Mujer precavida vale por dos
Marzo 14 de 2010


Conozca los exámenes que debe practicarse toda mujer para prevenir, detectar y controlar enfermedades.

Un cáncer de cuello uterino que se descubre a tiempo es curable. En cambio, si se diagnostica cuando está avanzado, lo cual ocurre en el 70% de los casos en Colombia, puede ser fatal.

Teniendo en cuenta la prevalencia en las mujeres de enfermedades como ésta, que a nivel mundial es la primera causa de muerte en edad reproductiva, los especialistas insisten en la importancia de someterse en forma periódica a un chequeo médico, cuyo fin principal es la prevención. Seguir esta rutina de exámenes permite prevenir o detectar a tiempo no sólo patologías de los genitales, sino cáncer de seno o colon, osteoporosis, enfermedad cardiovascular, hipertensión y diabetes. “Se trata de descubrirlas antes de que se manifiesten o de que su evolución haga imposible su tratamiento definitivo”, explica el internista y geriatra Alberto Cardona, del Centro Médico Imbanaco.

Si bien en las mujeres jóvenes las más comunes son las patologías del aparato genital y del endocrino, Jairo Sánchez, internista y cardiólogo de la Clínica Fundación Valle del Lili, advierte que en las mayores de 55 hay alto riesgo de alteraciones cardiovasculares. “La prevalencia de enfermedad coronaria, que se caracteriza por lesiones obstructivas en las arterias que conllevan a angina y a infarto, es igual en la mujer que en el hombre”, aclara.

Lo que más preocupa al gremio médico es que algunas patologías son cada vez más comunes en las jóvenes tal como lo revela un estudio de la Secretaría de Salud Municipal, según el cual el 6% de personas mayores de 15 años tiene diabetes y el 14% hipertensión, cifras que se repiten a nivel mundial.

La diferencia entre quienes acuden a chequeo y quienes no lo hacen es evidente. En opinión del director médico de la Clínica Sebastián de Belalcázar, Edgar Fuenmayor, “el chequeo oportuno puede reducir en más del 50% la posibilidad de infarto o accidente cerebrovascular. Asimismo, una diabetes descubierta en etapa temprana es controlable, pero si evoluciona aparecen las complicaciones que son lo más grave”.

Igualmente, en el caso del cáncer de útero hace posible una recesión de cérvix sin tener que recurrir a quimioterapia o permite tratar la osteoporosis para evitar que progrese.

Vale la pena destacar que aunque el chequeo tiene unos parámetros generales, no puede partir de una simple decisión personal o al azar, sino de una consulta con el ginecólogo y el internista, quienes teniendo en cuenta factores como la edad, el peso corporal, la historia personal, los antecedentes familiares, el tabaquismo y el tratamiento hormonal por más de cinco años, decidirán la necesidad de realizar determinados exámenes.

A propósito

Falta más consciencia

La cultura de la prevención, aún con las campañas que se realizan, parece que todavía no se ha arraigado lo suficiente en el sexo femenino. La más reciente encuesta de la Liga Colombiana contra el Cáncer, realizada en el 2008 a mil mujeres, asegura que el 16% de las que tienen vida sexual activa nunca se ha tomado una citología y que en Barranquilla la cifra asciende al 25%. Situación que los especialistas atribuyen al desconocimiento y al temor. “Muchas le tienen miedo al procedimiento, al espéculo, al dolor, a escuchar un diagnóstico grave o a estar semidesnudas”, explica el doctor Fuenmayor. En efecto, cuando se interrogó a las encuestadas sobre lo que sintieron en su primera citología, un 47% respondió que tuvo miedo, un 24% dolor, un 12% incomodidad y un 13% vergüenza.

Lo que también es claro es que cuando la vida sexual es menos activa, esta actitud negativa parece afianzarse, pues el 47% de mujeres que llevan más de dos años sin hacerse la prueba, son mayores de 40.

De otro lado, especialistas como Jairo Sánchez anotan que “tan vital como el chequeo es tener una alimentación balanceada, hacer actividad física regular y no fumar”.

El chequeo

·  Menores de 40 años:

Se deben realizar cada año estas pruebas:

Citología: con una muestra de tejido del cuello uterino, se analizan las células para descubrir si hay cáncer.

Glicemia: mide los niveles de azúcar por medio de una muestra de sangre en ayunas. Permite diagnosticar la diabetes.

Hemograma: a través de una prueba de sangre indica si hay anemia o alteraciones inmunológicas.

Perfil lipídico: mide el colesterol HDL (bueno) y LDL (malo) en sangre, así como los triglicéridos. En una persona sana el colesterol total debe estar por debajo de 200 y los triglicéridos en menos de 150.

Creatinina: evalúa el funcionamiento de los riñones, a través de un análisis de sangre.

Parcial de orina: detecta la presencia de sangre o bacterias.

·  En mayores de 40:

Control de presión arterial: cuando está por encima de 140 – 90 se diagnostica hipertensión. Debe hacerse cada año.

Mamografía: se realiza de forma digital con un software que interpreta la información y proporciona hallazgos que pueden sugerir presencia de cáncer.

Densitometría ósea: tal como explica el internista y geriatra Alberto Cardona “esta prueba evalúa la masa ósea para determinar el riesgo de osteoporosis, ya que después de los 45 años hay una pérdida acelerada de calcio”.

Colonoscopia: se hace introduciendo un cateter por el recto, el cual lleva una microcámara en su interior que permite observar el colon. Puede arrojar diagnóstico de tumores, pólipos o hemorroides, pero su gran objetivo es descartar el cáncer de colon. Es una prueba obligada cada año cuando hay antecedentes familiares.

Gastroscopia: en opinión del internista y cardiólogo Jairo Sánchez se recomienda después de los 50 años para detectar anomalías en el aparato digestivo como tumores malignos en el estómago o inflamaciones como la gastritis crónica.