Así es Raúl Cuero, el científico
de Buenaventura que triunfa en la Nasa
Conozca
el perfil del científico colombiano que trabaja en la Nasa, y que lanzará en
junio su nuevo libro ‘La mente de la mente’, sobre el proceso de ser creativo.
El
científico bonaverense Raúl Cuero tiene nacionalidad colombiana, inglesa y
americana.
"¿Usted
sabe qué son las feromonas? Es lo que las cucarachas utilizan para comunicarse.
Yo lo descubrí a los diez años, sólo con observarlas. Si usted no lo sabía,
entonces es 40 años más viejo que yo”, dice Raúl Cuero riendo, mientras garabatea autógrafos sobre
ejemplares de su libro ‘De Buenaventura a la Nasa’, que la gente le pide que
firme.
A
nadie le dice que no, con cada uno conversa, les pregunta a qué se dedican y
hasta les da consejos. Una mujer a su lado, su asistente tal vez, rumora
que se va a tardar bastante, porque le gusta dedicarle tiempo a la gente.
“Yo
me dedico al diseño web”, le dice a Cuero un joven de
unos 24 años. El maestro detiene la firma del libro, lo mira y le dice: “lea
sobre cómo se comunican los tiburones. Léalo y me escribe hoy mismo en la
noche”.
Y
es que al científico desde pequeño le fascina el mundo animal. Solía dedicar el
tiempo a mirar lagartijas y cucarachas. Era su mejor pasatiempo en
Buenaventura, su pueblo natal, donde vivía en un humilde hogar.
Mientras
firma libros, la gente le habla sin parar. Tantos años viviendo en Estados
Unidos y haber recorrido el mundo entero… y el científico aún conserva su
acento bonaverense. Tiene, además, esa energía que
emanan quienes son humildes, sencillos. Sin protocolos, sin
prepotencia. Tantos años... y aún le encanta el pandebono
con aguadepanela.
Cuando
ve a algún joven, lo invita a trabajar con él. Entre más pequeño, mejor.
“Escríbame para que entre al Parque de la Creatividad a trabajar conmigo”, le
dice a un chico de 15 años.
La
creatividad, hoy por hoy, es la palabra más recurrente en su discurso. Y es
precisamente sobre ella que habla en su segundo libro, que se lanzará a
mediados de este año, llamado ‘La mente de la mente’.
En
él cuenta cómo concibió cada una de sus 21 invenciones, todas patentadas, todas
marcadas por un contexto histórico diferente. “El objetivo es mostrar que el
conocimiento hay que usarlo para la existencia, para la época en que se vive,
no para el pasado”.
“Cualquiera
puede ser inventor, no hay límites”, explica el maestro, quien ha ganado
innumerables premios, incluyendo el de Tecnología Tech
Brief Award de la Nasa.
“Siempre que haya un entorno apropiado para la creatividad, uno puede ser
inventor y los padres deben inculcárselo a sus hijos”.
Tras
el éxito de su anterior publicación, que cuenta su historia desde que nació en
Buenaventura, sus estudios en Univalle y el exterior,
hasta que llegó a la Nasa, esta nueva obra del maestro narra cómo criar niños
creativos y estimular las relaciones creativas. “No sea inquisidora con su
hijo, no le corte las ideas antes de tiempo”, recomienda.
Un espíritu joven
Durante
el encuentro del modelo ONU, con jóvenes de colegios de la ciudad, llevado a
cabo el fin de semana en la Universidad Javeriana,
otro joven se le acerca para que le firme su libro. “Doctor, yo trabajo con
unos amigos y lideramos un proyecto… yo sueño con que el proyecto sea grande”.
Cuero ríe. “¡Deje de soñar y haga algo!”, le responde. “Escríbame y resolvemos
eso”.
Cuero
tiene un espíritu joven, tal vez porque pasa largo tiempo trabajando con
muchachos en su fundación Parques de la Creatividad, centros de práctica donde
los chicos trabajan voluntariamente desarrollando creaciones. Cuero califica
éste como su mejor invento y dice que ha sido “emocionante, estimulante y
comprometedor” el trabajo con sus pupilos, quienes ya han registrado varias
patentes.
Cuando
habla, Cuero suena amigable y por eso la gente lo oye. Confiesa que tal vez sea
esa una de las razones por las cuales ha llegado donde está. Dice que su
ecuanimidad le ha ayudado a llegarle a la gente. Agrega que gracias a que es
creativo no le da miedo compartir. “Cuando uno es inventor no tiene problema en
darles a los demás, ni cosas materiales ni sentimentales, porque sabe que las
puede crear de nuevo”, reflexiona.
Un
hombre de tez oscura como la suya se acerca a él. “A mí se me llena el alma de
alegría de ver cómo usted ha triunfado”. Cuero ríe, le pregunta si es “de la
misma tierrita que él” y el hombre contesta que es de otro lado. “Ánimo, mi
hermano. Y nada de sentirse menos, jamás”, dice mientras lo abraza.
El
científico, que se ha convertido en un ejemplo para muchos, narra que ha vivido
la discriminación de cerca innumerables veces. En su nuevo libro cuenta estas
anécdotas, que más allá de derrumbarlo, le han motivado y ayudado a fortalecer
su capacidad de crear. “Cuando hago una invención estoy contribuyendo a la
sociedad y automáticamente me estoy integrando en ella. Me han discriminado por
ser colombiano, por mi fenotipo, por no haber sido rico, pero con la
creatividad he logrado convertir esas cosas negativas en positivas”.
Siempre
sonriente, Cuero culmina la entrevista contando la moraleja de uno de sus
libros preferidos. “Juan Salvador Seagle”, dice con
su inglés perfecto. “Juan Salvador Gaviota”, aclara. Según él, la enseñanza de
esta obra es que “uno se hace en el proceso, no en la llegada”.
“Hay
que aprender a disfrutar todo lo que se hace. Yo disfruto aquí mientras hablo
con usted, igual que cuando hago las cosas grandes. Uno tiene que estar
preparado para tomar ventaja de la experiencia que está buscando. La vida es lo
que está sucediendo, mientras uno está haciendo planes”.
Nueve Parques para la Creatividad
Los
Parques de la Creatividad son centros de práctica para jóvenes, en los que se
dedican a trabajar en proyectos de investigación. Tienen presencia en seis países,
que son Estados Unidos, México, Gran Bretaña, Israel, el continente Africano y
Colombia. En este último hay Parques en Bogotá, Bucaramanga y Manizales.
Según
Cuero, “cualquiera puede aspirar a entrar a la convocatoria, aunque no todos
logran permanecer, pues se requiere de “capacidad de observación y analítica,
ser respetuoso por los demás y tener admiración por los otros, ser ecuánime y
tener mucha pasión”.
El
programa se enfoca en jóvenes de colegio y universidad y tiene como objetivo
despertar en ellos su creatividad, para que se dediquen a la invención. Para
ingresar, los interesados asisten a convocatorias que se hacen periódicamente.
Hoy,
la mayoría de quienes pertenecen al programa tienen varias patentes y
actualmente trabajan en proyectos relacionados con el cambio climático,
biología, genética, etc. Los jóvenes que ingresan no necesariamente tienen que
tener conocimientos en ciencia, pues Cuero parte de que “el conocimiento es uno
sólo y se aprende con la práctica”.