Lo bueno, regular y malo de la reforma de la salud
Por: REDACCIÓN SALUD |
6:38 p.m. | 23 de Marzo del 2013
Esta semana, y
después de meses de especulaciones, los colombianos finalmente conocieron el
contenido del proyecto de ley ordinaria del Gobierno para reformar el sistema
de salud, así como la propuesta de ley estatutaria, formulada por las
agremiaciones médicas.
Aun cuando ambas iniciativas apenas empiezan su
trámite, tras su radicación en el Congreso (la ordinaria por la comisión
séptima de Cámara y la estatutaria por la comisión primera de Senado), todos
los actores del sistema se han lanzado a comentar los proyectos y se han
manifestado a favor o en contra de los puntos planteados.
Sobre la propuesta de reforma ordinaria presentada
por el Gobierno, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, dijo que con la
iniciativa “se eliminan las barreras de acceso a los servicios para la gente, a
la par que se busca tener un sistema con mejor calidad, oportunidad y más
legítimo”.
El presidente Juan Manuel Santos aseguró que el
propósito es “crear un modelo que les dará a todos los colombianos la seguridad
de tener un modelo de salud que cumpla con sus expectativas”. (Lea más información sobre la
reforma a la salud que radicó el presidente Santos en el Congreso).
Por su parte, Jaime Arias, presidente de Acemi (que agremia a la mayoría de las EPS del
contributivo), considera que “la reforma no combate a fondo la corrupción, que
no beneficiará a los pacientes sino a los gobiernos locales y que tiene fines
políticos y electorales”.
Néstor Álvarez, vocero de los pacientes de Alto
Costo, considera que la propuesta del Gobierno “es cosmética”.
Lo positivo del
proyecto
El Estado
recupera el control del dinero de la salud. Se crea Salud Mía, que se encargará
de afiliaciones, recaudo, administración, pagos y la transferencia de todos los
recursos del sector.
Se elimina el POS. Habrá un plan único de
beneficios basado en exclusiones específicas, como lo cosmético, lo suntuario,
lo experimental y lo no probado.
Se busca que el Estado reasuma la vigilancia,
control y regulación del sistema. Se acaba la intermediación financiera. Esto
elimina las EPS. Se crean los gestores de salud, responsables de la atención de
la gente.
Se crean redes integradas de servicios; la idea es
que la gente reciba atención integral. Mejora la vigilancia. Se fortalecen las
funciones de la Supersalud, que podrán
descentralizarse. Trabajo digno. Se faculta al Presidente para que defina las
condiciones laborales de los trabajadores del sector. Regionalización y
descentralización. El país se divide en unidades regionales para compensar
asimetrías en salud.
Lo que menos gusta
a los analistas
No explicita que
la salud es un derecho fundamental . Pese a que hasta
la Corte lo dice, falta una ley que lo haga explícito. Persisten los regímenes
contributivo y subsidiado, aun cuando se ha dicho que todos los ciudadanos
tienen los mismos servicios.
El proyecto deja abierta la posibilidad de que
haya integración vertical en el primer nivel de atención, entre gestores y
prestadores. No queda claro en la iniciativa si los gestores de salud manejarán
dineros del sistema en los primeros niveles de atención; para algunos esto sería como seguir con el modelo de EPS.
Los dineros de la salud son públicos hasta que se
transfieren a los agentes del sistema. Esto ha sembrado inquietudes, incluso en
la Contraloría General de la Nación. El proyecto asegura que la ley “redefine”
en lugar de reformar estructuralmente el sistema de salud.
Aspectos que
generan incertidumbre
El proyecto
regula los beneficios en salud de la gente por vía ordinaria, lo cual podría
ser objetado por la Corte.
Los entes territoriales quedan como responsables
del manejo de la salud pública; la mayoría se han rajado en este tema. Se crea
un fondo de garantías para la salud que aportaría liquidez y preservaría la
estabilidad financiera; el riesgo es que entidades quebradas sean salvadas con
estos recursos. La designación de gerentes o directores de las ESE (hospitales
públicos) sería de libre nombramiento y remoción. Los cargos quedan expuestos a
la politiquería.
La iniciativa
estatutaria
El otro
proyecto de ley radicado para reformar la salud es la propuesta de ley
estatutaria número 209, que en 14 artículos busca definir las reglas de juego
para que, a través de otras normas, el Estado garantice el derecho a la salud.
La iniciativa, de autoría de las agremiaciones
médicas, fue acogida por el presidente Juan Manuel Santos, que acompañó su
radicación en el Congreso. Los proponentes insisten en que por tratarse la
salud de un derecho fundamental, la reforma debe tramitarse a través de una ley
estatutaria, que al ser de mayor jerarquía que la ordinaria, proporcionaría un
marco sólido, ajustado a la Constitución.
Entre los puntos más destacados de la iniciativa
están la cualificación de la salud como un derecho humano fundamental. El
Estado es el encargado de garantizarlo, propiciarlo y facilitarlo, a través de
un sistema único de salud, con un plan único de salud basado en exclusiones,
financiado con dineros públicos recaudados en un fondo único y prestado
mediante redes integradas de servicios, bajo la estrategia de atención
primaria.
Además, el texto elimina la intermediación que no
agregue valor, crea un sistema único de información y registro en salud,
promueve la autonomía médica y propende por la génesis de una cultura sanitaria
entre la gente.
REDACCIÓN SALUD