Los miedos que crecen en las
aulas de los colegios
Un
nuevo estudio nacional determinó que los golpes, las burlas y el acoso sexual
son un problema creciente en planteles.
Los
niños sufren diferentes tipos de miedos cuando van a estudiar: primero, temen
que los profesores los regañen o los saquen al tablero, y segundo, que otros
niños les peguen o se burlen de ellos. Pero también temen que alguna pandilla
los robe o los maltrate; a la guerrilla y a los paramilitares que rodean la
escuela y a estar solos en lugares como el baño.
Así
lo determinó un estudio nacional realizado por
La
investigación se desarrolló en 84 planteles educativos -públicos y privados- de
20 municipios de las costas Atlántica y Pacífica, donde estudian 36.000 alumnos
(Nariño, Cauca, Valle, Chocó, Bolívar y Sucre).
Aunque
el trabajo se limita a esas regiones -acosadas por la pobreza y, en algunos
casos, por el conflicto armado-, este es el estudio más grande que se ha
adelantado al respecto en el país y, según los investigadores, lo que allí se
encontró obedece a una situación generalizada en toda Colombia.
Por
eso resulta preocupante que uno de los principales hallazgos de este informe
sea que siete de cada 10 menores de
Más
del 25 por ciento dice haber recibido golpes de sus compañeros en el último
año, mientras otros reportan desde palmadas hasta fuertes golpizas. Aunque
también resulta muy preocupante que el 65 por ciento admita que, en algún
momento, también ha agredido a sus compañeros.
Las
riñas (53 por ciento), robos (40 por ciento), burlas (38 por ciento) y amenazas
(36 por ciento) se presentan en todos los planteles.
Esta
semana,
En
Medellín, una investigación realizada en el 2009 por el médico cirujano Luis Enrique Montalvo y Tony
Sarmiento, especialista en salud mental infantil, -con 879 estudiantes de
estratos altos- evidenció que el 30 por ciento de estos ha sido víctima de
acoso o bullying.
Gabriela
Bucher, directora de Plan, opina que la violencia del
país está haciendo de las instituciones educativas un escenario hostil donde ya
es normal ser violento. "Lo más doloroso es que los niños maltratados
terminan justificando el acoso que sufren", advierte Bucher,
quien cree pertinente fortalecer las políticas públicas destinadas a
contrarrestar esta problemática.
"Los
manuales de convivencia, en muchos caos, son letra muerta", denuncia ella.
Por
su parte, el psicólogo clínico Camilo Schumacher
anota que quien ha sido acosado suele acudir a la violencia al darse cuenta de
que el maltrato no cesa y de que no hay reparación.
Preocupa
el acoso sexual
Además,
dos de cada 10 menores consultados estarían experimentando algún tipo de acoso
sexual dentro del colegio. El 11 por ciento afirmó que algún compañero le tocó
una parte íntima en contra de su voluntad, mientras que el 6,4 reconoció haber
sido obligado a ver partes íntimas de otro niño o niña.
El
1,8 por ciento de niños dijo que algún adulto en el plantel (profesor o
empleado) le tocó alguna 'parte privada'. A lo que se suma que el 20 por ciento
de niños indicó sufrir maltrato físico o psicológico por parte de sus maestros.
'En
el colegio casi destruyen a mi hijo de 10 años'
El
caso de un niño de 10 años, estudiante de quinto de primaria de un colegio
privado en Bogotá, ilustra a la perfección cómo a veces un plantel también
puede ser parte de una situación de acoso o agresión contra un menor.
Como
el pequeño sufre de una alergia que lo mantiene con los ojos irritados y la
piel muy seca, las directivas del colegio le pidieron a su mamá una
certificación médica especializada en la que se determinara si la enfermedad de
menor es contagiosa o no. "Los compañeritos y las mismas profesoras
lo excluían por la alergia", cuenta la madre, quien finalmente logró
demostrar que los demás no corrían ningún peligro con dicha enfermedad.
Luego
vino un segundo episodio, esta vez más complejo. "Me citaron para decirme
que mi niño tenía tendencias homosexuales", cuenta la mujer, al explicar
que al pequeño empezaron a tildarlo de gay porque se la pasaba con las niñas y
no jugaba fútbol.
Entre
tanto, el menor empezó a perder el apetito y a bajar de peso, a tener problemas
con el sueño y llorar constantemente. No quería volver a estudiar.
"El
colegio me pidió una certificación de un psicólogo clínico que determinara si
tenía tendencias homosexuales o no. Yo les dije que eso era ilegal y amenacé
con demandarlos", dice ella, al afirmar que sólo con esa presión logró que
en el plantel intervinieran para que los otros niños dejaran de perseguir a
este menor.
Pueden
quedar traumas para toda la vida
De
acuerdo con el estudio, los niños agredidos son los que resultan diferentes:
los mejores estudiantes o aquellos que tienen algún rasgo físico determinante o
una discapacidad; una raza o una religión distinta.
Las
agresiones obedecen a que el otro se siente más fuerte o más popular. Otros son
agredidos porque no caen bien en el grupo o porque los agresores quieren ser
jefes.
Según
la psicóloga de familia María Elena López, el acoso se hace más fuerte cuando
hay una relación de poder -de alguien fuerte sobre alguien débil- y cuando las
agresiones son de un grupo contra un individuo.
Esta
situación, según la experta, produce en el niño problemas como angustia,
ansiedad y estrés. Y, en casos más complejos, dolores de cabeza, gastritis,
desinterés por las actividades diarias y por el estudio, y depresiones.
"Los adultos deben intervenir a tiempo para que no queden traumas para
toda la vida; son eventos que marcan mucho y que requieren ayuda
profesional", agregó López.
En
los peores casos, el acoso escolar puede generar ideas suicidas en los menores.
Redes
sociales, otra forma de acoso
Las
redes sociales como Facebook o MySpace
se han convertido en una nueva forma de acoso, con el agravante de que a través
de éstas el agresor actúa bajo el anonimato.
Grupos
creados para despotricar de un compañero, calumnias, fotos, chismes y
comentarios ridiculizantes, y mensajes de texto vía
celular con insultos son algunas de las formas de 'matoneo virtual' que ha
conocido el Grupo de Delitos Informáticos de
Lo
peor de esta forma de violencia escolar, según el psicólogo Leonardo Aja, es
que la información en Internet se propaga sin control y no hay cómo exigir
reparación.
Los
profesores deben intervenir
1.
Nunca aprobar, ni reírse cuando ocurran maltratos entre los estudiantes.
2.
Enseñar a manejar las emociones y a resolver conflictos pacíficamente.
3.
Concertar con sus estudiantes normas de trato cuidadoso.
4.
Mostrarle a sus estudiantes que, si no intervienen para frenar maltratos entre
sus compañeros, están ayudando a que ese maltrato se mantenga.
5.
Involucrar a las familias para que la búsqueda de soluciones sea tarea
compartida.
6.
Enseñar que es posible defenderse sin recurrir a la agresión.
ENRIQUE
CHAUX, PROFESOR DE
Padres
deben acompañar al niño y pedir ayuda
Piense,
con su hijo/a, en actividades para fortalecer sus amistades o para crearlas si
no las tiene.
En
cualquier caso, es importante hablar con las directivas y
profesores y analizar si el colegio tiene alguna política al respecto.
¿En
qué casos pedir ayuda profesional? Cuando el niño se ve
triste y desmotivado, no sólo en relación con el colegio sino en general; cuando
está reacio a seguir asistiendo al colegio; cuando empieza a expresar deseos de
venganza frente a quien lo intimida y cuando expresa deseos de hacerse daño a
sí mismo.
Carolina
Piñeros, Red Papaz.
JOSÉ
ALBERTO MOJICA P.
REDACCIÓN VIDA DE HOY