¿Por qué se mata a alguien a
quien algún día se le prometió amor?
De
acuerdo con un investigador de
Entonces,
Mauricio le sacó un cuchillo y se lo puso en el cuello. Quería intimidarla,
mostrarle quién ‘mandaba’. También convencerla, a las buenas o a las malas,
para que tuvieran relaciones sexuales. Si el helado que le acababa de regalar a
su novia no era suficiente para llevarla a la cama, entonces la amenaza del
cuchillo haría el trabajo completo.
Contra
Ana Milena imperaba en ese momento una lógica perversa aunque según los
psiquiatras es de lo más común entre novios y esposos: si no querés hacer lo que yo quiero, te obligo. Recordá, mujer, que soy el hombre, tu dueño. Y sobre tu
vida tengo poder, una ilusión de posesión. Por eso si te rebelás
recurro a la violencia. El sumiso, que no se te olvide nunca porque me enojo,
debe seguir preso a su papel de obediente.
Al
final, Ana Milena logró escabullirse, despavorida, de la brutal agresión. Ese
día, 19 de diciembre de 2010, por supuesto, decidió terminar esa relación de
dos años. Sin embargo, la muerte 'por amor' la acechaba.
Ana
Milena no sabía que el 10 de enero de 2011 se convertiría en la primera víctima
de este año por un crimen pasional en Cali. Todo sucedió cuando el sindicado
del homicidio, Mauricio, la buscó de nuevo. El joven de 22 años y adicto a las
drogas llegó hasta el sitio en donde Ana Milena ensayaba un vals, su último
baile. Ahí le pidió que lo acompañara a su casa, ubicada en el barrio Los
Chorros. Ana Milena aceptó.
No
se sabe con exactitud qué pasó adentro de la casa. Pero los vecinos del barrio
vieron a Mauricio cuando salía solo, de prisa y con cara de asustado. Alguien,
después, gritó: ¡le hicieron algo a la niña! ¡le
hicieron algo a la niña!
Porque
Ana Milena era una niña. Había nacido el 13 de marzo de 1993. Tenía 17 años y a
lo mejor pensaba que para eso de las relaciones sexuales debía esperar hasta
que fuera mayor de edad, cuando por fin tuviera un novio que la amara y la
tratara como a una reina, con flores y chocolates. ¿Es así Ana Milena? No hay
cómo saberlo.
Su
cuerpo, apuñaleado una y otra vez con un cuchillo de mango amarillo, fue
encontrado sin vida en una cama del segundo piso de la casa, cubierto por una
sabana. El jean que llevaba puesto y sus interiores
estaban a la altura de sus pantorrillas, como señal de que el asesino a lo
mejor descargó sus impulsos sexuales.
El
crimen se reportó a las 7 de la noche, según el expediente de las autoridades.
Y en los registros de
Parece
que algo anda muy mal con las relaciones de pareja en esta ciudad que a veces
la ofrecen para enamorados: en todo 2010 y lo que va de 2011 se han
contabilizado 17 crímenes pasionales. Sólo este año van cinco.
La
mayoría de todas esas víctimas, sin embargo, son hombres. Aunque parezca
mentira, las mujeres también están apretando el gatillo, envenenando, pagando
para que alguien mate a su pareja.
Hay
una teoría que lo explica: “La mujer mata por agotamiento, por el maltrato.
Casi podría decirse que cuando mata es una defensa tardía, pese a que esto no
lo aceptan jurídicamente”. Lo dice la penalista Jimena Castilla, en un estudio
de Myriam Jimeno y
A Luis Eduardo, por ejemplo, lo mandó a matar una mujer, pero
por jugar con fuego: tenía esposa y amante. Luis
Eduardo, 30 años, desempleado con antecedentes judiciales por fabricación,
tráfico y porte ilegal de armas, fue asesinado a las 4:40 de la tarde del 28 de
enero y se convirtió en la tercera víctima en Cali por crímenes pasionales en
lo que va de 2011.
El
tipo fue abaleado en el barrio Mójica por 2 hombres
que se movilizaban en una bicicleta. El cuerpo llegó sin signos vitales al Hospital
Carlos Holmes Trujillo. Fue allí donde se aclaró el
crimen. “Esa fue una muerte anunciada”, dijo una mujer que lo conocía. Muerte
anunciada porque Luis Eduardo quiso volver a la casa
de su esposa, reconciliarse. Y su amante ya lo había amenazado de muerte si se
atrevía.
Eso
de la infidelidad y el miedo al abandono, contó un investigador de homicidios
de
Y,
como el caso de Luis Eduardo, la mayoría de los
crímenes pasionales se ejecutan en las vías públicas de la ciudad.
El
detalle no es simple casualidad, explica el psiquiatra forense de Medicina
Legal Óscar Armando Díaz. Cuando se mata en un sitio concurrido, el asesino en
el fondo quiere mandar un mensaje a toda la sociedad: Si ese hombre o esa mujer
no es para mí, entonces no será para nadie más.
Los
crímenes pasionales, agrega el psiquiatra, tienen que ver en parte con esa
ilusión de posesión de la pareja tan común en los seres humanos. “Un fenómeno
que en esta sociedad se acentuó aún más en la época del narcotráfico y que
funciona de manera sencilla: como tengo dinero, usted, señora, y usted
jovencita, y la de más allá, son mías, porque yo las sostengo económicamente”.
El círculo es casi perfecto: porque por otro lado, comenta el psiquiatra, se
genera una dependencia material.
Pero,
además, existe también una dependencia emocional. Yo a usted lo necesito a mi
lado, para poder ser feliz. Es el juego del poderoso y el sumiso. El problema,
agrega el especialista, es cuando ese sumiso se cansa, se aburre, y busca
escapar del yugo. Es cuando, por lo general, aparece la violencia del que tiene
el poder para intentar mostrar, de verdad, un dominio absoluto sobre el otro.
Tal
vez por eso, porque un hombre creyó que era su dueño, murió Mónica, 20 años,
estudiante de fisioterapia.
Su
crimen se registró a las 8:00 de la mañana del pasado 28 de enero y es la
cuarta víctima del amor en Cali este año.
Mónica
fue asesinada mientras paseaba a su perro en un parque del barrio Los
Alcázares. Según el expediente del caso, a Elis, su
ex novio, se le vio varios días caminando por el parque. El día del homicidio,
también se le había visto muy temprano deambulando por ahí.
Con
Elis Mónica había vivido tres meses. Al parecer la
ruptura se dio porque el tipo le inyectaba sustancias extrañas para, quizá,
abusar sexualmente de ella. También, dice el expediente, Elis
le pegaba. Es el principal sospechoso.
Y
porque un tipo se creyó dueño de una vida también murió Rubiela Díaz Pantoja, la mujer de 36 años degollada el pasado sábado 2
de abril en un bus del MÍO y la quinta víctima mortal del amor en este
2011.
El
cortero de caña Hernando Lucumí Ávila, con quien Rubiela tuvo una relación sentimental de cinco años, está
sindicado de ese asesinato. Un investigador de
Es
que el amor, lástima, parece estar enfermo de gravedad. No es extraño entonces
que en Medellín, hace 16 años, decidieran crear
Infancia
traumática, maltratos, desilusiones, rabias, ilusión de posesión. Todo eso
podría estallar en cualquier momento y llevar a una persona a cometer un
crimen. Podría. Porque, ¿quién sabe la respuesta exacta? ¿Por qué se mata a
alguien a quien algún día se le prometió amor?
Cómo detectar un asesino en potencia