Jardines En Vías Enferman A Niños

Los niños que en Bogotá acuden a jardines infantiles ubicados en grandes avenidas, calles destapadas o cerca de fábricas con chimeneas se enferman dos veces más de las vías respiratorias que aquellos menores que crecen alejados de esos puntos donde hay alta contaminación ambiental.

Un estudio de la Secretaría Distrital de Salud (SDS) estableció, igualmente, que siete de cada 10 menores de 5 años (74,3 por ciento) que van a los jardines en vías con alto tráfico y cerca de grandes industrias padecen más por enfermedades respiratorias agudas como gripas y neumonías. Son pequeños que sufren más por tos, silbidos en el pecho, expectoraciones y ahogos.

Todos esos efectos los causan los contaminantes que respiran permanentemente los menores: hollín y el humo generados por los vehículos y las fábricas y el polvo que se levanta de las calles sin pavimentar.

Estos componentes forman el llamado material particulado (PM10) que, por ser microscópico, penetra fácilmente las vías respiratorias.

El grado de afectación llega al punto que aun cuando la avenida o la industria estén a 100 metros de distancia del jardín o de la casa y sus ventanas permanezcan cerradas, el menor no se libra de padecer algún problema respiratorio, concluyó el estudio hecho por Luis Jorge Hernández, epidemiólogo e investigador de la Secretaría Distrital de Salud (SDS), y cuyas conclusiones finales se acaban de conocer.

“El riesgo para la salud de un niño no cambia, esté fuera o dentro del jardín con las ventanas cerradas, si cerca hay fuentes contaminantes del aire permanentes”, subrayó Hernández.

El estudio –que analizó la ‘Asociación entre la contaminación del aire y la morbilidad por enfermedad respiratoria aguda en menores de 5 años’– se hizo con una muestra de 619 niños de nueve jardines en Puente Aranda, Fontibón y Kennedy (localidades con más problemas de polución atmosférica) y a quienes se siguieron por seis meses, con la ayuda de la Universidad de la Salle.

Cinco de los jardines analizados funcionaban a menos de 100 metros de una avenida o una fábrica y los cuatro restantes estaban alejados de fuentes contaminantes. Los pequeños seleccionados, además, vivían a menos de 1 kilómetro del jardín.

Según las mediciones tomadas de la red de monitoreo de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), en el período del estudio (julio a diciembre del 2007), los niveles máximos permitidos para material particulado en el ambiente (50 microgramos por metro cúbico, según la OMS), fueron excedidos más del 60 por ciento en todos los meses. Aunque el mayor número de horas excedidas en Puente Aranda fue en diciembre; para Kennedy fue en agosto, y en Fontibón, septiembre y octubre. Las peores horas para los niños Los niños están más expuestos a la contaminación en las horas de la mañana, entre las 7 y 11, porque es el tiempo en que hay más transporte público rodante y las condiciones atmosféricas favorecen las altas concentraciones de hollín, humo y polvo en el aire, advirtió el estudio.

Esto lleva, igualmente, a que por esas enfermedades respiratorias, los menores dejen de asistir a los jardines. En este caso, el estudio concluyó que el riesgo del ausentismo se duplica frente al de los niños que estudian en instituciones alejadas de zonas congestionadas por el tráfico y las industrias.

CADA AÑO SE ENFERMAN 7.200 NIÑOS POR EFECTO DE LA POLUCIÓN Cada año en Bogotá 36.000 menores de cinco años acuden a las salas de Enfermedades Respiratorias Agudas (ERA) por gripas, bronquiolitis, neumonías y otras afecciones. La Secretaría Distrital de Salud (SDS) estima que por lo menos 7.200 de esos niños se enfermaron como consecuencia asociada a la contaminación ambiental de la ciudad.

En la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (2005) se indica que la prevalencia de infección respiratoria aguda en la ciudad es del 9,5 por ciento en menores de 5 años.

Luis Jorge Hernández, epidemiólogo de la SDS, afirmó que en Bogotá un menor de 5 años puede tener en promedio cuatro episodios de enfermedad respiratoria aguda al año. Un 70 por ciento de esos casos son tratados en el hogar y otro 15 por ciento llegan a las urgencias de los hospitales.

41, 1% bajaría el ausentismo escolar en jardines por enfermedad respiratoria, si se redujeran mucho más los altos niveles de polución en la ciudad.

8 % suben las consultas por enfermedades respiratorias en los niños, por cada aumento en las concentraciones de hollín, humo y polvo en el aire