Investigadores
canadienses dijeron ayer que una cepa de virus H3N2 pudo haber sufrido una
mutación desconocida, que agravaría el cuadro de la pandemia conocida como
gripa porcina, que en realidad corresponde a una propagación de un virus de
tipo A-H1N1. Si esto es así (y el dato lo tomo del Boletín Electrónico del
Proyecto LBA, de Brasil), estaríamos ante un fenómeno más complejo que el que
se nos ha contado, pues el propio virus A-H1N1, que hoy afecta a la población
de México, parece ser, según algunos expertos, el resultado de una mutación,
aún desconocida.
Tal vez debido a esto se apresuraron a cambiarle de nombre, pues no es
exactamente el virus gripal que ataca a los cerdos y que no tiene alta
probabilidad de contagiar a humanos, sino una mutación a partir de él.
Doscientos veinte cerdos de Alberta (Canadá) fueron, al parecer, contagiados
por un empleado, pero la OMS emitió un comunicado este domingo en el cual
informa que la mutación, en este caso, no está comprobada. No obstante, el tema
de la mutación es el que más preocupa a los científicos. Epidemiólogos
norteamericanos y canadienses expresaron su extrañeza por el número de muertes
ocurridas en México, pues, según ellos, la tasa de contagio y mortalidad no
debería ser más alta que en los casos de gripa normal. De manera que todo
parece indicar que estamos ante un panorama de incertidumbre ante la verdadera
naturaleza de la epidemia.
Lo que han dicho los canadienses (para volver al H3N3, que es una gripa
normal) es que este año parece que viene fortalecida (me refiero al virus), lo
cual, en la madeja de complejidades creciente en que se ha tornado la atmósfera
del mundo, bien podría relacionarse con (y fortalecer) otros fenómenos en
marcha, como el del A-H1N1.
Este virus parte todos los años del Asia, viaja por Europa durante el
invierno, pasa por Norteamérica y llega hasta el cono sur, desde donde ya no
regresa, pues ha cumplido su periplo. Normalmente, contagia a entre el 5 y el
15 por ciento de la población mundial y puede ocasionar hasta 500.000 muertes.
Pero este año, eso que se conoce como "las condiciones normales", que
de alguna manera equivale a "las condiciones iniciales", parece que
no lo serán tanto, si resultan acertadas las preocupaciones de los científicos.
Sobre las "condiciones iniciales" actúa el efecto mariposa, que
postula que un pequeño cambio introducido en ellas puede desencadenar grandes
cambios en el sistema. La palabra, en todo caso, la tienen los expertos,
quienes deben indicarnos a los legos qué tan posible puede ser que nos hallemos
ante un panorama inédito de mutaciones virales no previstas, en la caótica atmósfera del mundo.