Editorial: Un Nobel para la medicina del futuro

Por: EDITORIAL | 7:29 p.m. | 08 de Octubre del 2012

No es ciencia ficci—n. El Nobel de Medicina se otorg— a dos personas que demostraron que las bases del desarrollo de la vida est‡n en el nœcleo de la cŽlula, y que este pod’a modificarse para obtener invaluables beneficios.

 

El Nobel de Medicina otorgado al bi—logo brit‡nico John Gurdon y al mŽdico japonŽs Shinya Yamanaka no solo reconoce la importancia que el mundo le otorga a la investigaci—n sobre las polŽmicas cŽlulas madre, tambiŽn estimula el desarrollo de una nueva medicina.

Cuando, en 1962, Gurdon obtuvo un sapo adulto a partir de la introducci—n del nœcleo de una cŽlula de est—mago de un renacuajo en un —vulo, clonando as’ el primer vertebrado de la historia, no imagin— que menos de medio siglo despuŽs sus avances ser’an la clave para una conceptualizaci—n que toma el desarrollo de los organismos como base de la curaci—n de enfermedades. Durante las œltimas dŽcadas, la materia b‡sica de esas investigaciones eran las cŽlulas obtenidas de embriones humanos. Pese al profundo debate Žtico que eso entra–a, grupos de investigaci—n en el mundo insistieron en su uso, dada su invaluable capacidad de convertirse en cualquier tipo de cŽlula.

La discusi—n desemboc— incluso en vetos gubernamentales y negaci—n de dineros pœblicos, como ocurri— en Estados Unidos, para estas l’neas de investigaci—n, que vieron truncado su desarrollo. Pero en el 2006, Yamanaka zanj— esta discusi—n en los laboratorios de la Universidad de Kioto. El japonŽs demostr— que cualquier cŽlula del cuerpo (adulta) pod’a funcionar como una valiosa cŽlula madre embrionaria, si se somet’a a un proceso de reprogramaci—n.

En tŽrminos de ciencia biomŽdica, este hallazgo equivale a haber encontrado una inagotable mina de oro. No es para menos: los investigadores hoy pueden cambiar la estructura de las cŽlulas modificando su nœcleo con la introducci—n de unos genes. La posibilidad de crear tejidos e incluso —rganos y, con ello, mejorar la condici—n de salud de los individuos surgi— entonces.

Hoy es posible, por ejemplo, lograr que ni–os nazcan libres de ciertas enfermedades genŽticas, gracias a los diagn—sticos en embriones; generar piel en laboratorio e incluso regenerar —rganos da–ados, como la retina (en algunos casos de ceguera).

No es ciencia ficci—n. El Nobel de Medicina se otorg— a dos personas que demostraron que las bases del desarrollo de la vida est‡n en el nœcleo de la cŽlula, y que este pod’a modificarse para obtener invaluables beneficios.