Editorial: Una ley hecha humo
Muchos
sitios han encontrado la forma de saltarse la prohibición de fumar en áreas
cerradas.
El estreno de
Por eso, cuesta entender que, veinte meses después, este logro de salud pública
se haya diluido por falta de control y de promoción de la ley. Poco a poco, y
bajo la mirada permisiva de las autoridades, bares, restaurantes, discotecas y
otros sitios han ido encontrando la forma de hacerle el esguince a la
prohibición de fumar en áreas cerradas.
En muchos de estos lugares se han habilitado terrazas con techos y divisiones,
en las que se permite y estimula el consumo de cigarrillo. La mayoría está en
las puertas de los locales, lo cual permite que el humo entre y circule
libremente por sus espacios y afecte a todos los clientes por igual.
Vale recordar que un reciente estudio de
El problema se agudizó luego de que
El Ministerio de
Hacer respetar la norma no solo es responsabilidad de las autoridades de
policía, que han brillado por su ausencia en este proceso. En deuda también
están el propio ministerio y las secretarías de salud, que han fallado en la
promoción y difusión de su contenido, y los dueños de los locales, que tienen
la obligación de proteger a clientes y empleados.
En materia de control del cigarrillo, este no es el único asunto que preocupa.
Pese a que el Convenio Marco para el Control del Tabaco, de
El país no podrá consolidar este avance en salud pública si no toma decisiones
claras respecto al tema.
Tarde o temprano, asimismo, deberá encarar la discusión sobre el aumento de
impuestos y de precios de las cajetillas, una determinación que ha demostrado
ser muy efectiva para desestimular
el consumo entre los más jóvenes y las personas de escasos recursos.
Mientras ese día llega, se debe defender lo que hay, es decir, los espacios
libres de humo y las medidas que el 21 de julio de este año entrarán en
vigencia: la total prohibición, directa o indirecta, de la promoción y
publicidad del cigarrillo, y la venta menudeada del producto.
Puede que tales decisiones, de beneficio colectivo, no nos pongan a la altura
de naciones muy desarrolladas en este aspecto, pero ciertamente nos convertirán
en una que se preocupa por la salud y la vida de sus ciudadanos y de las
generaciones futuras.