Mantenga a raya los males del
invierno
‘Le
tengo el remedio', la columna del asesor médico de Casa Editorial EL TIEMPO.
Vuelve
y juega: los colombianos estamos con el agua hasta el cuello por culpa de
Aprenda:
las inundaciones traen consigo la destrucción de infraestructura básica que
garantiza el suministro de servicios públicos esenciales, como el agua potable,
vital para evitar la propagación de enfermedades.
Bichos,
los enemigos: la mezcla del agua para consumo con aguas de
alcantarilla, la migración de roedores, la imposibilidad de descontaminar
alimentos y la falta de higiene promueven el crecimiento de bacterias y del
cólera, y la proliferación de virus que generan enfermedades
gastrointestinales.
Agüita en botella: no beba ni coma nada preparado con agua cuya
procedencia sea dudosa. Eso incluye el hielo. Use solo agua embotellada o
debidamente hervida para cocinar, lavar la loza y hasta cepillarse los dientes.
Mosquitos: antes de viajar a poblaciones ubicadas por debajo de los
Vacúnese: si vive en las zonas afectadas, o viaja seguido a ellas,
inmunícese contra la fiebre amarilla, el tétano, la influenza y la hepatitis,
sobre todo si hace parte de la llamada población en riesgo (menores de cinco
años, mayores de 55 y enfermos crónicos). ¡Averigüe!
Seco: el contacto permanente de la piel con la humedad, la falta de agua
potable para el aseo y el hacinamiento hacen que males como la escabiosis y la
pediculosis proliferen, así como algunas dermatitis. En el caso de heridas
abiertas, puede haber contaminación e infecciones. Así que, sequito, ¿si?
Gripa: aunque llueva y haga frío, procure que su casa y su sitio de
trabajo estén ventilados y que entre la luz por las ventanas. El encierro y la
oscuridad favorecen la circulación de virus respiratorios.
Por último: comer e hidratarse bien, hacer al menos media hora de
ejercicio aeróbico al día y mantenerse alejado del humo del cigarrillo y del
trago son medidas clave para mantener sus defensas en buen nivel. Si los males
del invierno llegan, mejor que lo cojan bien protegido.
CARLOS
FRANCISCO FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO