A las 5 de la mañana de ayer, Jesús Antonio Cuéllar,
de 64 años, llegó al centro de salud del barrio Bello Horizonte, en San Cristóbal.
Una hora y 15 minutos después, cayó tendido en un andén ante la mirada
impotente de más de 100 personas que a esa hora esperaban turno para pedir una
cita médica.
“Pedimos ayuda a los vigilantes del centro asistencial, sin obtener
respuesta; 20 minutos más tarde llegó la ambulancia, pero ya era demasiado
tarde: el vecino ya había muerto”, contó Marcos Mariño, quien presenció el
hecho.
Mientras llegaba la ambulancia, los usuarios del centro de salud, adscrito
al Hospital de San Cristóbal, levantaron su voz de protesta y señalaron que,
pese a que el hecho se registró en las puertas de un centro asistencial, el
hombre no recibió atención inmediata.
Según testimonios de los pacientes, desde las 2 de la mañana deben hacer
largas filas en las afueras del centro médico para obtener una ficha que les
permita acceder a una consulta. “Diariamente, entregan entre 30 y 40 turnos;
hoy, por lo sucedido, han entregado más de 200 para tratar de tapar lo que
pasó”, dijo un usuario.
Tres horas después de la muerte de Cuéllar, el
gerente del Hospital de San Cristóbal, Argemiro
Saavedra, se hizo presente en el lugar y fue recibido por un grupo de
ciudadanos que le reclamaron por la muerte del compañero de fila.
El funcionario explicó que la víctima no estaba en la base de datos del
centro médico y afirmó que no se le prestaron los primeros auxilios porque a
las
Anuncian investigación Al conocer el caso,
Según fuentes, Jesús Antonio Cuéllar murió, al
parecer, víctima de un infarto. Su hijo, Jesús Alexánder
Cuéllar Garzón, aseguró que su padre “no estaba
enfermo, pero había tenido un preinfarto hacía algunos años”.
Héctor Zambrano, secretario de Salud, aseguró que ya inició la investigación
para establecer las responsabilidades. “Lamentamos lo sucedido y nos
solidarizamos con los familiares”, dijo.
Zambrano agregó que se analizará por qué si este ciudadano tenía
antecedentes cardiacos, no estaba siendo atendido en un programa por parte de
Cuéllar era comerciante, pero se encontraba
desempleado. Vivía en el barrio Veinte de Julio, en el sur de Bogotá