REDACCIÓN SALUD Los niños que este lunes amanezcan con gripa en el país no deberían
ser enviados a sus colegios. Así lo recomendó el Ministerio de Protección
Social, dentro de los planes diseñados por el Gobierno para evitar la
transmisión del virus AH1N1, llamado inicialmente gripa porcina.
Diego Palacio, ministro de Protección Social, dijo que desde hace varios
días el Gobierno viene trabajando en una guía base sobre esta enfermedad, que
enviará a los rectores de todo el país, para indicarles cómo actuar cuando se
detectan personas con síntomas de la mencionada gripa.
“La ministra de Educación (Cecilia María Vélez) recomendará a los rectores,
por ejemplo, que devuelvan para su casa a los niños que lleguen con gripa a
clases”, dijo el ministro Palacio.
Medidas similares están siendo evaluadas con el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar. “El Instituto tiene cerca de 80.000 hogares infantiles, y
200 mil adultos mayores asisten a diario a restaurantes comunitarios. Es
necesario buscar alternativas para estos casos”, dijo Palacio.
El funcionario también dijo que hoy se están enviando a distintas
instituciones hospitalarias guías con orientaciones claras sobre el manejo de
personas que lleguen con sintomatología respiratoria. Estas incluyen la
adecuación de salas especiales para atenderlos.
Control a precio de tapabocas Palacio recordó, además, que el Ministerio de
Comercio expidió una resolución mediante la cual incorpora al régimen de
control directo de precios los tapabocas normales que se venden en droguerías.
“Se les dio un precio máximo de 180 pesos”, dijo Palacio. Este insumo, de
acuerdo con el propio Ministerio de la Protección, estaba siendo vendido hasta
en 1.000 pesos la unidad.
Entre las sanciones para quienes incumplan con lo ordenado por la resolución
están multas de hasta 150 mil pesos, decomiso de productos, arresto inconmutable
de hasta 30 días y cierre de establecimientos, incluso por un mes.
Pier Paolo Baladelli,
representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dijo que se
sigue a la espera de los resultados de las muestras enviadas al CDC de Atlanta.
“Pensamos que podremos saber algo este fin de semana o el lunes. No tenemos aún
casos confirmados, pero pensamos que es importante que la gente tenga calma”.
Quiero exhortar en este puente, que irá del 1 al 5 de mayo,
.
te quedes en tu .
casa con tu familia, porque no hay lugar más seguro
que tu propia casa”.
Sé que, para muchos, las medidas de contingencia han significado un
sacrificio, pero vale .
le pena si podemos cuidar la salud .
de los nuestros”.
Es momento de convivir con los hijos, con los hermanos y con los padres, de
arreglar las cosas que están pendientes en las casas y desarrollar una
integración”.
Felipe Calderón, presidente de los Estados Unidos de México, al explicar las
medidas que adoptó su Gobierno.
ÓSCAR MARTÍNEZ PARA EL TIEMPO CIUDAD DE MÉXICO De repente, el anciano del traje marrón empezó a gritar desde su taburete.
Le gritaba algo a la camarera y otras tantas cosas a la situación, pero solo
una parte se lograba escuchar a través de la mascarilla que le cubría la boca.
Cuando repetía la frase, golpeaba con su dedo índice la barra sobre la que
apoyaba los codos: “¡Siempre he comido aquí los
lunes... Desde hace años!” Hoy no podrá ser. Hoy hay
gripa AH1N1, antes llamada gripa porcina.
Ese día, como no le había pasado en muchos años, el mítico restaurante del
centro de Ciudad de México La Pagoda cerró temprano. A media tarde se
interrumpió el servicio de este popular 24 horas. Y no
solo eso. Su algarabía se fue estos días. Aquello parecía más la sala de comida
de un hospital. En la barra, era obligatorio dejar un taburete de por medio
entre persona y persona. Entre mesa y mesa también. Las alegres meseras tenían
la boca tapada y la conversación extinguida.
No era para menos: afuera, cientos de restaurantes han tenido que echar al
público de sus salas. Se calcula que esta ciudad pierde 777 millones de pesos
mexicanos (unos 65 millones de dólares) al día desde que empezó esta alerta.
Y, a media semana, la cosa empeoró. Ya para el martes, el señor del traje
marrón no habría podido siquiera hacer su rabieta desde el taburete. Los
restaurantes ya solo despachan para llevar, y los que tienen servicio a
domicilio solo llevan pedidos encargados por teléfono, hasta la puerta de su
casa, y con mascarilla. En estos días de fiebre, la soledad es la medida.
Las reuniones, la amenaza.
Por eso, esa noche del martes, tampoco hubo poesía. Cada martes, a las 9 de
la noche, lectores, poetas y curiosos se juntan en la Casa de Mora, un café-bar
de la colonia Roma. Ahí, las Poetas del Megáfono, un colectivo multinacional de
escritoras muy reconocido en el circuito de las letras de la ciudad, leen sus
poemas con la boca pegada al altoparlante que luego se pasan de mano en mano,
impensable en estos tiempos de paranoia de las bocas.
El bar cerró, el evento se canceló y las poetisas terminaron abriendo un blog en Internet con el siguiente título: “Poesía sin
tapabocas. Poemas escritos a partir de la crisis de influenza. La creación
vence al miedo”.
Cada una envió un poema que se publicó ahí. El primero, de la poetisa
puertorriqueña Nicole Delgado, inicia así: “Fase 1.
Me enferma que hoy ni siquiera san Judas Tadeo (patrón de las causas
imposibles) genera suficiente fe”.
Y es que, entre desconocimiento y malas noticias, la gente no se refugia más
en los santos, sino en los tapabocas. De momento, hay 99 casos del virus AH1N1
(antes llamado gripa porcina) confirmados en México. Sin embargo, ya no hay
tapabocas. El jueves, en varios quioscos de la ciudad, en varias farmacias del D.F., aparecían estos mensajes: “Se agotaron los tapaboca”,
“Ya no hay mascarillas”.
El Universal, uno de los principales diarios mexicanos, incluso publicó una fotogalería donde explicaba, paso a paso, cómo crear tu
propio tapaboca. Y no está de más. Se recomienda cambiarlo al menos una vez al
día. Y, de momento, en las calles un tapabocas ya cuesta 3 pesos, cuando lo
normal es que no valga ni 50 centavos. Esto es como cuando para un partido de
fútbol las entradas se agotan en taquilla.
Las calles de la ciudad tiene un aspecto extraño.
Cuando todo comenzó, el pasado fin de semana, algunos llevaban tapaboca, y las
calles lucían levemente vaciadas. Mientras la semana avanzó, las calles del
centro histórico, acostumbradas a estar atestadas de caminantes que circulan
contoneando la cadera para esquivar a los demás, empezaron a lucir
verdaderamente vacías. Sin escuelas abiertas, sin comensales en los
restaurantes, con bares y cantinas cerradas, hay menos cosas que venir a hacer
al centro o a cualquier calle. No deja la ciudad de tener un aspecto enfermizo,
como un hospital callejero: gente con guantes, gente con mascarilla, un aire a
escena de Ensayo sobre la ceguera.
El puente más largo En el metro, en la calle, en los sitios cerrados, si
alguien tose o estornuda, muchas miradas caerán sobre él, y muchos de los que
lo rodean darán un paso o dos hacia atrás. “Perdón, ya andaba resfriado, no es
la gripa”, se excusó el hombre que tosió en la fila para sacar dinero de un
cajero automático.
Ahora, la ciudad se prepara para el puente festivo más largo de su historia.
El presidente, Felipe Calderón, ordenó a todos suspender toda actividad, en los sectores público y privado, hasta el próximo 6 de abril,
porque “no hay lugar más seguro para evitar contagiarse del virus que tu propia
casa”.
Para el 6 de mayo, cuando termine el asueto, se calcula que el comercio
habrá perdido unos 7 mil millones de pesos mexicanos. Y, ese día, el anciano de
traje marrón completará su segunda jornada sin poder almorzar en La Pagoda.
Aunque la mayoría del planeta ya está familiarizada con el nombre de la
gripa porcina, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sorprendió ayer con el
anunció de que decidió cambiarle el nombre a esta enfermedad.
Ahora, para consuelo de los productores de cerdos, la extraña enfermedad
deberá llamarse AH1N1, una denominación más científica, pero que, seguramente,
será más difícil de memorizar entre la comunidad.
“Hemos abandonado la denominación de la gripa porcina, porque el virus es
cada vez más humano y cada vez tenía que ver menos con el animal”, explicó el
portavoz de la Organización Mundial de la Salud, Dick
Thomson.
“Hemos recibido muchas consultas de asociaciones de animales y productores,
que nos cuestionan sobre el nombre, y finalmente hemos decidido cambiarlo”,
agregó el portavoz.
Un fuerte pulso La decisión es anunciada días después de que se viviera un
pulso entre países y productores de este animalito por cambiar el nombre del
virus, para dejar de afectar sus intereses económicos o políticos.
Por ejemplo, los productores de cerdo de Brasil sugirieron que se la llamara
‘gripa mexicana’ o ‘influenza norteamericana’, una idea que no convence mucho a
las autoridades de México ni de los Estados Unidos.
Otros apelaron a las razones religiosas para impulsar el cambio de nombre.
El viceministro israelí de Salud, Yaakov Litzman, propuso hablar de la ‘gripa de México’, para no
tener que pronunciar la palabra ‘cerdo’, animal considerado impuro por los
judíos.
Los productores de cerdo colombianos también se quejaron, pues registraron
pérdidas de tres mil millones de pesos, ante el temor de los consumidores de
adquirir este producto, pese a que los expertos han dicho que no se transmite
por ingerir su carne.
Cielos abiertos Por otra parte, los ministros de Sanidad de la Unión Europea
descartaron la propuesta de Francia de suspender los vuelos hacia México, por
considerar que esa propuesta “no tiene sentido”.
La presidencia de la UE no está “a favor de imponer restricciones
importantes de viaje”, dijo la ministra checa de Sanidad, Daniela Filipiova.
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El virus ya no se llama gripa porcina: OMS