Lo mejor de la vida comienza a los cincuenta

Pasada esta edad aumentan los sentimientos positivos, por lo que hombres y mujeres tienden a estresarse menos y a ser más felices.

Él acepta los cambios físicos que han llegado con la edad y dice que la cincuentena es el mejor momento de su vida. Este hombre no sobreestima ni idealiza lo que hacía cuando era joven, o "más joven", como le gusta aclarar. Tampoco echa de menos su primera juventud, porque no ha olvidado que fue una etapa conflictiva, apresurada, precipitada e inmadura.

Siente que ha tenido una vida bien vivida, en la que se han acumulado experiencias y sabiduría, y en la que el paso de los años ha aportado muchos conocimientos y elementos valiosos.

Ella, que ya festejó su cumpleaños número 50, siente que llegó la hora de aprovechar la vida más placentera y relajada que le brinda una realidad que llegó con la madurez. Sus hijos ya son independientes y abandonaron el nido paterno. Tras muchos años de esfuerzo goza de una cierta estabilidad económica, y ahora tiene más tiempo libre.

"Es hora de explorar nuevas actividades artísticas, sociales, lúdicas o de cualquier otro tipo como la lectura, y de aprender aquello que antes no tuve tiempo o tranquilidad para desarrollar, como un pasatiempo, un oficio o una asignatura", dice.

Ellos dos son el vivo testimonio de lo que recién comprobó un nuevo estudio: que si bien la vida no "comienza a los cincuenta", como reza un conocido eslogan, a partir de ese momento una persona, en realidad, puede estar más cerca de la felicidad y de la plenitud de lo que podría suponer.

De acuerdo con investigadores de la Universidad de Stony Brook, en Nueva York (Estados Unidos), la etapa más feliz de la vida suele llegar cuando ya se ha entrado en la quinta década.

Emociones bajo control

Este fenómeno podría deberse a que, con el paso de los años, la gente aprende a controlar mejor sus emociones negativas, o quizá relativiza o resta importancia a los recuerdos negativos, lo cual les ayuda a sentirse mejor.

Curiosamente, y contra lo que cabría suponer, el efecto de la edad sobre las emociones es más consistente que el del estado civil, la paternidad o el empleo, y circunstancias como las de tener pareja, vivir con los hijos en la casa o estar sin trabajo, no tienen una influencia apreciable en la evolución de las emociones positivas y negativas a lo largo de la existencia humana.

La franja de edad que va de los 40 a los 50 años es la etapa en la que la percepción subjetiva del bienestar se reduce más rápidamente, en mujeres y hombres, lo cual refuerza la hipótesis de que existe la denominada "crisis de los cuarenta", aunque una vez superados los 50 años los sentimientos positivos vuelven a aumentar rápidamente, aseguran estos científicos.

La mencionada investigación se hizo a partir de los datos obtenidos mediante una encuesta telefónica de la Organización Gallup, a la que respondieron más 340.000 estadounidenses, entre los 18 y los 85 años. Para valorar cómo percibían su bienestar, se solicitó a los encuestados que imaginaran una escalera con sus peldaños numerados del 0 (el más bajo, equivalente a la peor vida posible) al 10 (el más alto, equivalente a la mejor vida posible) y que analizaran en qué peldaño se encontraban personalmente en ese momento.

También se les preguntó si durante gran parte del día anterior habían dos sentimientos positivos (placer y felicidad) y cuatro negativos (estrés, preocupación, mal humor y tristeza).

Las respuestas de los participantes mostraron que la Percepción del Bienestar Subjetivo (PBS), el placer y la felicidad tienen una curva en forma de 'U', cuyo punto más bajo se sitúa a partir de los 50 años de edad. Ello significa que, en general, la gente se halla más feliz respecto a su vida en la juventud y la vejez, y que en la mediana edad se produce un descenso en la PBS.

Según el mismo estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista PNAS, el manejo del estrés, la preocupación y el mal humor muestran una mejora pronunciada con la edad.

EFE REPORTAJES