“Lo que viene en salud será malo para el país”: presidente de Acemi

Jaime Arias, presidente de Acemi, dice que los proyectos de ley que cursan en el Congreso introducen reformas radicales al sistema de salud, pero no resuelven los problemas financieros, ni de corrupción.

La controversia sobre el nuevo sistema de salud que intenta construir el Gobierno Nacional no para. La Ley Estatutaria pasó su primera prueba y será examinada esta semana en las plenarias del Congreso. La Ley ordinaria, donde está el grueso de la reforma a la salud, aún no empieza a estudiarse en el legislativo, pero la ponencia presentada, ya genera polémica.

Jaime Arias Ramírez, presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, Acemi, que reúne a las grandes EPS del país, dice que el cambio del sistema será total y radical, pero en materia institucional.

En entrevista con El País, el directivo asegura que el nuevo sistema de salud que plantea el Estado es muy ambicioso en términos del derecho a la salud y acceso a servicios y tecnologías, pero que en nada mejorará la situación actual porque no toca los problemas de los pacientes, la calidad del servicio, la oportunidad, ni la integralidad.

En últimas, dice, los afectados serán de nuevo los usuarios del servicio en todo el territorio nacional y asegura que las EPS no tienen garantías para transformarse.

¿Cuáles son los temores de las EPS frente a los proyectos de ley de salud que cursan en el Congreso?

La Ley Estatutaria que ya pasó en primer debate no hace ningún daño, pero no mejorará de ninguna manera el sistema, simplemente queda ratificado lo que ya existe y es que la salud es un derecho. Pero hay un cambio importante que puede tener repercusiones hacia el futuro y es que se amplía mucho el plan de beneficios.

Si el país tiene con qué pagarlo en los próximos años, pues sería una buena noticia. Si el país no tiene con qué pagarlo, será una frustración.
A esto se añade que la Ley Estatutaria, garantiza la autonomía total de los profesionales, entonces lo que el médico diga finalmente es lo que se tiene que hacer, se eliminan todas las trabas.

Pero eso suena bien para los usuarios...

No habría peros si el país está dispuesto a pagar unas sumas muy altas del presupuesto nacional para la salud, digamos destinar el 10 % del PIB para el sector. Obviamente un plan amplio de beneficios cuesta y es una pregunta que uno se hace ¿estamos los colombianos en condiciones de pagar todo eso? Si lo estamos, muy bueno.

El Gobierno Nacional insiste en que lo que se plantea cambia el sistema de salud para beneficio de la gente...

El cambio será total y radical en cuanto a la institucionalidad, ahora creo que no mejorará para nada la situación porque no toca los problemas de los pacientes, la calidad del servicio, la oportunidad, la integralidad. No resuelve los problemas financieros, no resuelve los problemas de corrupción que hay en algunos núcleos del sector.

Lo que busca la reforma, como lo dice el senador Robledo, es acabar con las EPS con la presencia del sector privado en el aseguramiento y eso lo van a lograr, seguramente, como está planteado hasta ahora.

¿Las EPS encuentran las condiciones para transformarse en Gestores de Servicios de Salud como lo plantea la ley ordinaria de reforma que empezará a estudiar el Congreso?

La ley ordinaria plantea una reforma básicamente política para reacomodar los poderes internos del sistema. Busca eliminar las EPS completamente y centrar toda la responsabilidad del financiamiento y aseguramiento en el Gobierno. Eso es lo que vemos de fondo, más que arreglar los problemas a la gente o resolver los problemas de financiamiento y los de corrupción. Lo que se hace al eliminar las EPS es que habrá nuevas fuerzas dentro del sistema centradas en el Estado y un poco en los prestadores de los servicios.

¿Entonces Las EPS tendrían problemas para seguir operando?

El propio Ministro de Salud reconoció que van como 8 ó 10 cambios en las funciones que hacían las EPS y que ahora no harán. No manejarán recursos, ni harán recaudos y remató el Ministro con la eliminación de la integración vertical en todos los niveles. Eso para el sistema es gravísimo, porque en el primer nivel de servicios la integración vertical (que se da cuando una empresa crea su propia red de servicios y allí atiende a sus usuarios) no solamente es buena, sino absolutamente necesaria. Sin eso, no se puede hacer gestión de riesgo en salud.

No hay ningún estudio que nos diga que la integración vertical es buena o mala, por lo menos lo que nos parece imprescindible como parte del código genético es la integración en el primer nivel.

El problema no será más económico, ya que las Promotoras no manejarán los recursos del sistema...

El punto no es la propiedad, ni los rendimientos financieros, es el modelo de aseguramiento. La EPS es la representante de los pacientes, la que debe hacer seguimiento desde la puerta de entrada de estos.

El modelo no le conviene a las EPS, pero de pronto sí a la gente...

La decisión de continuar en el sistema de salud la tomará cada empresa en particular en razón a que son organizaciones muy distintas, unas pertenecen a cajas de compensación, otras son privadas o fundaciones, etc.

Pero el punto ya no es el negocio, pues el negocio desde hace 4 ó 5 años se quebró por los recobros. El punto ahora es si eso es útil para la gente, si eso mejorará el servicio, garantizará calidad y continuidad. El negocio es tan malo que ya ni lo están considerando.

En las condiciones estipuladas en la ponencia del proyecto que reforma el sistema, resulta casi imposible transformarse en gestor si lo que se busca es un agente serio que responda por la gestión del riesgo en salud y vigile el gasto público.

Acemi afirma que el Estado está creando una especie de mega Caprecom. ¿El Gobierno sí podrá asumir esta operación?

He venido diciendo que el Estado no es capaz, que ese instituto que van a crear no es capaz de manejar lo que hoy operan 70 EPS en el país, unas buenas, unas regulares y otras malas. Ese es el punto, estamos regresando drásticamente hacia el pasado y es un salto muy peligroso que creo que va a terminar siendo malo para la gente.

El Ministro de Salud dice que Salud Mía no será un gran Caprecom y que operará con una administración visible a los ojos de los ciudadanos...
Para nosotros eso es un gran monstruo. Tendrá que revisar y auditar 300 millones de facturas, pagarle a 15.000 IPS en el país. Estamos ante un elefante blanco centralizado en Bogotá, manejado con criterio burocrático, eso es volver a un gran Caprecom. El propio Ministro dijo que organizar Salud Mía podría costar un billón de pesos.

¿Por qué sería tan mala la reforma si se habla de un plan de beneficios más amplio?

El problema es que vamos hacia un sistema sin mayores controles de gasto. Hoy en día el Plan Obligatorio de Salud, POS, está muy controlado en su gasto y eso le ha permitido sobrevivir al sistema.

Lo que plantean las nuevas leyes de salud es que habrá un plan de beneficios amplísimo, los prestadores no tendrán control y no habrá incentivos para la compra de servicios. Desde el punto de vista financiero eso puede llevar a colapsar el sistema y por ende repercutir en el servicio para las personas.

Ahora nos preocupa que el sistema además de que será amplio, no tendrá balances de poder, pesos y contra pesos, pues al eliminarse las EPS se acaba el gran contrapeso que tenían otros actores del sistema, los cuales ahora actuarán solos.

Se acaba el actor que hacía el control al gasto, que era muy antipático, pero es un actor que permite que Colombia con US$380 per cápita atienda al 95 % de los colombianos y le entregue todo lo que necesite. Todo terminará afectando finalmente a los afiliados.

¿Si las condiciones siguen igual y la Ley ordinaria de reforma pasa en el Congreso, qué harán las EPS?

Personalmente el tema de las EPS no me preocupa, es secundario, lo más importante es lo que pasará con el sistema de salud para los colombianos. Las EPS unas se volverán empresas de medicina prepagada, las pocas que tienen un hospital o centro de servicios, pues seguirán como prestadores del servicio, otras desaparecerán. Pero en el fondo lo que debe preocupar es que para los colombianos lo que viene será muy malo.

Las EPS seguirán hasta donde las dejen seguir porque tenemos una obligación con la comunidad. Pero si las condiciones que se dan no son serias y las reglas de juego no están claras, no podrían continuar. Inquietan son las poblaciones, los afiliados. La idea que tienen de quitarnos los afiliados que durante años se han construido, 21 millones en el régimen contributivo, para entregárselo a Salud Mía, no tiene sentido.