Entre 120 y 140 millones de niñas
y mujeres viven con mutilación genital
Así
lo señala un informe realizado por varias agencias de la ONU, entre ellas la
OMS y Unicef.
La
incidencia de la mutilación genital femenina ha descendido en los últimos años
en el mundo, pero aún entre 120 y 140 millones de niñas y mujeres han sido
sometidas a esta práctica dolorosa y peligrosa que es alimentada con prejuicios
sociales y religiosos, según datos de Naciones Unidas.
El
informe destaca igualmente que 3 millones de niñas y adolescentes corren
peligro cada año de sufrir esta práctica.
Con
ocasión del Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina, o
escisión, que se celebra mañana, la OMS, Unicef, el
Fondo de Naciones Unidas para la Población y ONUSIDA, entre otras, dijeron que
esta práctica se ha podido reducir debido a la implicación de las comunidades y
las familias en los países donde se realiza.
También
gracias al trabajo realizado por estas agencias con responsables políticos,
religiosos y sanitarios.
Pero aún se está lejos del objetivo de eliminarla totalmente, establecido por
la ONU.
La
OMS ha documentado prácticas de mutilación genital femenina en 28 países de
África y en unos pocos de Asia y Oriente Medio, que abarcan desde el llamado
'tipo 1', que consiste en la extirpación parcial o total del clítoris, hasta
las formas más graves, como es la infibulación, que incluye la escisión de los
labios mayores y menores y el estrechamiento de la vagina.
La
mutilación genital femenina se practica sobre todo a niñas y adolescentes de
entre 0 y 15 años, aunque la edad varía en cada país dependiendo de tradiciones
locales y otras circunstancias.
Según
los datos más recientes de este informe, 91,5 millones de niñas y mujeres
mayores de 9 años en África viven actualmente con las consecuencias de la
mutilación genital.
El
resto de los casos, hasta 120 ó 140 millones, se encuentran en países como la
India, Indonesia, Irak, Israel, Malasia y Emiratos Árabes Unidos.
Los
países donde se ha documentado más prevalencia de
esta práctica considerada por la ONU como una violación de los derechos
humanos, son Somalia, donde afecta a un 97,9 por ciento de las mujeres, Egipto
(95,8 por ciento), Guinea Conakry (95,6), Sierra
Leona (94), Yibuti (93,1) y Mali (91,6).
También
supera el 70 u 80 por ciento en Burkina Faso,
Eritrea, Etiopía, Gambia, Mauritania y el norte de Sudán.
"La
práctica persiste porque está sustentada en percepciones sociales, entre ellas
la de que las chicas y sus familias sufrirán la vergüenza y la exclusión
social, además de ver reducidas sus posibilidades de casarse si no se someten a
la escisión", señala el informe.
El
trabajo paciente y sensible desde el punto de vista cultural efectuado en el
seno de las comunidades locales ha permitido reducir enormemente la práctica en
algunos países que antes tenían una alta incidencia, como es Senegal, donde se
ha documentado una reducción del 65 por ciento, según señaló hoy la portavoz de
Unicef, Veronique Taveau.
Entre
los principales peligros y consecuencias para la salud que conlleva la
mutilación genital figuran el dolor severo, hemorragias, dificultades para
orinar e incluso para defecar, posibilidad de sufrir infecciones por el empleo
de instrumentos contaminados e incluso la muerte.
Las
niñas sometidas a esa práctica tienen más posibilidades de contagiarse del sida
y sufren además consecuencias psicológicas, así como, a largo plazo, problemas
en su calidad de vida sexual, complicaciones en el parto y peligro para el
recién nacido, esto último sobre todo con el más severo de los tipos de
mutilación.
Ginebra
(Efe)