Hepatitis E, existe riesgo de que se propague en Colombia

Oct. 13 de 2012

Por:Harrison Renter’a, Unimedios

La patolog’a, relativamente nueva en Colombia, se puede transmitir a travŽs de las heces e h’gado de cerdos, debido a las pr‡cticas inadecuadas de higiene de los sistemas de producci—n porcina. Investigadores avanzan en el diagn—stico de la incidencia de la enfermedad en Antioquia para establecer mecanismos de control.

La hepatitis E es causada por un virus propio de los porcinos. En el pa’s, solo se ha reportado un posible caso de contagio humano en Antioquia. No obstante, los cient’ficos advierten sobre una posible propagaci—n, si no se toman las m’nimas medidas preventivas.

Hasta hace solo tres a–os se estudia esta patolog’a en Colombia, cuando despert— el interŽs de investigadores del Departamento de Producci—n Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia en Medell’n, debido a que hay indicios de que el virus puede contagiar al ser humano, si este consume carne de cerdo infectada.

Esto ocurre porque no se hace un adecuado manejo de los excrementos del animal en las plantas de sacrificio y en los lugares de procesamiento, sobre todo en Antioquia, en donde se produce el 46% de los porcinos del pa’s y su consumo es mayor que en el resto del pa’s (con un promedio de 14 kg por habitante al a–o).

ÀC—mo se propaga?

Albeiro L—pez Herrera, director del grupo de investigaci—n en Biodiversidad y GenŽtica Molecular de la UN (Biogem), cuenta que se quiso saber si los animales de Antioquia estaban infectados.

ÒEvaluamos las cinco principales plantas de sacrificio de la regi—n. Tomamos muestras de sangre y comprobamos la presencia de anticuerpos contra hepatitis EÓ, precisa. Esto significa que los porcinos han estado infectados y su organismo ha producido prote’nas especiales para detener la acci—n del virus.

Segœn los resultados del diagn—stico, el 30% de los animales sacrificados presentaban evidencia de contacto con el agente infeccioso. Esto no quiere decir que lo portaran en el momento del sacrificio, pues el organismo del cerdo ya se habr’a encargado de eliminarlo. Y, aunque las pruebas se–alan un 12% de presencia del contagio en el h’gado, el pat—geno puede morir f‡cilmente con un buen proceso de cocci—n antes del consumo.

La forma en que se disemina es fecal-oral, pues, luego de infectar el h’gado, se dirige al intestino y es excretado. Pero, si a las heces no se les da el manejo correcto, pueden llegar hasta las aguas usadas en los sistemas de riego de cultivos de consumo humano.
S’ntomas asociados

Segœn el mŽdico Francisco Javier D’az, todos los tipos de hepatitis (A, B, C, D y E) se manifiestan generalmente con fiebre no muy alta, n‡useas, pŽrdida del apetito y v—mito. Luego, entre tres y siete d’as, aparece la ictericia, que es la coloraci—n amarillenta de la piel, el tono cafŽ en la orina y la apariencia blanca o gris de las excretas.

La de tipo E se manifiesta de forma m‡s intensa, pues la ictericia es m‡s severa y ataca m‡s fuerte a adultos j—venes entre los 15 y los 40 a–os de edad. Adem‡s, es mucho m‡s grave en mujeres embarazadas.

No obstante, la enfermedad –para la cual no hay un tratamiento espec’fico–, se supera con reposo, consumo de alimentos con bajos contenidos de grasa y permanente observaci—n del contagio, el cual se prolonga hasta por cuatro semanas.

Segœn la Organizaci—n Mundial de la Salud (OMS), los porcentajes m‡s altos de la afecci—n se dan en regiones con sistemas de saneamiento deficientes. El 65% de las infecciones y muertes por hepatitis E se producen en Asia oriental y meridional. En Colombia, asegura el director de Biogem, las probabilidades de morir se podr’an dar solo en un 3% de la poblaci—n.
Prevenci—n integral

Los investigadores resaltan que, con base en el diagn—stico desarrollado en los principales mataderos y granjas procesadoras de cerdo (an‡lisis de muestras), determinar‡n los factores de riesgo para evitar que el virus llegue a las aguas residuales.

El profesor L—pez Herrera explica que est‡n clasificando las granjas segœn su bioseguridad, para saber el nivel sanitario m’nimo que necesitan para no ser transmisoras de la enfermedad. ÒAll’ hacemos unas encuestas para conocer si hacen un manejo apropiado de las excretas, con el fin de inactivar el pat—geno completamenteÓ.

Asimismo, hicieron ex‡menes cl’nicos a los productores porc’colas. Las muestras reportaron que alrededor del 12% de los trabajadores tienen anticuerpos contra el virus. Esto es evidencia de que han tenido contacto con Žl en algœn momento. Este es uno de los indicadores que m‡s llam— la atenci—n de los investigadores, a partir del cual se trazar‡n nuevas l’neas de investigaci—n. 

El proyecto sobre la epidemiolog’a molecular de este virus en Antioquia es financiado por Colciencias y ha integrado a estudiantes de pregrado y posgrado y a docentes expertos de la Universidad de Antioquia, la Universidad Pontificia Bolivariana y la UN. Se espera que esta informaci—n ayude a las autoritarias sanitarias a tomar medidas preventivas para evitar el contagio de la enfermedad.