¿Sabe qué hacer si un niño
ingiere un objeto extraño?
El
último reporte entregado por el Hospital Universitario reveló que durante lo
corrido de este año al menos 35 niños ingresaron a la institución médica para
ser atendidos de emergencia.
95% de los elementos ingeridos por los niños se eliminan
a través de la materia fecal. No obstante, hay que consultar al médico en caso
de sospecha.
Dato clave
Tenga en cuenta
Vómito,
distensión y dolor abdominal son algunos de los síntomas que pueden indicar que
su niño ingirió un objeto extraño.
Tos, dificultad respiratoria aliento fétido y dolor en el pecho, en caso de
aspiración accidental.
Para
evitar riesgos, no deje a sus niños solos. En estos momentos de descuido es que
se producen las emergencias.
Procure que no corran o gateen mientras comen, pues aumenta el riesgo de
atorarse.
En
caso de ingesta o aspiración, no induzca el vómito, no suministre laxantes y
sólo practique maniobras para extraer los objetos, si tiene experiencia.
Según
el reporte médico, en el Hospital Universitario del Valle recibe cada mes entre
cuatro y ocho niños que han aspirado o ingerido objetos. Químicos, cosméticos y
fármacos también les producen intoxicación.
Redacción
de El País
Casos
como el del menor de un año que el fin de semana pasado ingirió una piedra que
se encontró mientras gateaba en su casa, y que en principio fue confundida con
una tapa de gaseosa, son más frecuentes de lo que parece en la ciudad, según
las autoridades médicas.
El
último reporte entregado por el Hospital Universitario reveló que durante lo
corrido de este año al menos 35 niños ingresaron a la institución médica para
ser atendidos de emergencia, luego de ingerir o aspirar algún objeto extraño.
Canicas,
monedas, alfileres, pastillas, semillas, tapas, agujas, tuercas, puntillas,
frutos de plantas, juguetes, alimentos y hasta pilas son algunos de los
elementos que, ante un descuido de los padres de familia, los niños introducen
en cavidades de su cuerpo como la boca, los oídos y la nariz, provocando
emergencias respiratorias y gástricas.
Según
Javier Torres, director de la Unidad de Pediatría del Hospital Universitario de
Valle, niños entre los seis meses de vida y los cuatro años de edad son en
quienes más se presentan casos de ingestas
accidentales. El mayor número de eventos corresponde a pequeños entre los uno y
dos años.
“Se
trata de una etapa en que los niños son más inquietos, esto porque se
encuentran explorando el mundo y todo lo que los rodea y fácilmente lo que se
encuentren en el piso, con un color llamativo o una textura u olor agradable,
lo quieren probar”, explicó Torres.
El
cirujano pediatra del Centro Médico Imbanaco, Pedro Villamizar, aseguró que cada dos semanas se atienden entre
cuatro y cinco niños con casos de ingestión de objetos extraños (aquellos que
el menor consume y llegan a su sistema digestivo). Por eventos de aspiración
(cuando los objetos bloquean las vías respiratorias), se recibe un caso por
semana.
En
este último caso, el médico afirmó que existen elementos que pueden ocasionar
la muerte del pequeño, como las fichas del parques
“que al albergarse en la glotis del menor puede desplazarse y provocar el
ahogamiento”. Indicó, además, que hay objetos que al ser aspirados pasan
desapercibidos, pero que si no se extraen a tiempo pueden ocasionar problemas
crónicos respiratorios y hasta la pérdida de un pulmón.
“Hemos
atendido niños que han aspirado objetos tan grandes como uvas y mamoncillos. Lo
peligroso es que mientras llegan a la clínica pierden una cantidad considerable
de oxígeno, lo que puede producir asfixia o lesiones cerebrales muy graves”,
explicó Javier Ordóñez, neumólogo pediatra de la Clínica Farallones de Cali.
Según
el especialista, mensualmente se practican diez broncoscopias
en la institución para rehabilitar las vías respiratorias de las víctimas.
En
cuanto a la ingesta de objetos extraños, el director de la Unidad de Pediatría
del Hospital Universitario del Valle explicó que generalmente elementos como
puntillas y alfileres pueden ocasionar lesiones graves en el tracto intestinal
del menor “por lo que hay que vigilar que no se produzca ningún daño.
Generalmente se necesita operar porque estos objetos pueden causar una
perforación de una víscera”.
Todos
los especialistas concuerdan en que el descuido de los padres y familiares es
la principal causa de estos accidentes, que pueden evitarse, por lo que
recomienda no dejar solos a los niños en ningún momento.