Por: MARIANA ISRAEL |
Para la mayoría de las
personas, el mejor momento para hacer ejercicio es el único que tienen, y que
encaja en su agenda diaria. Pero si se pudiera elegir la hora más propicia para
la actividad física, ¿qué recomendaría la ciencia?
De acuerdo con Jorge Franchella, director del Programa de Actividad Física y
Deporte del Hospital de Clínicas, en Buenos Aires (Argentina), "tenemos
ciclos para muchas cosas: para el sueño, para las hormonas y también para el
rendimiento físico".
El ritmo biológico de sueño y
de vigilia, determinado por el sol, regula la temperatura corporal, la presión
arterial, la atención, las hormonas y el metabolismo, todas funciones que
pueden influir en la práctica deportiva. Es el famoso "reloj
interno".
En ese orden de ideas, es
correcto decir que hay personas matutinas o vespertinas, porque funcionan mejor
por la mañana o por la noche. Este principio también se aplica para la práctica
del ejercicio.
Por eso la primera
recomendación es identificar en qué horarios se desempeña uno mejor y, por
ejemplo, si se es vespertino no someter al cuerpo a una rutina agotadora al
despuntar el día, cuando lo único que pide el organismo es seguir descansando.
Alberto Intebi,
director del Instituto Argentino de Psiconeuroinmunoendocrinología,
explica que "una persona que en general se levanta a las 7 y decide
arrancar 6:30 para hacer ejercicio, está forzando el reloj biológico y después
pasará el resto del día dormido. El primer consejo es que empiece a hacer
actividad a partir de la hora en que se levanta".
Los
tempraneros
Los deportistas mañaneros son
los más perseverantes, según estudios científicos. Una de las teorías es que al
anteponer el ejercicio a las demás actividades, el organismo libera sustancias
que disminuyen el estrés y mejoran el rendimiento durante el día.
Empezar la jornada con
ejercicio tiene más ventajas: "Estamos en mejores condiciones físicas
porque el cuerpo está descansado", afirma Franchella
y agrega que el "efecto residual", esa energía arrolladora que nos
inunda después del gimnasio, dura varias horas. "En el cuerpo queda una
memoria de bienestar", explica.
Mientras tanto, algunas
investigaciones apuntan al atardecer como el mejor momento para moverse. La
temperatura del cuerpo es alta entre las 4 y las 5 p.m. , así que los músculos se encuentran mejor preparados para
encarar una rutina.
Pero hay que tener cuidado: el
que sale del trabajo y va al gimnasio después de las 7 de la noche lleva encima
la carga del estrés y el cansancio. "Si bien el ejercicio ayuda a
desahogarse -advierte Franchella-, he visto muchas
lesiones de personas que llegan de trabajar tensionadas, que no logran
relajarse y sobrecargan los músculos".
El momento
más adecuado
Para gran parte de las
personas con horario de oficina, el almuerzo es el mejor momento para ir al
gimnasio. La recomendación en este caso es comer después del ejercicio, sobre
todo si la comida es abundante, y evitar la actividad al aire libre los días
soleados: "La idea es en lo posible no ejercitarse entre las 11 de la
mañana y las 4 de la tarde, pues los rayos son peligrosos", dice Franchella. Además, si la temperatura del ambiente es muy
alta el cuerpo no puede regularse para perder calor. "Esto haría que la
temperatura corporal esté por encima de los 37 grados, lo que impide que el
organismo, empezando por el cerebro, funcione bien", advierte el
especialista.
'Lo
importante es practicarlo'
La ciencia no logra ponerse de
acuerdo sobre el mejor momento para ejercitarse. Por ejemplo, los picos de
máximo rendimiento muscular y aeróbico no coinciden.
Al respecto, Jorge Franchella explica que mientras las mitocondrias,
encargadas de la oxigenación, son más eficientes alrededor de las 3 de la
tarde, el mejor momento para los músculos se encuentra en torno a las 7 de la
noche. "Por eso no puede establecerse un momento ideal para una persona
común y corriente", afirma el especialista.
No obstante, Alberto Intebi asegura que "los beneficios del ejercicio son
tantos que lo más importante es hacerlo, a la hora que sea, 30 minutos cada
día".
Más
ventajas del ejercicio
Al ejercitarse, el cuerpo
genera endorfinas y óxido nítrico que ayudan a mejorar el estado de ánimo y a
reducir los efectos del estrés.
MARIANA ISRAEL
La Nación (Argentina)