Fernando Gutiérrez, secretario de Salud del departamento, defiende la polémica propuesta de fusión de hospitales, por la que se “rasgan las vestiduras los políticos”.
La red de salud del Valle del Cauca necesita medidas contundentes y no “pañitos de agua tibia”. Así resume el secretario de Salud del Valle, Fernando Gutiérrez, la crítica situación estructural y financiera que hoy viven los hospitales de la región. Nueve de ellos están en alerta alta o media de quiebra.
Fusionar entidades que tienen buenas y malas finanzas de nivel I y II y liquidar aquellos que nunca pudieron recuperarse es la propuesta de reestructuración que ya está sobre la mesa y que se está analizando con el Gobierno Nacional.
En entrevista con El País, el funcionario destacó las bondades de la reforma, pero indicó que el entorno político comienza a ponerle frenos. Gutiérrez dijo, además, que el Hospital de Buenaventura no tiene más remedio que liquidarse y que para el Hospital Universitario del Valle la idea de intervención es cada vez más necesaria.
El departamento del Valle está enfrentado en este momento una crisis
estructural profunda de su red de salud. Son nueve hospitales categorizados como de alto y mediano riesgo y eso hace que
tengan que someterse a un plan de desempeño fiscal y financiero. Lo que estamos
tratando es reducirle el tamaño, racionalizar los costos y los gastos, pero
siempre pensando en una comunidad para
que la atiendan con calidad y oportunidad.
Como le parece que el Ministerio (de Salud), frente a la lectura de la crisis, plantean una sola ESE para el Valle, bajo el argumento de que toda la red está quebrada, que todos los hospitales no son viables, a excepción del de Sevilla y el Psiquiátrico. Lo que estamos presentando es una propuesta intermedia. Con esto queremos ir reduciendo las deficiencias administrativas, disminuir y controlar los déficit, lograr equilibrio financiero en los hospitales, eso en otras palabras es garantizar que sea rentable la operación entre los ingresos, los costos y los gastos. Que se usen adecuadamente los recursos para darles viabilidad hacia el futuro.
La racionalización entre el nivel II y nivel I lo que tiende es a garantizarle al ciudadano común y corriente que lo van a atender bien. Las entidades tienen que aunar esfuerzos para ello.
Usted no se imagina la reacción de todos los políticos de Cartago, de
Zarzal, de Roldanillo, de Buenaventura, porque ahora
que estamos tratando de darle una cura a la enfermedad se rasgan las
vestiduras. Se los he dicho, esto es una propuesta técnica de solución a un
problema que nos encontramos. ¿Dónde estaban los actores políticos y sociales
cuando se fueron cayendo los hospitales? Porque son crisis que vienen desde
hace cinco y diez años. Nos toca ser muy fuertes y tomar medidas dolorosas.
Entonces las intervenciones, las liquidaciones, las fusiones que están en la
ley son las únicas medidas que nos van quedando. No hay pañitos de agua tibia
para la red hospitalaria del Valle del Cauca.
Hoy un gerente de un primer o segundo nivel está nombrado y posesionado para cuatro años porque la ley así lo dijo. A esos no los podemos tocar así de primera manera. Esto requiere un análisis jurídico. Lo que sí le puedo decir es que estamos muy centrados en que los estamos evaluando y que aplicaremos la ley. En la evaluación de los planes de desempeño seremos muy exigentes en que aquel gerente que no haya cumplido los indicadores, simplemente en la junta directiva se pide que salga del hospital lo cambiamos y abrimos otra convocatoria.
Lo que pasa en Buenaventura obedece a que no se cumplió con unos indicadores y metas establecidas en un plan de desempeño suscrito entre el hospital, el Ministerio de Salud, Planeación Nacional y la Dirección de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda. Tantos años dándole recursos, en expectativa de que mejore y nunca ha mejorado, posiblemente por el modelo actual, su estilo de administración, las costumbres y prácticas de sus funcionarios. El Ministro (de Salud) apoyó lo que se plantea y es que se liquide el hospital, pero para transformarlo en uno más eficiente, moderno, dotado tecnológicamente, que pueda atender a toda la población de Buenaventura y del litoral pacífico.
Liquidar no es cerrar. Se trata de subsanar la situación que viene desde hace años, pero que nazca una institución eficiente, transparente, que brinde buenos servicios de salud. Tenemos que ser muy cuidadosos en que el día que eso ocurra tenga nacimiento esa otra institución para que funcione en debida forma. Por eso no nos podemos apresurar.
Miramos con preocupación que cada día que pasa el problema se acentúa. Con esos pasivos de $150.000 millones, con embargos de $14,000 millones, con demandas judiciales de más de $100,000 millones, bajando los ingresos paulatinamente. Hemos hecho un llamado a la Superintendencia de Salud para que estudie el tema. Yo diría que una intervención con fines administrativos podría ser una solución adecuada hoy, porque tenemos que hacer algo por el hospital y hoy no tenemos los recursos ni departamentales ni nacionales y hay una población del Valle y del suroccidente colombiano que todos los días demanda servicios allá.
El panorama ha cambiado en la medida en que con la nueva administración se ha generado más confianza, ha habido una mejor gestión con la Universidad del Valle. Eso ha aliviado, pero no es la solución de fondo del hospital. Estamos aplicando el plan de ajuste fiscal y financiero para hacer la reducción de costos, de gastos, de personal. Si eso no es suficiente yo pienso que amerita que con el Gobernador, el Secretario de Salud y el Ministro de Salud podamos decidir una posible intervención para mejorarlo, para blindarlo de demandas, para intervenir los malos manejos.
Ya viene la Feria de Cali y para esta época considero que ya tiene que haberse resuelto, en gran mayoría, la problemática del hospital. Esa es la gran preocupación. Debemos tomar decisiones muy contundentes. Una de ellas puede ser la intervención. El Hospital Departamental merece toda la atención. No me imagino al Valle del Cauca con un hospital colapsado frente a los traumatizados, los quemados, los heridos e intoxicados.