El servicio médico a domicilio que permite a los ancianos y niños de Peñaflor (Chile) recibir atención en su propia casa hace
parte de las experiencias que desde ayer se comparten en la Conferencia
Internacional de Comunidades Seguras que delibera en Cali.
Y es que la salud y el control policial, calle por calle, que les ha dado
tranquilidad a los cerca de 90.000 pobladores de Peñaflor,
ha sido la estrategia que desde hace casi una década empezó a aplicarse en esta
comuna de la provincia de Talagante, a escasos 20
minutos de Santiago de Chile, y que le permitió convertirse, en el 2007, en la
primera ciudad de América Latina certificada como Comunidad Segura por la
Organización Mundial de la Salud.
Manuel Fuentes, alcalde de Peñaflor, recuerda que
en el 2000, cuando asumió su primer periodo en el cargo, la mortalidad era de
casi del 70 por ciento en la tercera edad, por lo cual uno de sus programas fue
implantar el médico a domicilio. Ahora, la mortalidad es del 10 por ciento.
“Tenemos cinco vehículos en los que personal médico se desplaza a los
hogares, especialmente para la atención de ancianos y niños, y les brindan la
atención que requieren. Si el caso es complejo se trasladan al hospital local y
si es el caso a Santiago, pero siempre van a tener acceso a la salud”, explica
el alcaldeFuentes.
Con esta estrategia, de la mano de los móviles que vigilan las calles y el
trabajo conjunto con la comunidad, la vida, dice Fuentes ha cambiado
notablemente y para bien.
Por eso, el mandatario no se cansa de invitar a sus homólogos a que se
inventen estrategias para garantizarles el bienestar a sus comunidades.
Deporte en Borja (Perú) Y en eso coincide Carlos Alberto Tejada, alcalde de
San Borja (Perú), quien desde hace siete años decidió, a través de 15 políticas
de prevención de salud, nutrición, escuelas promotoras de salud y ética,
trabajar en el cambio de actitud de su comunidad.
“El secreto fue el deporte. Así entramos a la comunidad para cambiar su
estilo de vida y logramos poco a poco compromisos de la población con su propia
seguridad. No se trata sólo de aquella seguridad generada por los delitos; se
trata de que haya conciencia de que la seguridad en diferentes aspectos,
especialmente en salud, depende de nosotros mismos”, explica el alcalde Tejada.
Con este trabajo, hace un año, San Borja logró la certificación como Ciudad
Segura.
“Pero esto es posible cuando los alcaldes incorporan en sus modelos de
gestión pública a la ciudadanía y no concentran todos sus presupuestos en
cemento”, dice el alcalde Tejada.
Pero estas no son las únicas experiencias que se conocerán en el certamen
que terminará hoy y que reúne a 130 alcaldes del mundo, delegados de la
Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud, el
BID y representantes de seguridad de las diferentes regiones.
El propósito es que se repliquen en todos los rincones del mundo estas
iniciativas que han permitido a 133 localidades, comunas y ciudades convertirse
en Comunidades Seguras, dice María Isabel Gutiérrez, directora del Instituto de
Investigación para el Desarrollo en Prevención de Violencia y Promoción de la
Convivencia Social (Cisalva), de la Universidad del
Valle.
“Queremos motivar a los municipios de Colombia y Latinoamérica a que inicien
este proceso”, concluye Gutiérrez.
Grupos vulnerables, prioridad en Suwon Desde
finales de los 90, cuando la onda de las comunidades seguras tocó a los
pobladores de Suwon (Corea del Sur) el efecto se
sintió en las urgencias de los centros hospitalarios. “Así comenzó este
propósito en el cual seguimos trabajando”, dice el médico Joon-Pil Cho, presidente del
Departamento de Emergencia y director de Medicina del Centro de Prevención de
Lesiones y de la Comunidad de Promoción y Seguridad de esta localidad.
Para ello, relata Cho, fue necesario poner en
práctica los seis criterios sugeridos por la comunidad internacional y que
tienen como factor primordial un gobierno involucrado con su comunidad.
“Se trata de incluir a la infraestructura, prevención, programas dirigidos a
las comunidades vulnerables y un eficiente programa de estadísticas que permita
conocer información sobre víctimas”, explica Cho.
Suwon, con una población de algo más de un millón
de habitantes, lo comprendió y en el 2002 se convirtió en la primera comunidad
segura de Corea del Sur y de paso, de Asia. Su fuerte es el trabajo con los
grupos vulnerables, especialmente niños y ancianos para garantizar su
bienestar.
“El trabajo no termina. Un punto importante en el que deben concentrar
esfuerzo los gobernantes es en lograr que haya más conciencia entre la
comunidad para que contribuya a que sus comunidades sean seguras. La gente no
puede dejar solos a sus líderes”, concluye el representante de Suwon.
CALI APLICARÁ PARA EL PROGRAMA "Es probable que nos demoremos cuatro o
cinco años para tener inmersa a una comunidad que privilegie la vida a la
violencia", dice el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina,
quien decidió apostarle a convertir a la capital del Valle en una Comunidad
Segura.
Afirma que son muchos los ingredientes que dificultan la tarea, “pero no
podemos quedarnos con los brazos cruzados y hay que aplicar el modelo y
construirlo de manera permanente".
Lograr que Cali sea una Comunidad Segura va a requerir participación de la comunidad,
de incorporar tecnología y presupuesto, precisa el mandatario, quien empezó a
preparar los documentos para iniciar el proceso