Rocío tenía 20 años cuando se quitó la vida. Un trastorno maníaco depresivo
la llevó a cometer cinco intentos de suicidio. Era una excelente cantante y
bailarina, recuerda su madre, Teresa Suárez, pero su enfermedad mental, con la
que luchaba desde los 15 años, le ganó la batalla el 4 de enero del 2004.
En medio del dolor, del que tal vez nunca se reponga del todo, Teresa
decidió hacerle frente a la situación y seguir adelante con su vida.
Por eso, se dedicó a fortalecer los lazos familiares para que la culpa que
cada uno sentía por lo sucedido no diluyera los vínculos entre ellos (papá,
mamá y hermano) y creó un proyecto para armar una nueva casa en Villa de Leyva (Boyacá), para que pudieran centrar su atención en
otros asuntos y así seguir andando.
Teresa asegura hoy que esta experiencia le sirvió para darse cuenta de lo
importante que es enseñarles a los hijos a enfrentar la adversidad.
“Uno no les enseña a los niños desde pequeños a afrontar el fracaso y las
frustraciones, y a medida que crecen no saben cómo enfrentar las crisis”, dice
ella, consciente del impacto que esto pudo generar en su hija.
También aprendió que es muy importante no someter a los hijos a
comparaciones, porque eso les genera inestabilidad y los angustia. “No deben
ser criados bajo nuestra imagen y semejanza”, señala.
Prevenir el suicidio Estos dos aspectos, según especialistas, son
fundamentales a la hora de prevenir los suicidios entre los jóvenes, pues los
padres, por protegerlos, no les enseñan alternativas para manejar situaciones
adversas y esconden de ellos el dolor y los problemas.
De ahí que cosas como bajas calificaciones o pérdida del año escolar se
conviertan en causales de suicidio. “Es función de los padres y los maestros
enseñar esto”, dice el psicólogo Paulo Daniel Acero, director de
investigaciones en psicología de la U. Manuela
Beltrán y director científico de la Fundación Vida por Amor, que ayuda a
familias que han perdido hijos en estas circunstancias.
En cuanto a las comparaciones, se recomienda respetar y valorar la
individualidad de cada hijo para evitar presiones innecesarias y complejos de
inferioridad.
A eso se suma la importancia de los lazos afectivos, pues cuando los padres
están ausentes afectivamente (y sólo hacen presencia física) se genera un
déficit de vínculos que llevan a que, para el suicida, tenga más sentido la
muerte que la vida, dice Gloria Sierra, especialista en duelos.
Los más vulnerables Según Medicina Legal, en el 2008 1.840 personas se
suicidaron en Colombia, es decir 69 más que el año anterior, cuando se quitaron
la vida 1.771 personas. El mayor incremento se presentó entre los jóvenes entre
los 15 y los 23 años de edad.
También aumentó entre la población mayor de 65 años. Más del 60 por ciento
de los suicidas fueron hombres. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
estima que en el mundo cada año se suicidan, en promedio, 900.000 personas.
Esto significa una muerte cada 40 segundos.
Este fenómeno está entre las tres primeras causas mundiales de muerte en
personas de 15 a 44 años. Por eso, la OMS declaró el suicidio una epidemia
mundial.
Según este organismo, quitarse la vida es la tercera causa de muerte entre
los adolescentes del mundo y la primera entre las jóvenes.
En Latinoamérica, Colombia tiene el tercer mayor índice de suicidios,
después de Cuba y Brasil.
Congreso Todos estos temas se están tratando en el I Congreso Internacional
de Intervención y Manejo del Duelo, que comenzó el 27 de agosto y concluye hoy
en Bogotá, en el Club Social de la Policía.
Informes: 3500274/ 3500842, de Bogotá o en el correo: fundacionvidaporamoraellos@yahoo.es.
Para prevenirlo.
Tratar a las personas con trastornos mentales, y en particular a quienes
padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia.
Hacer seguimiento de los pacientes que han intentado suicidarse.
Reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos,
armas).
Fomentar un tratamiento responsable del tema en los medios de comunicación.
Formar a los profesionales de la atención primaria de salud.
“Es importante saber que sólo un escaso número de suicidios se producen sin
aviso. La mayoría da avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente,
deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión.
Además, la mayoría de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes y
no buscan exclusivamente la muerte”, dice la OMS.
¿CÓMO MANEJAR EL DUELO?.
Los especialistas indican que lo primero que hay que tratar entre familiares
y cercanos es la culpa y el resentimiento que queda con el suicida. Se
recomienda hablar del tema y superar el estigma que se tiene sobre esta
situación.
También, generar nuevos proyectos para centrar la atención en otra cosa y
poder seguir adelante.
“El suicidio, además, deja lecciones de lo que se debe corregir, nos deja
tareas como seres humanos”, dice Acero.
Por su parte, Gloria Sierra indica que "si logramos ver las pérdidas
como ganancias y oportunidades, desarrollamos capacidades para afrontar las
situaciones dolorosas y siempre serán una oportunidad para algo”. Y añade: “los
suicidas nos están dejando mensajes sobre la sociedad y la familia. Nos están
dejando ver su inconformismo, pero esto se está manejando en el espacio privado
y no se está viendo el tema macro, las razones que ellos nos están dando sobre
lo que no está funcionando”