La República
La salud en Colombia, ‘el riesgo es que la quieras
tener’
“La Ley colombiana establece reglas
fundamentales para regir el servicio público de salud, como son la equidad, la
obligatoriedad, la protección integral, la libre escogencia, la autonomía de
las instituciones, la descentralización administrativa, la participación
social, la concertación, y la calidad”. Sin duda, otro chiste más de nuestra
constitución cambiante.
Cuando se habla de partos en los pasillos
de una clínica, muertes en la entrada de un hospital, infartos en las filas de
atención por urgencias, citas "prioritarias" para dentro de un mes y
diferentes irregularidades financieras en la relación costo-beneficio de los
pacientes en Colombia, necesariamente se está hablando de una realidad que se
vive a diario y que está registrada en la memoria de cualquier persona que se
haya enfermado, es decir, de todo el mundo.
El sistema de salud en Colombia, no
necesariamente nos tiene acostumbrados a infortunados desenlaces, que por lo
general son mortales entre sus afiliados, no; puede ser peor. Acá en
Colombia, y con el dinero de la gente,
se organizan grandes banquetes con el vino más exclusivo, los mejores
langostinos y por que no, la vajilla más costosa y los cubiertos más lujosos,
que hacen juego con el aliento pútrido y por lo general fétido de los
dignísimos hombres que mercadean y se aprovechan del dinero de los colombianos
destinado para la salud.
Estos finísimos señores, que no tienen
ningún otro título más que el de asesinos, despilfarran y malgastan el
presupuesto de la nación (ver caso del hospital Meissen),
hacen caso omiso del llamado de los medios de comunicación y los registros de
gente muriendo por falta, demora o negligencia en la atención y se hacen los de
la vista gorda, mientras robustecen sus papadas con el sufrimiento y el
desespero de la gente.
No mas esta
semana, fuimos testigos de otra trágica muerte culpa del detestable sistema de
“salud” que alguien se inventó, al parecer, con el fin de que abandonemos
rápidamente esta tortura. Paula Sofía Lesmes, de 9 meses, tuvo el infortunio de
nacer cobijada por este "maravilloso" sistema; ella, con menos de 1
año de vida y con un grave problema cardiovascular y síndrome de down, parece que no alcanzó a ser un caso importante para
su EPS, la cual seguramente y con toda celeridad, después de 4 meses, aún sigue
viendo cómo nos hace el favor de atenderla.
Y es que ese es el problema más grande.
Este sistema parece estar diseñado para que dichas empresas sientan que nos
están “haciendo un favor” al atendernos. Basta con ver la arrogancia de algunas
directoras de atención al cliente, las cuales llamaremos a partir de este
momento recepcionistas, pero de las malas, quienes con su mejor cara de cólico
le ofrecen al acompañante del paciente o incluso al paciente, todo tipo de
excusas y obstáculos para NO atenderlo.
Casos como “su EPS no es de esta clínica”,
“el examen está aprobado por la IPS y no por la EPS”, “a usted ya le hicimos lo
que tocaba”, “ese examen es muy costoso y tenemos que aprobarlo en Junta
Médica”, “Si no paga su EPS (no importa que no la use), tenemos que cancelarle
la Prepagada”; son algunas respuestas a las que nos vemos enfrentados todos los
colombianos día a día, que sin importar condición social o económica deberíamos
tener acceso a un sistema de salud eficaz, prolijo y digno, por el único hecho
de haber nacido en este país y no por ser el amigo de un fulano.
Varios medios de comunicación han hecho
diferentes denuncias y campañas para que esta situación mejore. Hay que ver
cuando las cámaras de televisión se encuentran con todo tipo de atropellos,
gente tirada en los pasillos, ancianos mojándose en las filas de urgencias y
niños que mueren al igual que Paula Sofía, sin derecho a atención prioritaria.
Al siguiente día y por arte de magia, las cámaras del mismo medio vuelven al
lugar de los acontecimientos y encuentran un centro hospitalario “trabajando
incansablemente” por la salud y la vida.
Con el Alcalde, Director o Representante a
la cabeza, citan a una rueda de prensa para explicar los avances de su gestión,
“no sólo en temas de salud”, sino también en seguridad, educación y disminución
de riesgos; temas igualmente malos, con los que pretenden vulnerar nuestra
inteligencia y escapar de la responsabilidad jurídica y social que tienen, al
dejar morir indiscriminadamente a cualquier ser humano que requiera atención
médica.
De cuándo a acá la vida NO es una prueba
para despedir y judicializar a un inepto? Desde cuándo
la vida NO es suficiente para priorizar las políticas de un Gobierno? Desde cuándo nos dejó de importar la vida de Paula Sofía y
los otros millones de colombianos que sufrimos la desgracia de pertenecer al
sistema de salud en cualquier escala?
Yo sinceramente espero que los langostinos,
el caviar y el vino, además de las otras cosas que les regalamos a algunos
directivos del sistema de la salud del país, no hagan una mezcla digestiva con
los miles de muertos en sus conciencias. Los invito de todo corazón, a que se
acojan a nuestro sistema de salud y puedan disfrutar al igual que todos el
resultado de un medio que está diseñado para morir en el intento.
Y las pensiones?
Bien, gracias!
Andrés Felipe Hoyos
Consultor