Jóvenes entre 30 y 40 años, más
propensos a males del corazón
El
frenético ritmo de vida actual no ayuda a que los treintañeros
cuiden su corazón.
No
hacen ejercicio, comen mal, trabajan mucho y viven estresadao.
Álvaro
tiene 40 años, pero parece de 65. Su cintura mide más de
A
pesar de eso, pensaba que sufrir una enfermedad del corazón era cosa de los
abuelos. Pero hace cuatro meses, un dolor intenso en el pecho lo despertó a
las
De
acuerdo con
De
hecho,
Cuando
el riesgo aumenta
Según
Natalia Londoño, presidenta electa de
El
asunto es peor si hay antecedentes familiares y si, como Álvaro, se vive en un
ambiente estresante.
"Las
personas jóvenes, aunque no tienen la carga de la edad, suman el estrés a los
problemas psicosociales, al consumo de alcohol y al
cigarrillo, y ahí se produce el infarto", le
dijo hace poco al diario
Otros
males
Según
Londoño, además, cuando la gente se preocupa piensa solo en infartos, pero
desconoce que el ritmo agobiante del mundo actual puede llevar a que se
desarrollen otras enfermedades en el sistema cardiovascular, igual de
preocupantes, como el endurecimiento de las arterias (arterioesclerosis),
los cambios en el ritmo del corazón (arritmias cardiacas), las alteraciones de
respiración durante el sueño y la ruptura de arterias, entre otras (ver
gráfico).
La
buena noticia, dicen los expertos, es que con hábitos sanos de vida, todos
estos males son prevenibles.
Enemigos
del corazón
Tenga
cuidado con estos factores:
Hipertensión:
eleva el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca.
Colesterol
elevado: su aumento se debe a la grasa saturada contenida en
productos lácteos, carnes rojas y ciertos aceites. El problema surge cuando la
sangre tiene muchas lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo) y
estas se acumulan en las paredes de las arterias formando una placa.
Obesidad
y sobrepeso: pueden elevar los niveles de colesterol, causar
hipertensión y aumentar el riesgo de enfermedad arterial coronaria.
Cigarrillo:
eleva de manera considerable la probabilidad de sufrir enfermedades
cardiovasculares.
Herencia:
los males del corazón suelen heredarse. Por ejemplo, si los papás o hermanos
tuvieron un problema cardiaco antes de los 55 años, la persona tiene más riesgo
cardiovascular que alguien sin esos antecedentes.
Otros
factores: el uso de algunos anticonceptivos orales y el estrés han
sido relacionados con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Las
cosas que le hacen bien
Hábitos
sanos: mantenerse en el peso adecuado, no fumar, ser moderado
con el consumo de alcohol y dormir bien (al menos
siete horas diarias) disminuyen las posibilidades de sufrir un infarto.
Ejercicio:
ejercitarse regularmente mejora la eficiencia del corazón y hace que éste
requiera menos esfuerzo para cumplir con su tarea; además, ayuda a regular la
tensión arterial, fortalece el músculo cardiaco y hace más flexibles las
arterias.
Pensar
de manera positiva: un estudio estadounidense encontró que cultivar el buen
humor, pensar en positivo y no sobredimensionar los problemas reduce, en un 22
por ciento, la probabilidad de tener enfermedades relacionadas con el corazón.
Comer
bien: el consumo diario de verduras, frutos secos, carnes
blancas, frutas y verduras frescas, huevos y lácteos, aceite de oliva (y otros
aceites mono y poliinsaturados) y cereales, está
asociado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
REDACCIÓN
SALUD