Le Tengo El Remedio Ya Que No Puede Vivir Sin Su Hígado, Aprenda A Cuidarlo

CARLOS F. FERNÁNDEZ ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO Como las oportunidades las pintan calvas, me cuelgo del Día Mundial de la Hepatitis para hablarles del hígado. Recuerden que no hay sino uno, y hay que cuidarlo.

¿Quién dijo? No culpe al hígado de cosas que él no hace. Él no responde por manchas en la piel, acné, agrieras ni mal aliento. Tampoco es cierto que se ‘cargue’ o se ‘congestione’. No lo acuse.

Quiéralo. Sin hígado no se puede vivir. Se trata de un órgano muy noble, que produce proteínas, almacena azúcar y vitaminas, destruye venenos, elimina toxinas y transforma las grasas. Así que cuídelo.

Recuerde. Todo lo que usted se unta, se come o se toma hace estación obligada en el hígado, antes de llegar a otra parte. Así que antes de incurrir en excesos, piense en él.

Bilis. Es un detergente fabricado por el hígado y almacenado en la vesícula biliar; su función es disolver las grasas para que el cuerpo pueda usarlas de manera eficiente. No es cierto que se ‘rebote’ o que ponga a las personas de mal genio.

No abuse. Pese a la gran capacidad que tiene el hígado, si usted le mete grasas saturadas, se excede en embutidos, chorizos, fritos de paquete, galletas industriales y todo lo mantecoso, va a acabar forzando el sistema biliar que, en algún momento, protestará. Así que bájele...

Evite. Entienda que hay cosas mortales para el hígado, como el alcohol. Lo mismo ocurre con los psicofármacos, los insecticidas, los pesticidas, los colorantes y algunos medicamentos, como el acetaminofén en exceso; la isoniazida (que se toma para la tuberculosis); la eritromicina, para algunas infecciones, y la carbamazepina, para la epilepsia. Así que cuidadito. Hable con su médico.

Por último. Coma frutas, verduras de hoja verde, grasas insaturadas, menos carne y más pescado, mucha agua y cereales. Prefiera varias comidas pequeñas a tres grandes. Evite las tinturas de árnica, no se automedique... y salúdeme a su hígado.