'No me dejaré vencer por este cáncer': Testimonio

La caída del pelo no la ha afectado. "Al mal paso hay que darle prisa", dice.

Diana Becerra afronta la enfermedad con valentía y buena onda.

"Mira, Diana, esto es como un toro: tienes que sacarlo y cogerlo por los cachos", le dijo el oncólogo Carlos Castro cuando le corroboró el diagnóstico.

"¿Un toro, doctor? Y yo soy una Becerra", le contestó ella jocosamente, refiriéndose a su apellido. Desde entonces, esta bogotana de 57 años, madre de cuatro hijos, profesional en diseño arquitectónico y cantante, decidió que no se iba a dejar matar por el cáncer y que le buscaría el lado amable a su tragedia.

"No tuve tiempo de digerir nada ni de preguntarme por qué a mí; me diagnosticaron, a los pocos días me operaron y aquí estoy, luchando", cuenta la mujer al recordar cómo la enfermedad la embistió sin avisar, como un toro bravo.

Días antes de viajar con su hija a México, de vacaciones, se mandó a hacer "una revisión técnico-mecánica" que incluyó una mamografía. Al regresar, un mes después, le notificaron que tenía un cuerpo extraño en su seno derecho.

"No pensé que podría ser cáncer: me hago dos mamografías al año", explica ella antes de mandarles un mensaje a las mujeres para que se hagan revisar constantemente del médico. "Uno piensa que esta enfermedad les toca a los demás, nunca a uno", se lamenta.

La orden: extirpar un tercio del seno. Sin embargo, en el procedimiento identificaron una serie de ganglios contaminados y prácticamente le vaciaron la axila. Durante varias semanas tuvo que cargar una bolsa bajo el sobaco; ella la describe como una incómoda "carterita para el drenaje".

La siguiente orden: cuatro quimioterapias. La primera fue el 4 de noviembre (la próxima, mañana). Pidió una paleta de agua, se sentó en la silla 4 de la nueva unidad de quimioterapia de la Liga Colombiana contra el Cáncer, que ella estrenó. Duró tres horas. "Sólo sentí como si tuviera humo en la cabeza", relata. Más tarde, aparecieron los temidos efectos de la 'quimio'.

El comienzo del infierno

"Sentí un escalofrío en todo el cuerpo y se vino a mi mente el deseo de vomitar: igual a los embarazos", rememora Diana. Desde entonces, las náuseas y el frío en los pies no la abandonan.

"Es terrible tener hambre y no poder comer, que esas náuseas no te dejen hacer nada, ni leer ni hablar", se queja. El maní, las alcaparras y el arroz con verduras son lo único que logra digerir. "La 'quimio' es como echarle gas mostaza a tu cuerpo, como envenenarlo. Pero es lo que me puede salvar", reconoce.

Diana prefiere aislarse cuando se deprime o está muy 'rebotada'. Y optó por no recibir visitas ni llamadas. Creó un blog para tener a todos al tanto de su recuperación, el cual lleva un nombre que, según ella, fue inspirado por la forma de su seno tras la cirugía: tetatorcida.blogspot.com.

5.526 casos por año

Ese es el número de diagnósticos de cáncer de seno que se registran en el país. Datos del Instituto Nacional de Cancerología indican que anualmente fallecen 2.223 mujeres por esta causa.

La 'quimio', más llevadera

Nuevo servicio de la Liga Colombiana contra el Cáncer

Al cumplir sus primeros 50 años, la Liga Colombiana contra el Cáncer inauguró una moderna y completa unidad de quimioterapia en Bogotá. De esta manera, la institución da un nuevo paso en su lucha para combatir esta enfermedad. La Liga ofrece a las EPS e IPS, y a los pacientes en general, un servicio integral de dispensación de medicamentos y procedimientos de complejidad mediana o alta, que garantiza la calidad científica.

Cuenta con profesionales especializados, instalaciones modernas y confortables, y un servicio orientado a la atención del usuario. Y, sobre todo, fue creada para brindarle a los pacientes un trato mucho más humano.