Un nuevo modelo de salud
Febrero 21 de 2010

Con la firme convicción de que los problemas del sistema de salud en Colombia sólo pueden ser resueltos con la participación de los protagonistas del sistema, y mediante un diálogo democrático en el que se oigan las voces de todas las partes involucradas, el candidato liberal Rafael Pardo convocó y presidió el foro ‘La salud en emergencia’ para analizar las recientes medidas del Gobierno y proponer alternativas a la crisis del sector.

Allí estuvieron representantes de todos los actores junto a los congresistas y expertos en el tema: los médicos y las enfermeras, directivos y trabajadores de los hospitales, y por supuesto los pacientes y las EPS. A pesar de la diversidad de enfoques e intereses de los participantes, todos coincidieron en que la Emergencia Social de Uribe pone en riesgo la salud de los colombianos y es un adefesio frente al cual no vale la pena tratar de modificar los decretos para corregir errores puntuales, sino derogarla en sus totalidad y proponer una reforma integral a la Ley 100.

También hubo coincidencia en señalar que el problema de la salud va mucho más allá del hueco financiero del sistema. Hay serias deficiencias en el modelo mismo de seguridad social y, más allá del ámbito de la salud, una mala política económica que es la causante de sus problemas financieros; por eso no basta arbitrar nuevos impuestos para taparlo, ni es aceptable recortar los servicios médicos a los pacientes.

Los médicos y los hospitales mostraron cómo se han deteriorado los indicadores de la salud en el país: por ejemplo, cómo han aumentado los casos de hipertensión, diabetes y obesidad, los cuales van a incrementar en el futuro patologías que requieren tratamientos de alto costo que agravarán las dificultades financieras. Por eso, lo que se requiere es un nuevo modelo de atención en salud que haga más énfasis en la prevención y la atención primaria.

En cuanto a los factores externos que afectan al sistema, la conclusión fue clara: las políticas económicas neoconservadoras de este gobierno han sido perjudiciales para la salud. La crisis financiera del sistema se debe a que cuando se diseño la Ley 100 se esperaba que el 30% de los afiliados fuera del régimen subsidiado y 70% del contributivo; la realidad actual es que más del 60% de los afiliados son del régimen subsidiado, y sólo hay siete millones de trabajadores que contribuyen al sistema.

Esta situación es la consecuencia directa de dos políticas de Uribe: de una parte, las que han recortado los derechos de los trabajadores y propiciado la creciente informalización del mercado laboral; de otra, los subsidios y exenciones tributarias a los empresarios que han fomentado la destrucción de empleo formal sustituyendo trabajo por capital. Además, el aumento de cobertura vinculando millones de personas al régimen subsidiado sin tener los recursos para atenderlos es una medida de tipo populista, que da votos pero es irresponsable fiscalmente.

Otro ejemplo de políticas económicas que han sido perjudiciales para la salud fue el recorte de las transferencias a los entes territoriales que hizo Juan Manuel Santos cuando era ministro pastranista, con la que se le quitaron $5,5 billones al sector salud.

El compromiso del liberalismo es presentar al Congreso el 20 de Julio un proyecto de Ley que sea fruto del consenso de todos los actores y grupos políticos porque la salud no tiene color de partidos y es responsabilidad de todos buscar un sistema que garantice su universalización y calidad.

El principio básico de esta propuesta es que los colombianos deben ser tratados como pacientes y no como clientes del sistema. Y el requisito para que el sistema sea viable es no reelegir las políticas de supuesta ‘confianza inversionista’ que impiden la creación de empleo de calidad.