En Colombia, de
acuerdo con Alexandra Sierra, pediatra, y coordinadora de la clínica de VIH
pediátrico de Cali, hay entre 1500 y 2000 pequeños con Sida.
En Colombia, de
acuerdo con Alexandra Sierra, pediatra, y coordinadora de la clínica de VIH
pediátrico de Cali, hay entre 1500 y 2000 pequeños con Sida.
Jonathan* hace parte de esa lista y por esta razón su mamá no lo inscribe en
una escuela.
Dice Mabel Ruiz, trabajadora social de la clínica,
que la madre del niño, una joven de 24 años, argumenta que es mejor evitar
malos ratos, pues las personas aún no entienden la enfermedad y creen que si
abrazan al chico podrían contagiarse.
Por eso, por ahora Jonathan pasa gran parte de su
tiempo en la clínica pediatra, donde juega a armar rompecabezas y hace volar
hombres araña con sus manos.
El pequeño de siete años seguirá su tratamiento
allí al menos hasta los doce años y hace parte del grupo de 120 menores que
encuentran en este lugar una asistencia especial con medicinas, odontología,
sicología, trabajo social e incluso, seguimiento a sus EPS. Los beneficiados
con estos tratamientos son en su mayoría niños y madres de estratos 1 y 2.
“Lo que se busca es no centrarnos solo en lo médico, sino hacer un
proceso integral, evaluando su entorno familiar, su aceptación, si tienen redes
de apoyo y cómo lo viven sus padres”, precisó Sierra.
Esto lo reconoce la mamá de Jonathan, quien
continuamente asiste a la clínica para que le enseñen cómo cuidar lo mejor
posible a su pequeño y también a su niña de 3 años, que nació sin el virus.
La coordinadora de la institución dice que “el sector de la salud debe redoblar su vigilancia
y estudio en los controles prenatales. Por lo general, el 95 % de los niños
adquirieron la enfermedad por vía perinatal, es decir, que su madre se las
transmitió durante el embarazo, y un 5 % corresponde a abusos sexuales.
Trabajamos fuerte para evitar casos positivos, para que esas vidas que vienen
formándose tengan otra historia”.
Laura Valderrama, psicóloga de la Universidad
Javeriana de Cali, quien hace parte del equipo multidisciplinario de la
clínica, añadió que los grupos de apoyo son fundamentales en este proceso.
Gira Positivo es uno de ellos. Se trata de un grupo
de jóvenes con VIH que lleva seis años reuniéndose para dar otro tratamiento a
esta enfermedad, desde los puntos de vista psicológico, educativo y familiar.
También está el colectivo de madres, que comparte
experiencias y recibe asesorías según sus casos particulares.
Con estos grupos el tema de la prevención y manejo
del Sida hay ido más allá de la clínica.
La sensibilización logró llegar hasta las aulas del
Colegio PIO XII, donde a través del grupo Gira Positivo se habló con los
estudiantes adolescentes sobre la importancia de la protección y los mitos
sobre la enfermedad. Además, se aplicó una medición sobre cuánto conocen sobre
el VIH. Los resultados fueron preocupantes, dijo Valderrama.
Ya son catorce años de funcionamiento los de la Clínica de VIH
Pediátrico de Cali (que funciona en el sur de la ciudad), tiempo en el que han
pasado por allí 1200 pacientes. De ellos 35 han perdido la batalla contra la
enfermedad. Los demás, es decir, la gran mayoría, siguen en una lucha que,
acompañada de estos expertos, ha dado buenos frutos. En eso están Jonathan y su
mamá, dando los pasos para construir una vida con calidad, que le permita algún
día ir al colegio y transformar en realidad sus sueños de niño.
*Nombre cambiado.