Niño con cataratas congénitas vio otra vez los colores gracias a brigada de salud

Ezequiel Valencia sufre de cataratas congénitas. Su mamá, Margarita Valencia Ríos, lo llevó a la brigada de salud de 'Alas para la gente' en Norcasia, Caldas.

La brigada de 'Alas para la Gente' y EL TIEMPO atendió a 1.770 personas en Norcasia (Caldas).

La enfermedad que padece Ezequiel Valencia (el niño), es muy común entre las personas de la tercera edad.

A dos de sus hermanos les pasa igual. Parece ser la maldición de Margarita Valencia Ríos que tres de sus nueve hijos padezcan de este mal.

Ella quedó viuda hace cuatro años y desde entonces sostiene a su numerosa familia lavando, planchando o haciendo aseo en fincas vecinas.

El caso de su hijo Ezequiel fue uno de los 1.770 que la brigada de salud de 'Alas para la Gente', junto con EL TIEMPO, atendió el fin de semana en Norcasia, un pequeño municipio del noreste de Caldas. (Vea la ubicación del municipio).

Esta es la cuarta misión de la organización en lo que va del año. Al menos 30 médicos hicieron 93 cirugías (generales, de ligadura de trompas y de oftalmología) en un día y medio.

El grupo médico, que participa en las brigadas desde el 2006 y viaja a zonas remotas del país para llevar especialistas, cuenta con el apoyo de la Fuerza Aérea, el Ministerio de Protección Social e Isagén.

Ezequiel, a pesar de que no lee ni escribe porque las gruesas capas blancas que cubren sus ojos sólo le permiten ver sombras, asiste a tercero de primaria en la vereda San Diego, a dos horas de Norcasia. Antes podía reconocer los colores, pero dejó de hacerlo por el avance de la enfermedad.

"Lo que saben lo aprenden de mente; las profesoras les hacen los exámenes con preguntas y ellos responden lo que escuchan en la escuela. Mi anhelo es que puedan ver y puedan estudiar", afirma la mamá del niño al referirse a él y a sus hermanos.

Ella viajó dos horas para llegar hasta el Hospital Sagrado Corazón, donde tuvo lugar la brigada. Sin embargo, los médicos creen que es muy tarde para que Ezequiel recupere por completo la visión.

Tiene cataratas congénitas, es decir que nació con el lente de su ojo opaco. "El 80 por ciento de los casos se produce en gente de edad por un proceso de degeneración", explica la doctora Marcela Valencia.

"Hay muchas posibilidades para el origen de cataratas en los niños, desde enfermedades intrauterinas por que su madre no fue controlada, hasta enfermedades congénitas . El ideal es operarlos antes de los 2 años para que su sistema visual no se deteriore. En el caso de este niño, con una operación a los 10 años, la posibilidad de recuperarse es poca", afirmó Valencia.

A pesar del pronóstico, Margarita aceptó que intervinieran a su hijo. Él esperó con tranquilidad hasta que lo anestesiaron y trataron de recuperar la visión del ojo derecho. Cuarenta minutos después despertó junto a su madre. "Él dice que ahora ve más clarito", aseguró ella en medio de una sonrisa.

Es posible que su ojo haya mejorado en un 40 por ciento y, ante la sorpresa de quienes los revisaron, pudo distinguir el color de la camisa de su madre. La familia deberá esperar un mes para que el ojo se desinflame y se puedan ver los resultados finales.

"Tratamos de llegar a quienes tenían las mínimas posibilidades de acceso a los especialistas", dijo el capitán Camilo Arjona, director de 'Alas para la Gente', que desde el 2006 ha realizado 25 misiones en todo el país. (Vea una galería de fotos de la brigada de salud).

REBECA LUCÍA GALINDO
REDACTORA ELTIEMPO.COM