach, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá y experto en epidemiología clínica y salud pública, va más allá en el análisis del problema.

“En Colombia no se hace un control adecuado de la sífilis gestacional, pues ni las madres ni sus hijos recién nacidos –ellos mucho menos– tienen acceso al diagnóstico ni al tratamiento oportuno. En otros casos, hay mujeres infectadas que sí reciben atención médica, pero su pareja no. Así que vuelven y se infectan durante el embarazo (asumiendo que hayan sido tratadas)”, dice.

Esta enfermedad presenta cuatro fases (primaria, secundaria, latente y terciaria) con diversas manifestaciones clínicas y riesgos de infección diferentes en cada una. Las gestantes infectadas en las dos primeras etapas presentan mayor riesgo de transmisión al bebé por medio de la sangre de la placenta, lo que se denomina vía hematógena transplacentaria.

En busca de la evidencia

En la actualidad, se acude a estudios serológicos treponémicos (como FTA-Abs, TPHA) y no treponémicos (como VDRL y RPR). Serológico se refiere a los análisis que se le hacen a la sangre para determinar la presencia de microorganismos patógenos. Treponémico hace alusión al nombre de la bacteria causante de la sífilis: Treponema pallidum.

Estas dos clases de pruebas tienen como objetivo buscar en el organismo sustancias de defensa (anticuerpos) que tratan de atacar la acción de la bacteria. Si esas sustancias se hallan en la sangre, es indicador de la presencia de sífilis. La diferencia entre una y otra, además de su costo económico, es que buscan anticuerpos diferentes y se ejecutan con técnicas distintas.

En Colombia, estas pruebas de diagnóstico y de tamizaje se encuentran incluidas en el Protocolo de Vigilancia de Sífilis Congénita y en el Plan Obligatorio de Salud (POS). El protocolo establece que en el primer control prenatal se deben ordenar las pruebas no treponémicas y que solo en caso de resultar positivas se debe considerar efectuar la prueba treponémica o confirmatoria.

La polémica

A pesar de ser un procedimiento de uso cotidiano, Carolina Castañeda Guerrero, magíster en Epidemiología Pública y candidata a doctora en Salud Pública, considera que se debe replantear la manera como se procede en la detección de esta enfermedad venérea.

Un reciente estudio elaborado por ella, cuestiona la manera como se aplican las pruebas y sugiere empezar el diagnóstico con la prueba treponémica en el primer control prenatal, que tiene una ventaja de costo-efectividad mayor para los centros hospitalarios que atienden población vulnerable.

Su posición es avalada por el profesor Eslava: “aplicando pruebas que no son rápidas (como las no treponémicas), la señora debe volver al hospital para consultar los resultados, lo que ocasiona una brecha entre el diagnóstico y el tratamiento. Es algo delicado si se tiene en cuenta que muchas ni siquiera vuelven para saber qué tienen a ciencia cierta”.

Castañeda dice que usando pruebas treponémicas rápidas, como prueba inicial, se logra mayor efectividad, pues permiten empezar un tratamiento más temprano y evitar el riesgo de que la sífilis se transfiera al niño en gestación. Por ende, esta estrategia puede disminuir los casos de sífilis congénita en gestantes subsidiadas y no afiliadas de Bogotá, que son el grupo poblacional más afectado.

“En el año 2009, el 73,3% del total de los casos notificados se registró en mujeres no afiliadas y del régimen subsidiado. Por eso, es prioritario optimizar la atención y detección temprana de la enfermedad en esta población”.



Edición:

UN Periódico Impreso No. 163