El rol que puede cumplir la agricultura urbana en la alimentación de la
población en las ciudades fue debatido en un encuentro realizado en Río de
Janeiro, en el marco del V Foro Urbano Mundial.
“Este encuentro brindó la oportunidad de conocer los criterios tecnológicos
y socioeconómicos de sostenibilidad necesarios para
construir políticas públicas de agricultura urbana a favor de la seguridad alimentaria”, señaló Juan Izquierdo, consultor de la FAO.
El evento analizó el efecto que ha tenido la crisis económica y de alimentos
en la seguridad alimentaria de los pobres urbanos.
Sobre dicho tema, Dan Hoornweg, del Banco Mundial,
habló del rol que juega la agricultura urbana para la superación de la pobreza.
El evento también analizó los efectos de la urbanización en las áreas
rurales circundantes a las ciudades, y la amplia experiencia acumulada por
proyectos de la FAO en países de la Región.
En Bogotá, Medellín y Cartagena, los gobiernos y la cooperación
internacional han capacitado a más de 50.000 personas para realizar huertas en
diversos espacios urbanos que incluyen terrazas, azoteas y patios traseros. Se
estima que las familias involucradas ahorran 1,3 dólares diarios por la siembra
de alimentos. En Antioquia se viene produciendo en 7.500 huertas familiares
urbanas y periurbanas, más de 18 especies de
hortalizas, frutas y condimentos, en un programa que espera alcanzar las 23.000
huertas en tres años.
En Curitiba (Brasil), unos 8.000 agricultores urbanos y 6.000 escolares
cultivan alimentos en 1.280 huertas que ocupan más de 200 hectáreas de suelos
urbanos en los que logran producir más de 4.100 toneladas de alimentos; en Belo Horizonte, se ha integrado el concepto de agricultura
urbana en la política de seguridad alimentaria y en
el ordenamiento territorial y uso del suelo urbano.
En Quito (Ecuador), se promueven actividades hortícolas
y de producción de animales involucrando más de 520 huertas demostrativas,
familiares y escolares y más de 100 emprendimientos para la producción de aves,
conejos, cuyes y peces. En Moreno (Argentina), un programa municipal ha
implementado 4.860 huertas familiares y 29 huertas comunitarias beneficiando a
más de 5.200 personas.
Por último, en Cuba, los organopónicos urbanos
cubren aproximadamente 30.000 hectáreas que producen más de 3 millones de
toneladas de verdura fresca al año, mientras que en El Alto (Bolivia) los microhuertos familiares benefician a más de 500 familias pobres
urbanas que viven cerca de los 4.000 metros de altura, aprovechando el uso de
tecnologías apropiadas como las carpas solares.