La comisión séptima del Senado empezará a debatir un proyecto de ley que
busca que el sistema de salud garantice los cuidados paliativos integrales a
los pacientes en fases terminales o afectados por enfermedades crónicas e
irreversibles que afectan su vida en forma severa.
“El manejo de algunos síntomas y complicaciones está contemplado en las
normas, pero en forma dispersa. Una persona en esas condiciones no es objeto de
manejo integral”, dice Sandra Flórez, médica paliativista.
Según la especialista, en la mayoría de los casos el sistema de salud deja
en manos de las familias el cuidado de estos pacientes, sin apoyo u
orientación, “están enfrentando solas las complicaciones, el sufrimiento y la
muerte de sus familiares”, dice.
El proyecto de ley, cuya ponente es la senadora Dilian
Francisca Toro, pretende reglamentar y asegurar el derecho de las personas
afectadas por males crónicos o de alta complejidad, para las cuales ya no hay
tratamiento curativo (y que causan una grave pérdida de la calidad de vida), a
recibir atención paliativa idónea, de calidad y oportuna.
Esto incluye, además del manejo del dolor y otros síntomas, atención en
aspectos psicosociales y espirituales del paciente y
de su familia, indispensables para reducir el sufrimiento: “Estos cuidados
deben ser brindados por un equipo interdisciplinario del que hacen parte
médicos, terapeutas, psicólogos, enfermeros, cuidadores y trabajadores
sociales, entre otros, siempre de acuerdo con las necesidades del paciente, en
todos los niveles de atención”, explica Martha Ximena León, médica de la
Asociación Colombiana de Cuidados Paliativos.
La senadora Toro asegura que el país está en mora de aprobar una ley de este
tipo, pues cada vez hay más personas con discapacidades y enfermedades crónicas
y degenerativas y un número cada vez más alto de adultos mayores.
Qué enfermedades cobijaría.
Entre las enfermedades cuyo manejo estaría cubierto por los cuidados
paliativos se cuentan falla cardiaca, insuficiencia renal, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica, patologías reumáticas, parálisis cerebral,
secuelas de enfermedad cerebrovascular (derrames y
trombosis cerebrales), malformaciones congénitas sin opción curativa y secuelas
de traumas. León y Flórez aclaran que estos cuidados
no son solo para pacientes terminales o moribundos y ancianos, “cubren desde el
nacimiento hasta la muerte”