Evalúan cultivo transgénico de maíz en el Meta

Syngenta y el ICA analizan un lote, su evolución y resistencia a las plagas.

Alcanzar un resultado óptimo para el agricultor, con una planta sana al final de cosecha, buena producción y una excelente semilla para que se obtengan mayores beneficios, es el objetivo que se busca con la implementación de un cultivo transgénico de maíz en el Meta. Ricardo Jara, ingeniero agrónomo de la multinacional Syngenta, es el encargado de liderar los estudios y las evaluaciones que adelanta junto con el ICA de un cultivo de maíz genéticamente modificado de menos de dos hectáreas, establecido en la vereda Caños Negros de Villavicencio y el cual se plantó hace unos 30 días. El material sembrado está modificado para resistir los lepidópteros y otras plagas, como el gusano lotero, que ataca la mazorca, el gusano cogollero, que afecta las hojas, y el gusano barrenador que destruye por dentro el tallo de la planta. La idea, explicó Jara, es que no haya disminución en producción y que el medio ambiente no salga afectado con tantas aplicaciones de insecticidas para atacar las plagas que llegan al cultivo. La semilla genéticamente modificada es traída de Argentina y el ICA examina las pruebas y evalúa su bioseguridad para decidir si da el permiso y se saca la semilla comercialmente en el 2012. Menos contaminación Una de las ventajas que se puede obtener con el uso de semillas Genéticamente Modificadas (GM) en los cultivos, es que estos se hacen más resistentes a las plagas y que por lo tanto no es necesario hacer más de dos aplicaciones de insecticidas para atenuar las plagas. Esa situación disminuye en parte los costos de producción al agricultor. Ricardo Jara, experto de Syngenta, dijo que el productor puede invertir $320.000 en semillas convencionales para sembrar una hectárea de maíz, pero que gastaría cuatro aplicaciones de insecticidas, mientras que con la semilla GM invierte $400.000 para esa misma área, pero a lo sumo serían necesarias dos aplicaciones de insecticidas. En los últimos ocho años en Colombia se han sembrado 38.896 hectáreas de maíz transgénico.