Entre
las publicaciones de Frank Safford
están El ideal de lo práctico: el desafío de formar una élite
técnica y empresarial en Colombia (1976) y Colombia, país fragmentado, sociedad
dividida (2002), con Marco Palacios. - Víctor Manuel Holguín / Unimedios
Lo ideal y lo práctico en
la educación de las ciencias
Por:
Guillermo Parada, Unimedios
Frank Safford, profesor de la Universidad de Northwestern,
experto en historia económica y política de Colombia en el siglo XIX, recibió
el pasado mes de agosto el Doctorado Honoris Causa
que le otorgó la Universidad Nacional de Colombia por su excepcional aporte a
la memoria histórica del país. En entrevista con UN Periódico habla sobre la
coyuntura política de América Latina.
UN
Periódico: ¿Cómo empezó su recorrido para convertirse en uno de los
grandes colombianistas?
Frank Safford:
Mi carrera es accidental. Vine por primera vez a Colombia buscando un tema para
mi tesis de PhD. Leí el libro de Luis
Eduardo Nieto, Economía y cultura en la historia de Colombia, en donde dice que
se pueden comprender las diferencias entre los partidos tradicionales
colombianos a partir de sus intereses económicos. Aunque rápidamente encontré
que Nieto estaba equivocado, hice investigaciones sobre empresas en la región
de Bogotá y sobre el comercio. Ante esto, decidí escribir sobre historia
empresarial. Terminé mi tesis en 1965 y en el mismo año regresé a la capital
para hacer más investigaciones.
Trabajé en el archivo de la Academia Colombiana de Historia porque tenía los
documentos del general Herrán, quien había invertido
en una fábrica en Bogotá entre 1830 y 1840. Aunque no encontré temas
interesantes, hallé un paquete de cartas del militar y otras personas que
habían enviado a sus hijos a estudiar bajo su cuidado, en Estados Unidos. En
las cartas se referían al tipo de educación que querían para los jóvenes.
Decían: “A mí no me importa si mi hijo saca un grado, hay que meterlo en una
fábrica para que aprenda cosas prácticas”. Esta clase de sentimientos solo
están escritos, pues no es la percepción que se tiene sobre la clase alta de
América Latina en el siglo XIX.
Por esa sorpresa abandoné la idea de un libro sobre la vida empresarial y
empecé a escribir artículos sobre aquellos jóvenes en Nueva York.
Esta investigación, por la que me concedieron el título Honoris
Causa, se convirtió en libro El ideal de lo práctico, estudio histórico sobre
el desarrollo de la educación en ciencias naturales y en ingeniería en el siglo
XIX en Colombia.
UNP: ¿Cómo se siente ante la entrega de este reconocimiento?
F.S.: Estoy agradecido por el grado Honoris Causa. El decano Diego Hernández es muy enérgico y
es consciente de que los ingenieros y profesionales de las ciencias naturales
en Colombia tienen que internacionalizarse y relacionarse con centros
importantes en tecnología. Él ha enfatizado en la necesidad de enviar
profesores a países en Europa o Estados Unidos y tiene programas de intercambio
con otras universidades en el extranjero.
UNP: ¿Piensa que usted se ha convertido en un personaje muy importante
para Colombia gracias al mencionado libro?
F.S.: En realidad todo esto me
sorprende. Cuando lo publiqué, un amigo colombiano me preguntó: ¿Por qué le dio
por escribir sobre un tema tan raro? No esperaba que fuera gran cosa, lo
escribí porque me interesaba el tema.
UNP: Usted pensó en hacer un libro y su tesis de grado en Argentina,
pero acabó en Colombia. ¿Cómo percibe su interés en Latinoamérica?
F.S.: Casi nunca he dictado una clase
sobre la historia de Colombia, quizá no habría sido de mucho interés entre los
estudiantes. Siempre enseñaba cursos sobre América Latina en general y en
algunas clases incluía a esta nación. Me considero no solo historiador de este
país sino de América Latina.
UNP: ¿Cómo ve a América Latina hoy?
F.S.: Cuando Ronald
Reagan –que yo considero más o menos un idiota– hizo una visita a tres países de Latinoamérica,
dijo con gran sorpresa que todos son muy diferentes. Cuando vine con mi esposa
a Colombia por primera vez, lo hicimos en autobús. Primero habíamos visitado Ciudad
Juárez y Costa Rica, y encontramos que los cinco países pequeños de América
Central son muy distintos cultural y políticamente. Pero así como Brasil es un megapoder económico, otros tienen muchas dificultades.
UNP: Pero un presidente de los Estados Unidos, John
Fitzgerald Kennedy, de alguna manera estaba pensando
lo contrario y planteó indistintamente la Alianza para el Progreso.
F.S.: Nosotros estuvimos aquí cuando
llegaron los primeros voluntarios de paz y cuando Kennedy y Jacqueline vinieron
a Bogotá en 1961. No estoy seguro de que él pensara que todos los países eran
iguales. Aunque es posible que tuviera esta percepción porque en los Estados
Unidos existe poco conocimiento sobre América Latina.
UNP: ¿Qué mirada tiene de Colombia y su incapacidad para lograr la paz?
F.S.: Es un problema muy difícil. Uribe
hizo mucho para llevar a la guerrilla hacia las márgenes del país y despertó el
afecto entre la población de las cuatro grandes ciudades de Colombia, según las
encuestas en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla. Pero nunca hacen encuestas
a los campesinos, entonces no sabemos qué piensan. Uribe contó con un
importante apoyo político durante su presidencia con el 70% y 80% de las
personas encuestadas, pero él tenía otra cara. A mí no me gustaba la idea de
una segunda presidencia contra las reglas de la Constitución, eso fue un gran
error. Los únicos que lo apoyaron fueron los que trabajaron en su gobierno.
Además, se dieron aspectos negativos que ahora están saliendo a la luz.
UNP: ¿Cómo podríamos analizar a una América Latina que ya no se siente
el patio trasero de los Estados Unidos?
F.S.: Eso es saludable. No es bueno
concebirse como una región dependiente de los Estados Unidos. Los países que
están en el circuncaribe, como México, Colombia y Venezuela,
son muy dependientes de Norteamérica porque tienen una economía pequeña y la
mayoría de su comercio se produce con ese país. En cambio Brasil, Chile,
Argentina o Perú tienen un comercio diversificado con Estados Unidos, Europa y
Asia. De esta forma no son tan dependientes y pueden desafiar a los EE. UU.
UNP: Pasando al tema de la droga, ¿será que tendremos que legalizarla
algún día?
F.S.: En esto voy a citar a mi señora,
quien fue fiscal en los EE. UU. Ella piensa que se podría legalizar la marihuana,
porque no tiene efectos tan negativos. También, legalizar la heroína porque no
crea agresividad. Pero el consumo de cocaína puede ser demasiado peligroso
porque sí genera agresividad y problemas psicológicos.
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