Nada Como La Leche De Mamá

Gracias a la leche materna, la mamá le ofrece a su bebé una serie de beneficios comprobados que van desde el amor hasta la prevención de enfermedades. La Organización Mundial de la Salud recomienda mantener la lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad y conservarla a la par de la alimentación complementaria, en lo posible, hasta el segundo año, porque de esta manera se salvarían 1,5 millones de vidas al año.

Sin embargo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin - 2005), casi el 70 por ciento de las madres introduce otro tipo de alimentos diferentes a la leche materna antes del primer trimestre y muchas la mantienen máximo hasta los cinco o seis meses.

Alimentar al bebé es una tarea que tiene algo de instintivo, pero también se necesita información, así como acompañamiento de la familia.

En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, ABC del bebé resuelve los aspectos más importantes para que alimentar a los bebés sea una actividad tranquila y exitosa.

RECOLECTAR Y ALMACENAR.

Al terminarse la licencia de maternidad, los bebés deben seguir consumiendo leche materna. Para ello, las mujeres pueden crear un banco de leche, con dos o tres semanas de anticipación a su regreso al trabajo. Expertas de la Liga de la Leche recomiendan: Utilizar extractores o valerse del ‘ordeño manual’.

Almacenarla en recipientes pequeños (de dos onzas).

No mezclar extracciones.

Las extracciones que se hacen en el trabajo no se deben dejar cerca de fuentes de luz o calor, como pantallas o computadores.

Refrigerarla en el fondo de la nevera y no en la puerta, máximo por ocho días.

Se puede congelar entre dos semanas y cinco meses. Para descongelarla, es ideal llevarla primero a la nevera, con el fin de mantener la cadena de frío. No se puede poner a calentar directamente en el fuego ni en el microondas. Lo mejor es calentar agua, luego retirarla del fogón y sumergir el envase al baño de María, hasta que caliente. La leche descongelada o que el bebé no tome no se puede volver a congelar.

LA BEBIDA PERFECTA.

Si la mamá o el bebé no tienen una condición médica que impida la lactancia, siempre es posible hacerlo. De acuerdo con la ginecóloga Margarita Crespo, uno de los aspectos que más se destacan es el fortalecimiento del vínculo entre los dos gracias al permanente contacto físico. Es el mejor recipiente para el bebé, pues está libre de infecciones, la leche está a la temperatura perfecta.

Es gratuita, tiene la temperatura perfecta y está en un ‘envase esterilizado’.

Para el bebé: la leche materna le ofrece los nutrientes necesarios para su crecimiento y, además, fortalece su sistema inmunológico, que lo hace más resistente a las infecciones y enfermedades como diarrea, problemas respiratorios y desnutrición. Disminuye hasta siete veces la incidencia de alergias.

Para la mamá: la lactancia ayuda a que el útero regrese más rápido a su tamaño normal y permite bajar de peso.

Estudios científicos han demostrado que disminuye la incidencia del cáncer de mama.

CONSEJOS A LA HORA DE LACTAR.

Hernando Méndez, pediatra neonatólogo y coordinador del servicio de pediatría del Hospital Occidente de Kennedy, recomienda que la mujer “se capacite desde el embarazo sobre la importancia de continuar con la lactancia materna para que, en el momento del nacimiento, sepa qué hacer”.

Añade que si esto no es posible, hay que educarse en el proceso de extracción manual de la leche.

En caso de que haya un canal obstruido y la leche no baje, se debe estimular el seno con masajes y aumentar la frecuencia de succión del niño (de lo que depende la producción de la leche). Además, la madre debe aumentar la ingesta de líquidos y mantener una adecuada alimentación.

En cuanto a la frecuencia con que se alimenta al infante, Méndez afirma que debe hacerse cada vez que tenga hambre. El niño debe succionar durante una hora completa. Media hora en cada seno, con intervalos de 15 minutos para sacarle los gases. Cuando termine, acostarlo de medio lado (costado derecho) para facilitar la digestión.

Para un buen comienzo.

Los profesionales de la salud son claves durante la primera hora del bebé, momento propicio para comenzar y garantizar un proceso continuo de la lactancia materna.

En este sentido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aconseja implementar los Diez pasos para una lactancia materna feliz, elaborados por la Organización Mundial de la Salud y Unicef, como parte de la iniciativa Hospitales amigos del niño.

Los 10 pasos son: 1. Tener una política por escrito sobre lactancia, que pone en conocimiento al personal de la maternidad.

2. Capacitar al personal en las habilidades necesarias para implementar esta política.

3. Informar a todas las embarazadas sobre los beneficios y manejo de la lactancia.

4. Ayudar a las madres a iniciar la lactancia en la primera hora después del parto.

5. Mostrar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la lactancia, aun en caso de separación de sus bebés.

6. No dar a los neonatos alimento o líquido que no sea leche materna, a no ser que esté médicamente indicado.

7. Permitir que las madres permanezcan junto a sus bebés las 24 horas del día.

8. Alentar la lactancia materna a demanda.

9. No dar biberones ni chupos de distracción a los bebés que amamantan.

10. Formar grupos de apoyo a la lactancia materna. Referir a las madres a estas agrupaciones, en el momento de salir del hospital o la clínica.

1,5 millones de vidas se salvarían al año, según la Organización Mundial de la Salud, si se mantuviera la lactancia hasta los 2 años de edad del niño